Biden sufre en Virginia la primera derrota
El presidente Joe Biden sufrió la primera derrota electoral después de un año en la Casa Blanca. El candidato republicano Glenn Youngkin, hasta ahora tibio seguidor de Donald Trump, se impuso en las votaciones para gobernador del estado de Virginia por un 50,7% de los votos frente al 48,6% que obtuvo el aspirante demócrata, Terry McAuliffe.
Las elecciones estatales en Virginia eran seguidas con doble interés: primero, comprobar si realmente está decayendo el respaldo popular a Biden y su gestión, como reflejan las últimas encuestas, y segundo, observar indirectamente la influencia que continúa teniendo el expresidente Trump en su empeño por reconquistar el cargo en 2024.
La campaña fue muy reñida y desde el primer momento se vislumbró que la fuerza de la opción demócrata competía a la baja en el estado, uno de sus feudos. Hacía más de una década que Virginia mantenía gobernadores demócratas y en las pasadas elecciones presidenciales Biden había superado a Trump por diez puntos.
Ningún analista, entre tantos como siguen minuto a minuto la política norteamericana, dudan que es un fuerte revés para Biden. Aunque su Administración no propició grandes tensiones aparte de Afganistán, fueron muchas las decisiones que empañaron las esperanzas puestas en él. Todo sin olvidar la permanente campaña de crítica que ejerce su antecesor, secundada activamente en todo el país por sus ‘hooligans’ que no se rinden.
El fracaso en Virginia cobra mayor eco por tratarse de la primera derrota y, al mismo tiempo, por su impacto en las elecciones legislativas intermedias previstas para dentro de doce meses en las que el presidente se jugará las mayorías en el Senado y el Congreso, decisivos para lograr el éxito en los dos años que le quedarán para terminar su mandato.
Mientras tanto, también se han celebrado elecciones paralelas en el estado de Nueva Jersey. No son tan representativas como las de Virginia, pero también se están mostrando reveladoras de lo igualadas que están las fuerzas. Con el 90% de los votos escrutados, los dos candidatos, el republicano Cattareli y el demócrata Murphy, están empatados con el 49,6% de los votos.
Ambos resultados suponen un respiro para los republicanos en unos momentos en que sus discrepancias internas y la sombra perturbadora de Trump parecían demostrar el deterioro propio de la pérdida del Ejecutivo que sufrieron en 2020. Las horas bajas que atraviesa Biden, seguramente más que su Administración, son una prueba de la rapidez con que se construye y se derriba una imagen.