Analistas de inteligencia: un trabajo en auge

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Este año hemos experimentado una serie de crisis y cambios geopolíticos que han impactado a la opinión pública por la rapidez con la que han pasado y por mostrarnos lo dependientes que somos de algunos países y rutas comerciales: en abril vimos cómo una simple avería de un barco era capaz de parar por unas semanas el comercio mundial, agosto nos demostró cómo un país caía en manos de un grupo terrorista en cuestión de días, hemos descubierto lo dependientes que somos de China para la manufactura de productos y finalmente la COVID no nos deja de sorprender con nuevas variantes. 

Tales eventos alimentan una serie de preguntas: ¿cómo afectará la falta de materias primas a la economía mundial?, ¿Habrá más atentados terroristas después de la caída de Afganistán?, ¿Qué supone para España la degradación de relaciones entre Marruecos y Argelia para su política exterior? Para responderlas están los analistas de inteligencia.  

El trabajo del analista de inteligencia consiste en ir más allá de los hechos y discernir los posibles escenarios que un evento puede tener para un país, organización internacional o compañía. El analista de inteligencia no es un adivino, no te predecirá el futuro, pero sí te explicará los posibles escenarios que pueden salir de un evento, porqué ocurrió y aconsejarte sobre posibles decisiones a tomar. Si la función del periodista es contar los hechos, la del analista de inteligencia es interpretar esos hechos para facilitar tú conocimiento del tema y guiarte en la toma de decisiones.  

Para tal fin, el analista de inteligencia juega con el lenguaje de la probabilidad. Este lenguaje te analizará la posibilidad de que un evento pase o no, o porqué ocurre tal evento. Ahora bien, no debe usarse al azar pues decir que un evento es muy probable o poco probable que ocurra, puede repercutir en la toma de decisiones. Los análisis de inteligencia pueden costarles la vida a personas, ya que quien lo lea, se fiará de la evaluación del analista. De ahí que, a la hora de preparar el análisis, se use con cuidado este lenguaje de la probabilidad.  

Los analistas de inteligencia son más necesarios que nunca, como bien ha demostrado este año, para estar preparado frente a los desafíos que pueden traer el cambio climático, una futura pandemia, la amenaza terrorista, el suministro energético y posibles conflictos en Ucrania o Taiwán. También son útiles para entender cómo las nuevas tecnologías y plataformas digitales pueden convertirse en vectores de discursos extremistas, porqué un grupo terrorista decide atentar en un lugar específico, con qué armas y finalmente estudiar el pasado y perfil psicológico de un terrorista o alguien que ha cometido un tiroteo en una escuela en los Estados Unidos. El último caso es relevante, ya que el estudio de la familia, acceso a armas, rol de internet, vida escolar y socialización juegan un papel en la instigación de un atentado terrorista o tiroteo escolar. 

En conclusión, este año hemos experimentado una serie de eventos geopolíticos, que han cambiado la situación mundial en poco tiempo. Para entender por qué pasó y cómo hacerle frente, es necesario contar con gente que interprete los acontecimientos e indique qué se puede hacer. Para tal fin están los analistas de inteligencia. A través del lenguaje de la probabilidad, el analista de inteligencia discierne los posibles escenarios que pueden salir de un acontecimiento e indica al lector las decisiones que podría tomar para hacer frente al futuro. No es una tarea fácil, ya que un análisis equivocado puede costar vidas, demostrando una de las dificultades del trabajo del analista de inteligencia. Su trabajo es fundamental en estos tiempos convulsos para anticiparse y entender lo que pasa a nuestro alrededor

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