Opinión

España, ¿sigue siendo Guardián del Estrecho?

photo_camera Spanish Navy

Desde la más remota antigüedad se ha considerado a España como un Guardián del Estrecho que separa el océano Atlántico del mar Mediterráneo. Las Columnas de Hércules y los Promontorios Sagrados que vigilaban el paso marino, siempre estuvieron asociados a España, por una parte, y el norte de África, por otra. 

Este privilegio geográfico permitió a la península ibérica jugar un papel irremplazable en todos los movimientos comerciales, culturales, militares y de comunicaciones que se han sucedido en los tres últimos milenios en esta parte del mundo. 

Viniendo a nuestros días, todos los gobiernos y los conglomerados políticos existentes en España durante el siglo XX y comienzos del XXI han dado por sentado que España ha jugado, juega y jugará siempre este papel estratégico. El Gobierno actual, como los anteriores, en ningún momento se ha cuestionado la posibilidad de que esta dádiva de la naturaleza pudiese acabarse un día.

Sin embargo, los actuales cambios estratégicos y geopolíticos que se están produciendo en la región del Mediterráneo occidental y en particular entre España y el Magreb, inducen a pensar que, si no se toman las medidas a tiempo, España podría dejar de ser ese Guardián mitológico.

Hasta la semana pasada, cada vez que un portaaviones de la Marina estadounidense o algún buque de carácter estratégico atravesaba el estrecho de Gibraltar, era acompañado por buques de guerra de la Marina española. 

Así lo han hecho patrulleros de la Armada escoltando buques de la Marina estadounidense que transportaban armas químicas procedentes de Siria camino a los Estados Unidos. Anteriormente, durante la Guerra del Golfo, la Armada española en colaboración con la Sexta Flota USS, escoltó a los buques estadounidenses cargados de material bélico que se dirigían al teatro de operaciones. No fue así con el portaaviones ruso Almirante Kuznetsov a su paso por el Estrecho que fue escoltado por la Marina de guerra británica. 

La sorpresa ha llegado esta semana cuando el portaaviones nuclear estadounidense USS Harry Truman atravesaba el estrecho de Gibraltar escoltado por la fragata marroquí Allal Ben Abdallah, suplantando la función que hasta ahora ejercía la Armada española. “Ha sido una gran experiencia para nuestro equipo de navegación trabajar junto a la Marina Real marroquí”, ha declarado el contralmirante Curt Renshaw, comandante del grupo aeronaval. “Hoy hemos demostrado una vez más su polivalencia para mejorar la interoperabilidad con nuestros socios que comparten las mismas ideas en el marco de la formación y de las operaciones en el mundo real”. Para el contralmirante Renshaw “la cooperación con la Marina marroquí a través del estrecho de Gibraltar, demuestra el partenariado marítimo sólido existente con Marruecos y su compromiso con el derecho internacional”. 

Esta actividad naval conjunta entre las Marinas de Marruecos y de los Estados Unidos, viene a completar los planes de maniobras conjuntas y de ejercicios navales entre los dos países. Se puede ver en ello también una llamada de atención hecha por Washington al Gobierno español, que sigue al retiro de las Fuerzas de Intervención Rápida del AFRICOM trasladadas de la base española de Morón a la italiana de Vicenza, en el norte de Italia, situada mucho más lejos del hipotético escenario bélico del Sáhara y el Sahel.