Desideologizar la COVID-19

Pedro Sánchez en el Congreso

Los primeros cien días de la coalición de gobierno han tenido escasas jornadas de gloria. La mayoría han sido de pena porque el virus chino rompió todos los escenarios minutos después de querer regresar a casa “solas y borrachas” el 8M. En este tiempo de incertidumbre, Pedro y Pablo, a pesar de tener engrasada su maquinaria propagandística, no han sido capaces de explicar por qué no llegan las mascarillas a las farmacias, los trajes de protección a los hospitales -30.000 sanitarios infectados- y los test seguros a los ciudadanos.

Ayer supimos que el informe epidemiológico, indispensable para planificar la desescalada anunciado hace tres semanas, se pondrá en marcha a partir del día 27 de abril y durará dos meses. La respuesta a la desafortunada gestión es siempre la misma: el material llegará la próxima semana. Son la improvisación inmortal.

COngreso de los diputados

Es la libertad, estúpidos

El bochorno de la falsa transparencia en la televisión permanente (con los sermones de La Moncloa empezando por la cúpula Sánchez-Iglesias-Redondo-Oliver y terminando por Illa, Montoro, Díaz, Celaá, González Laya, Duque, Simón, el general Santiago y el ministro del Interior, Grande-Marlaska, utilizando a la Benemérita para que “minimice el clima contrario a la ineficaz gestión del gobierno”. Censura, primero; luego, represión. No fue un lapsus, señor ministro, lo que leyó el jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil. Usted había dado la orden revocada el pasado martes. Y, encima, no es capaz de defenderlo en el Senado. ¡Váyase a mentir a otra parte, aunque no se arrepienta de nada!

Impresionante el espectáculo de la autorización a que los niños salgan de casa tras el confinamiento después de escuchar en menos de cinco horas a la portavoz y al titular de Sanidad corrigiendo lo acordado por el Consejo de Ministros tras el pulso de UP, el socio del propio Ejecutivo. Los perfiles de Sanidad son tan falsos como los seguidores de Pedro Sánchez en las redes sociales.

El episodio de los bulos que atentan contra las instituciones son una amenaza a la libertad de expresión. ¿No es controlar a la prensa lo que hace MAO – Miguel Ángel Oliver- actuando como controlador oficial del Reino al impedir que los profesionales puedan preguntar directamente a los propagandistas del Palacio presidencial?  A este gobierno –quiero salvar la ministra de Defensa Margarita Robles- se le ha otorgado el mayor poder desde el régimen anterior, pero lo quiere todo y, además, gratis total. Se empieza restringiendo la libertad privada y se acaba en el ¡exprópiese! de Chávez y Maduro.

Es claro que este Ejecutivo social-comunista no hace caso a ningún equipo técnico y no escucha otra cosa que, a las encuestas del ínclito Tezanos, partidario de la Prensa Nacional del Movimiento, NO-DO incluido. ¡Es la libertad, estúpidos!

Consejo de Ministras

Comisión para la reconstrucción

Tras el encuentro telemático entre el presidente y el líder de la oposición, Pablo Casado, parece claro que Pedro Sánchez ha cambiado el paso para reeditar los II Pactos para seguir en La Moncloa. La Mesa para la Reconstrucción Nacional (MRN) se ubicará en el Congreso, pero está sujeta a “que haya unanimidad en los grupos parlamentarios”, según el presidente. A él corresponde el liderazgo de la operación, pero aún no ha presentado ni el protocolo de trabajo ni un solo documento abierto a las discusiones y a las mejoras. Lo más esperanzador es que el principio de acuerdo ha molestado a nacionalistas y separatistas. Eso indica que estamos en el buen camino. UP aguantará porque el coche oficial, la moqueta y el jardín son un privilegio de todas las castas.

Esta Comisión debería estar presidida por el PP porque ya sabemos cómo se saldan a la baja las conclusiones cuando ponen al frente a un Paulino Rivero cualquiera, como en la del 11-M. Algún día del próximo siglo sabremos qué paso realmente.

La crisis post coronavirus será, sobre todo, sicológica, económica y social. Siete de casa cien españoles (no funcionarios) tienen miedo a perder el empleo. La incertidumbre es el peor enemigo para acertar con las soluciones correctas. Los españoles necesitamos un proyecto de futuro inmediato con empatía, liderazgo y transparencia. Y con el respeto absoluto a la Ley de Leyes.

La filosofía del acuerdo debe contemplar un Plan urgente sanitario para controlar la pandemia; un plan estratégico de salida del confinamiento y la reactivación económica, un plan de acción social que no deje a nadie tirado en la cuneta y una unidad común para negociar con fuerza en Bruselas. Ideas-fuerza avanzados por Inés Arrimadas para unos tiempos difíciles que deben incluir en todo el proceso la neutralidad del CIS y de TVE. Millones y millones de euros. No hay alternativa. Necesitamos un PRN urgente. Tenemos que sobrevivir a la muerte y a la ruina.

Sánchez y Casado videoconferencia

Si el líder socialista ha transigido con sentarse a la Mesa en la sede de la soberanía nacional es porque sabe que de este Pacto por la Reconstrucción Nacional (PRN) depende no solo la Legislatura sino su propio futuro político, hipotecado por quienes le auparon tras las elecciones de noviembre pasado. Hay compromisos (inconfesables y extraparlamentarios) con Torra, Junqueras, Otegui y Urcullu y otros secretos con Pablo Iglesias, que paralizan la lealtad y la unidad.

Unidas Podemos (que es gobierno y oposición simultáneamente) aprovechará esta excepcionalidad para volver a las privatizaciones bolivarianas. Iglesias es el mayor obstáculo para llegar a acuerdos post coronavirus. Su antieuropeísmo complicará sobremanera mutualizar la deuda española que pasará del 98 al 130 por 100 antes de final de año. Y quizás alcancemos de nuevo, -como con ZP- los cinco millones de parados. Esto significaría que, a partir de 2021, el Gobierno debería crear 4000 puestos de trabajo cada día para volver a la cuota actual de empleo en 2023.

No parece que esta coalición sea capaz de levantar nuestro país tras la gestión demostrada en la lucha contra el coronavirus. El Pacto conllevará, pues, una regencia política de PSOE, PP y Ciudadanos (sería deseable que contara con los votos de VOX), porque esta magna misión es demasiado para un césar visionario como el señor Sánchez Pérez-Castejón. Y en dos años, elecciones generales tras aprobar unos Presupuestos para después de esta guerra interminable.

Ábalos, Casado y García Egea

Lealtad a la Carta Magna

Iglesias, paralelamente a su condición de vicepresidente del Ejecutivo de España, sigue intentando desestabilizar las Instituciones y la democracia. Peligroso por su pertenencia a la información del CNI. Sin ir más lejos, este 14 de abril, con 18.000 muertos sin poder ser llorados, el líder podemita y comunista abominaba del jefe del Estado “porque viste traje militar” y señalaba que su prioridad era III República. (Eso sí; se licúa con el verde oliva de Fidel, del Ché Guevara y de Chávez).

Y Sánchez ni defiende a la Monarquía Paramentaría fuera ni dentro del Parlamento, como cuando ha sido atacado por los golpistas catalanes. Bien sabemos –y la oposición también lo sabe- que este gobierno del insomnio tiene como argamasa la permanencia en el poder. Y que no se va a romper ni nadie va a dimitir.

La primera condición para iniciar las conversaciones en la MRN debe ser la de desideologizar la COVID-19 y pensar en el interés general. Papeles, debates y cesiones en todas direcciones. Si no hay consenso en este momento tan grave –el más difícil de nuestra historia desde la Guerra incivil del 34-39- nos espera una revolución permanente, una represión para los creyentes del espíritu del 77 y la cartilla de razonamiento. ¡Aquí, sí; aquí también puede pasar, amigo!

La segunda condición es la de contar los muertos invisibles y honrarles con dignidad decretando luto nacional hasta que extingamos esta plaga llegada de Oriente que acabará con nuestras vidas y nuestras haciendas. ¿Cuántos muertos más necesitamos todavía para recordar a nuestros compatriotas perdidos en esta guerra? Sánchez y Ábalos –tanto monta- han prohibido homenajear a las víctimas de esta pandemia. Oscar Puente, alcalde de Valladolid y portavoz de la ejecutiva socialista argumenta que “no es necesario porque como estamos confinados, las banderas a media asta no las ve nadie”. Habrá que recordarle esta traición de lesa humanidad en los comicios del 2023.

Anciano en casa

Tiempo de esperanza

Si analizamos la vida pública del presidente del Gobierno deducimos solo por los hechos que no es hombre de fiar porque su palabra vale menos que nada. Este es un tiempo para estadistas, pero la cualidad más notable de nuestra clase política es la mediocridad. Pero es lo que hay.

La situación más que crítica, es desesperada. El presidente tendrá que decidir en el mes de mayo si le interesa España y los españoles y sacarnos de esta antesala del infierno con el apoyo de los constitucionalistas o seguir en la poltrona de La Moncloa con el plácet de sus compañeros de viaje desde 2018, nacionalistas, golpistas y separatistas. Sánchez tiene ante sí la mayor oportunidad para pasar a la Historia simplemente como un patriota. Hay que revitalizar el turismo y el campo; apoyar a las empresas, y a los autónomos, a las pymes y a los sectores más vulnerables. Aquí no sobra nadie. Necesitamos energía barata, una administración austera y una justicia distributiva que erradique el hambre y el autoritarismo. Así de simple. En junio hay que reflotar este Titanic a la deriva.

Este maldito virus chino se ha llevado por delante a miles de inocentes. Aún no hemos sentido el miedo a salir de casa. Llegará. Todos hemos perdido en este tiempo compañeros y familiares. José María Calleja, un periodista comprometido con las libertades, dejó escrito en sus últimos minutos que “este castigo nos debe hacer parar, pensar, reorganizar nuestra escala de valores y el uso del tiempo”.  Al compañero Calleja se le paró el periodismo en la mitad de la nada. Descanse en paz.

Crespón negro

Escucho el debate en el Congreso y constato que el economista presidente apostará mañana, ante la UE, por “una deuda permanente con intereses avalados con el presupuesto comunitario”. Un disparate peronista. Pablo Casado arranca el primer minuto de silencio en la Cámara –su mejor inversión política- en memoria de los muertos invisibles (435 fallecidos más, 21.717 en total y 208.389 contagios).

Una estadística aterradora sin compasión oficial. Abascal (VOX) ha acusado al Gobierno de “ser un fraude, de enterrar a miles de españoles y de protegerse a sí mismo”. Es la hora del consenso o, al menos, de la mayoría constitucional.

Me vienen a la memoria estos versos de Pedro Casaldáliga, obispo español amigo de los desheredados de la fortuna en Centroamérica. “Es tarde”–escribe el poeta- “pero es nuestro tiempo. Es tarde, pero es todo el tiempo que tenemos a mano para construir el futuro. Es tarde. Pero somos nosotros. Es tarde, pero aun es mediodía, si insistimos un poco”. 

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato