El martirio de la incertidumbre

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Más de 50 días dura ya la invasión rusa en Ucrania y las perspectivas varían según quien las expresa. Hay demasiados riesgos letales sobrevolando el ambiente europeo como para poder pensar con cierta tranquilidad y ecuanimidad sobre los próximos acontecimientos. Sufrimos el martirio de la incertidumbre que asola las conciencias de los ciudadanos europeos que asisten con gran indignación y mayor impotencia a un espectáculo bochornoso e inaceptable.

Muchos jóvenes en España reclaman que Europa no puede mirar hacia otro lado ante la barbarie que están cometiendo los bombardeos rusos, ordenados por un cada día más super analizado Vladimir Putin, contra la población civil ucraniana. Cuando a alguno de esos jóvenes se les anima a ser ellos mismos quienes den el primer paso y vayan a Ucrania a luchar contra el invasor ruso, la respuesta es que para eso está el Ejército.

Tampoco su madre estaría dispuesta a que su hijo español fuera a combatir a Ucrania con la elevada probabilidad de sufrir graves daños o, incluso, dar la vida en ello. Los dirigentes políticos europeos y norteamericanos calculan cada paso que dan con sus sanciones al régimen de Putin y cuidan sus propios intereses muy por encima de los miles de personas que han muerto, que han resultado heridas o mujeres y niños que han tenido que huir de sus casas destrozadas por las bombas rusas y buscar refugio en otro lugar de Ucrania o en los países vecinos.

Esos intereses actuales pueden tener alguna comparación, usada estos días sin reparo, con lo ocurrido con los Sudetes traicionados por el premier británico Neville Chamberlain y el francés Edouard Daladier para contentar a Hitler que poco tiempo después invadía toda la región demostrando sus verdaderas intenciones impulsadas por la debilidad europea. No es fácil asimilar que en pleno siglo XXI las bombas destruyan las vidas de millones de personas en Ucrania y la reacción europea sea la de facilitar, con mesura y discreción, armamento para poder resistir las oleadas de unas unidades rusas con blindados y carros de combate antiguos, sistema de comunicaciones primarios, logística mal planificada, cadena de mando vulnerable y evidencias claras de escasez y deterioro de material y efectivos debido a una corrupción galopante.

Más de 50 días después, la incertidumbre sobre lo que podía ocurrir ha ido escalando y, según los hechos reales, rebajando sus efectos para adentrarnos cara a cara con el horror de las masacres más cobardes cometidas en Bucha, Borodianka, Mariúpol, Jarkov y otras muchas que todavía se desconocen. La gran incertidumbre es si Putin utilizará armas nucleares tácticas, de medio o un kilotón y alcance limitado. Zelenski pide desesperadamente más armas para resistir y poder mantener más esperanzas que incertidumbres. 

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