Opinión

COVID-19: Marruecos impulsa a África para movilizar sus recursos

photo_camera Royal Air Maroc

Una flota de aviones Boeing de la Royal Air Maroc se ha encargado de hacer llegar la ayuda médica marroquí a 15 países africanos. 8 millones mascarillas, 900.000 viseras, 600.000 cofias, 60.000 batas, 30 toneladas de gel hidroalcohólico, 75.000 cajas de cloroquina y 15.000 de azithromycina han llegado en tiempo récord a los aeropuertos de Burkina Faso, Camerún, Comores, Congo, Swazilandia, Guinea Ecuatorial, Guinea Bissau, Malawi, Mauritania, Níger, República Democrática del Congo, Senegal, Tanzania, Chad y Zambia, donde han sido recibidos por ministros y altos funcionarios de dichos países.

La decisión de enviar esta ayuda médica a la mayoría de los países vulnerables del continente africano ha sido tomada personalmente por el rey Mohamed VI de Marruecos. Hay que decir que no son los países más afectados en términos de contagios y de fallecimientos por la COVID-19, pero sí los que disponen de menos infraestructuras sanitarias y recursos. Los principales países africanos en PIB y en población, Egipto, Nigeria, Argelia y Sudáfrica, son los más atacados por la pandemia y los que contabilizan mayor número de muertes.

La decisión de Mohamed VI es consecuente con su propuesta formulada el 13 de abril de crear una Estructura Operativa Conjunta africana para hacer frente a la pandemia. El ministro senegalés de Sanidad, Abdulkaye Diouf, que saludó la muestra de solidaridad y amistad a la llegada del avión de la RAM a Dakar, recalcó que es la mejor muestra de cooperación sur-sur, base real de la unidad africana. Otros ministros y la mayoría de embajadores de los países africanos presentes en Addis Abeba, que ostenta la sede de la Unión Africana, han aplaudido y agradecido la ayuda marroquí. 

Uno de los aspectos más relevantes de dicha ayuda es que el material enviado ha sido fabricado al 100% en Marruecos, lo que es interpretado como un mensaje dirigido a todos los países del continente: hay que contar con nuestras propias fuerzas; África debe movilizar sus propios recursos contra la pandemia y sus nefastas consecuencias. 

Marruecos ha hecho lo posible por evitar la politización del grave problema al que se enfrenta el continente. Entre los 15 países receptores de su ayuda sanitaria hay tradicionales amigos de Marruecos y otros que durante muchos años han tenido posiciones divergentes con Rabat, por ejemplo, en relación con el conflicto del Sáhara Occidental. Mohamed VI no ha pedido nada a cambio. La filosofía de la propuesta marroquí, ya formulada en el mes de abril, está basada en el pragmatismo y los hechos concretos. Es más, según algunos medios de comunicación independientes, desde que se inició la pandemia mundial en el mes de marzo, Marruecos propuso enviar ayuda a los saharauis que viven en los campamentos de Tinduf y que Rabat considera ciudadanos marroquíes. Argelia no aceptó la ayuda marroquí y realizó la suya propia con el envío de material sanitario y alimentos, algo que, por otra parte, según los expertos jurídicos internacionales, tiene obligación de hacer al acoger en su tierra a una población desplazada. 

La no politización de la lucha común de los países africanos contra la COVID-19 da credibilidad a los desafíos que tiene ante sí el continente con sus más de 1.200 millones de habitantes. Así lo ha entendido Sudáfrica que, por boca de una experta, Liesl Louw-Vaudran, del Instituto de Estudios para la Seguridad de África, ha señalado que la decisión de Mohamed VI es un gesto trascendente de solidaridad africana.