El bienio negro (2018-2020)

Congreso de los Diputados

Se cumplen ahora dos años de la irresistible ascensión de Pedro Sánchez al poder tras judicializar la política con una sentencia artera –derogada en parte por el Tribunal Supremo- en la que el magistrado Prada –íntimo de Garzón, el prevaricador- aseguraba que el PP respiraba corrupción por todos sus poros. En la Gürtel se amparó el PSOE para llegar a La Moncloa y desplazar con una moción de censura Frankenstein al desertor Mariano Rajoy. Ahí sigue todavía la foto del bolso de Soraya en el escaño-enseña del banco azul. Gracias, Mariano por no convocar elecciones en ese momento. La historia puede comprobar ahora que el cambio de gobierno fue ilegítimo.

Dos años y dos elecciones generales después, los mismos compañeros de viaje (comunistas, separatistas, golpistas y filoetarras) han terminado exprimiendo al ejecutivo más débil de la democracia. Recordemos: (Purgas en RTVE, Mesa de la Vergüenza con Torra y Junqueras, Pactos con Otegui en Pamplona y asalto a la Reforma Laboral; entreguismo a Urkullu (PNV) para cederle en el País Vasco y Navarra la distribución de la Renta MínimaVital (RMV) antes de ser aprobada, y dejar calcinadas la Fiscalía General, la Abogacía del Estado, el CIS, y a media Canarias con los incendios del pasado año. Tras negar Sánchez  una y mil veces que Unidas Podemos y Bildu eran una pesadilla, los ha blanqueado este año de la pandemia mientras enterraba sin dignidad y respeto a miles de compatriotas. Sin rastros de los cadáveres, terminarán negando el crimen de silencio y negligencia.

Pablo Iglesias, vicepresidente del Gobierno
Asalto a las instituciones

La penúltima hazaña de este presidente condecorado con la medalla pensionada por la urgencia del desenterramiento de Franco, ha sido volar la cúpula de la Guardia Civil por negarse a entregarle un informe que este organismo ha elaborado para la juez Carmen Rodriguez-Medel (la Alaya madrileña)  que investiga si hubo o no negligencias y/o responsabilidades en las autorizaciones del 8M después de las advertencias de la OMS y de lo que acontecía  en Wuhan e Italia.

El virus chino ha acelerado sin duda las presiones al ministro del Interior que ha cortado por lo sano: con nocturnidad y alevosía ejecutó al coronel Diego Pérez de los Cobos por cumplir con su deber, -le ha roto su ascenso al generalato tras tres décadas de servicios ejemplares a la Patria en la lucha contra ETA, en el 155 y como testigo decisivo en la condena de los golpistas catalanes-, y trató de encubrir su felonía con una equiparación salarial a la Benemérita y a la Policía con los agentes autonómicos. La honra de este Cuerpo no tiene precio. El director adjunto operativo, Laureano Ceña, presentó su dimisión y en pleno debate parlamentario cesó al número tres del cuerpo el general Fernando Santafé.

Guardia Civil

Una purga en toda regla revestida de renovación para culminar el único objetivo de este gobierno más comunista que socialista: el asedio al Poder Judicial donde los mandatos están superados en el Tribunal Supremo, en el CGPJ y en la necesidad de modelar un Tribunal Constitucional que facilite un cambio de régimen y nos retrotraiga al “universo paralelo” del bienio negro (1934-1935) que culminó con el Frente Popular y nos llevó directamente a la guerra fratricida. Hoy la guerra será digital. O biológica. Más dañinas.

Este asalto a las instituciones solo tiene dos barreras: los jueces y fiscales independientes y la Monarquía Constitucional, cautiva y desarmada como el resto de ciudadanos con un confinamiento interminable.

Reyes de España en minuto de silencio
Sermones y mentiras

El estado de alarma ha sido el mecanismo constitucional que ha permitido acelerar exponencialmente el deterioro de todas las instituciones, desde el elefantiásico Gobierno con 24 ministerios (si incluimos a la Fiscalía General  del Estado, Dolores Delgado -otra íntima de Baltasar Garzón-), donde los ministros atacan directamente a los sectores más vulnerables como el turismo, la agricultura, el automóvil o a la UE. El Parlamento, gracias al pulso del PP tras la segunda prórroga, ha estado hibernado y el foco de atención se trasladó a la televisión.

Los sermones presidenciales castristas en “modo cisterciense”  han sido deplorables. Solo horas y horas de cuota de pantalla a mayor gloria del cónsul Sánchez-Pérez Castejón, que como comandante en jefe del Mando Único, nos ha contado 'virutrolas' tan grandes como las que se inventó el pobre Rafael Simancas. “La culpa de la COVID-19 es del Partido Popular y el Pacto con Bildu-Eta salva vidas, lógicamente, también culpa de Pablo Casado”.

El doctor sin convicciones con principios de Groucho Marx, se jacta de transparencia pero a) no hemos podido contabilizar los muertos; b) han cambiado siete veces de método en dos meses; c) nunca hemos sabido por qué y cuántos sanitarios han perecido en esta desigual batalla sin medios protectores; d) nadie ha explicado cómo de golpe se esfuman 1.918 cadáveres (duplicados) dice Fernando Simón desde su atalaya mediática y aparecen otros 280 el día siguiente; y, e) no  es razonable  que mientras las cifras oficiales de muertos ascienden oficialmente a 27.119, la Seguridad Social deje de pagar 35.000 pensiones y el Instituto Carlos III registre 42.000 defunciones desde el día del confinamiento.

Fernando Simón

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, –Jeme del coronavirus- ha mentido en sede parlamentaria tanto como el responsable de Emergencias desde el mismo día en que dijo “aquí no llegará el virus,  a lo sumo, uno o dos casos puntuales…; si mi hijo quiere ir a la manifestación del 8M que vaya”. Porque esa era el objetivo: celebrar con ministros, ministras, directora general de la Guardia Civil y mujer del presidente- el Día de la Mujer aprovechando para humillar a Ciudadanos.

A este rosario de mentiras y falsedades le llaman transparencia cuando han cerrado la página del Gobierno y han tenido sin actualizar los datos de Sanidad y del BOE para no enterarnos del coste real ni de los contratos obscenos con empresas, algunas de ellas delincuentes pero en su mayoría de Barcelona.

El estado de alarma se ha reconvertido en un estado de excepción y de sitio para llegar hasta aquí: un estado de guerra abierta –solo hay que seguir el lenguaje del presidente-  contra la mitad de los españoles representado en las Cortes.

La derecha despierta

El Gobierno no es capaz de sacarnos de este infierno ni tiene capacidad organizativa ni de gestión para encarar lo más difícil: la reconstrucción nacional. Por una razón simple: entre todos los ministros no han gestionado nunca ni una pyme con cinco empleados. Y los acogidos a los ERTEs aún no han cobrado desde marzo. Lo de los autónomos y la restauración es de juzgado de guardia.

El Consejo de Ministros aprueba la Renta Mínima Vital (que está vigente en todas las CC. AA.) para venderla como un logro social (y progresista) y tener encadenados como en el PER a millones de españoles hasta el años 2030. Un subsidio que no incentivará el empleo y que nos llevara a cotas del 30% de desempleo si el pacto Sanchez-Otegui/PSOE-ETA insiste en cargarse la reforma laboral de la ex ministra Báñez.

La derecha está despertando y responde en el Parlamento y en la calle con caceroladas, manifestaciones y argumentos irrefutables. El Plan B presentado por el líder del PP, Pablo Casado, tras vaciar la reserva de confianza en Sánchez, era sensato pero el inquilino de La Moncloa, desde su soberbia, no escucha a nadie aunque se haya convertido en un ventrílocuo de Iglesias: “No le queda ni un partido por engañar ni un español por mentir”, le recordó el líder de la oposición a un presidente tocado tras acusarle de ser como Nerón y llevar dos meses tocando la lira “viendo arder todo para luego culpar a los demás del incendio y acallar al pueblo prometido pan y circo: playa y fútbol”.

Pablo Casado, PP

La infamia del presidente de identificar al PP con VOX con el símil del pato que se la aplique al PSOE y  a él mismo, que ha pactado en sede parlamentaria con los herederos de ETA el mismo día en que atacaban a su secretaria general en Bilbao. Vergonzoso.

La mejor pieza oratoria de este siglo en el Congreso la escribió el pasado miércoles en el hemiciclo la portavoz liberal del PP, Cayetana Álvarez de Toledo. Desmontó toda la “inferioridad moral” de Pablo Iglesias recordando sus orígenes comunistas, machistas, racistas, iraníes, bolivarianos y antieuropeos. “Usted es la prima de riesgo de España y el mayor enemigo de la democracia, de la libertad, de la Constitución y de la Unión Europea; siempre del lado de los terroristas de ETA y de los golpistas catalanes, pidiendo indultos a los que quieren romper España”.

Cayetana Álvarez de Toledo y Pablo Casado, PP

Lo de “es un usted un hijo de terrorista” fue una contestación a la malicia y humillación que le dedicó llamándola despectivamente “señora marquesa”. La presidenta de la Cámara Baja actuó indignamente al retirar del Diario de Sesiones esa expresión.

La derecha despierta, decíamos. VOX estuvo a la altura de sus expectativas y anunció acciones legales contra los mandos de la Benemérita que presionaron al coronel De los Cobos.  El ministro Marlaska es solo una marioneta del duopolio Sánchez-Iglesias. Es increíble que este sujeto haya sido magistrado. Hoy es solo un lacayo cabreado que quiere advertir y sobornar a los mandos de la Guardia Civil y dejar claro que aquí el que manda es el Gobierno social-comunista.

Ciudadanos debe reconsiderar el apoyo a Sánchez-Iglesias-Marlaska. No merece los 10 escaños centristas cuando ya anuncia el PNV que lo importante son los Presupuestos Generales del Estado (con los socios actuales) para “hispanizar la vida” (derrochar)  los fondos europeos que nos van a llegar para no pasar hambre. Lo de Grande Marlaska es corrupción política. Así de claro.

Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior
Mirando hacia atrás con ira

En la comisión de reconstrucción el vicepresidente Iglesias se mostró como lo que es, un provocador profesional. Insulta como nadie en la dirección conservadora. Acusó a VOX de intentar dar un golpe de Estado pero que no tienen agallas para hacerlo. Patxi López, presidente de la Comisión, calló en la mañana, pidió disculpas por la tarde y evitó que el vicepresidente Enrique Santiago, líder el PCE y asesor de las FARC en La Habana, exigiera la “decapitación política” de la portavoz del partido de Abascal que calificó de “pirómano comunista” a Pablo Iglesias. Veinticuatro horas después el vicepresidente podemita admitió estar equivocado por el maltrato a VOX, pero con su cinismo habitual, subrayó: “Digo la verdad”. Este tipo no merece ser ministro de un Gobierno del Reino de España. 

La izquierda y la extrema izquierda mirando hacia atrás con ira. Con ira, rencor y odio. Este es el peor mandato de nuestra historia democrática. El doctor en económicas ha superado a su padrino Zapatero. Volvemos a la memoria histórica e histérica. Y, por ende, el Gobierno de coalición quiere retrotraernos al año 1934; al bienio negro que nos llevó directamente a la Guerra Civil tras los Gobiernos de Alejandro Lerroux –el político más corrupto de todos los tiempos-, de Ricardo Samper, Joaquín Chaparrieta y de Manuel Portela.

El presidente de la II República don Niceto Alcalá Zamora era ya un juguete roto y no pudo evitar que comunistas, socialistas y radicales crearan un Frente Popular que nos llevó directamente al genocidio tras el asesinato de Calvo Sotelo. Estos son los personajes claves de aquel tiempo de violencia y destrucción: Manuel Azaña, Santiago Casares, Diego Martínez, José Giral –a quien entrevisté en su casa de la Calle de la Princesa, en Madrid en los 80-, Francisco Largo Caballero, Juan Negrín, Indalecio Prieto, Julio y Álvarez del Vayo. Una excepción de socialista respetable: don Julián Besteiro. 

Los resultados de aquella crispación del Frente Popular, dividió España y terminó en una tragedia con millones de muertos y exiliados.

Puerta de Alcalá, Madrid

Con este Gobierno tan sectario será difícil llegar a un pacto para la Reconstrucción Nacional. Conviene recordarlo en este momento, precisamente ahora, ante una España de luto y arrestada preventivamente. Ya es el colmo que Iglesias pida que llamen a declarar al golpista Puigdemont por “su experiencia europea”. La hoja de ruta de esta Reconstrucción Nacional debería pasar por las medidas alumbradas por un partido de izquierdas, CIDE (Centro Izquierda de España), que preside el activista constitucional Antonio Robles, sobreviviente aún tras cuatro décadas enfrentado a la dictadura pujolista.

Cuando pase esta pandemia, es urgente y necesario un Gobierno de concentración para gestionar un futuro tan incierto como el de Nissan.

Nissan

La crispación política de las últimas horas confirma que tenemos unos políticos mediocres y mezquinos que este pueblo no merece. Un pueblo, como decíamos hace ocho días, traicionado. Por todos y en todas direcciones. Este Gobierno no gobierna, manda. Solo manda. Los ciudadanos libres y decentes no vamos a embestir ni a callar por más que este poder absolutista nos amenace en viaje directo a la tiranía. En cinco palabras: un bienio social comunista negro. Y tenebroso.

Antonio Regalado dirige Bahía de Ítaca alojada en

aregaladorodriguez.blogstop.com

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