Estados Unidos vive semanas infernales

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El mandatario norteamericano Joe Biden, su equipo y los congresistas demócratas tienen poco más de dos meses para, primero, ponerse de acuerdo entre ellos con los presupuestos y las políticas prioritarias; y, segundo, convencer a los republicanos para que respalden la ampliación del techo de la deuda.

Ya dijo Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, que Estados Unidos estaba por vivir una etapa crucial que calificó como “la semana del infierno”. Porque si la capacidad negociadora del equipo del presidente Biden falla, lo que fallará entonces es el billonario presupuesto de 3.500 millones de dólares propuesto por el mandatario demócrata para la era pospandemia y quedará en vilo su agenda legislativa.

También está en juego la viabilidad financiera de la Unión Americana, el cumplir con el pago de sus adeudos y compromisos que en los últimos días han puesto a cuadrar cuentas –a contrarreloj– a una apurada Janet Yellen, titular del Tesoro, que recuerda a demócratas y a republicanos la gravedad de caer en un impago y el impacto negativo en la confianza del exterior hacia todo lo que representa Estados Unidos.

En tono sarcástico, Patrick Leahy, presidente de Asignaciones del Senado, cuestionó la actitud de los legisladores republicanos a quienes acusó de boicotear deliberadamente a Biden.

Hay bastante nerviosismo interno. La semana infernal que vaticinó Pelosi podría terminar convirtiéndose en semanas infernales hasta el 3 de diciembre porque hay que aprobar los presupuestos para 2022 y ampliar el techo de la deuda y alejar el fantasma de un cierre administrativo (shutdown) que solo traería descontento y volatilidad externa. 

A los republicanos les interesa dejar exhibido a Biden para que asuma un costo político de cara a las legislativas de 2022 y exponer la inexperiencia de su vicepresidenta, Kamala Harris, borrada del actual pulso.

A colación

Desde que se inició septiembre, tras la vuelta de las vacaciones estivales, el cabildeo en las dos Cámaras norteamericanas ha sido intenso y frenético con los republicanos enrocados en una negativa para facilitarle a Biden que gobierne con un presupuesto histórico. 

La situación se veía venir desde que el pasado 11 de agosto solo los senadores demócratas aprobaron de madrugada el proyecto de ley del presupuesto bautizado como “plan de infraestructura humana”, sin ningún aval republicano: 50 votos a favor y 49 en contra; e igualmente consignaron a favor el nuevo plan de infraestructuras por 1 billón de dólares. 

Queda el turno de reivindicarlo y aprobarlo en la Cámara de Representantes y aunque está controlada por los demócratas hay en su interior diversas posturas acerca del diseño de los programas sociales y en la subida de impuestos porque el ala progresista es más radical.

Por su parte, Mitch McConell, representante de la minoría republicana en el Senado, no ha movido un solo dedo apostando en parte por la desesperación demócrata en la medida que apremia el tiempo para votar a favor de subir el techo de la deuda para evitar un incumplimiento de los pagos federales. 

¿Qué opciones legales tienen los demócratas? McConell repite reiteradamente que, si bien de forma tradicional los republicanos han apoyado el incremento del techo de la deuda, esta vez “no lo respaldarán” en un ambiente de clara y abierta crispación que tiene a Biden como objetivo. 

En contraparte, los demócratas pueden recurrir al “recurso de reconciliación presupuestaria” una alternativa de última instancia para los senadores que por la vía simple podrían aprobar los proyectos de ley relativos al Presupuesto como lo son en relación a las infraestructuras y otros referentes a temas sociales. 

Lo que no pueden hacer ‘per se’, por minoría simple, es elevar el techo de la deuda, para eso requieren una mayoría absoluta que consiguen con la participación republicana en el Senado, a todas luces rejega, al menos hasta el momento.  Y si no se eleva el techo de la deuda, no puede aprobarse un presupuesto billonario para Biden que si bien descansa en más impuestos para los empresarios y para los ricos también está urgido de un mayor margen de endeudamiento. 

El destino inmediato de los estadounidenses descansa en manos de los republicanos, tienen la llave y lo saben. Todo está en vilo si no se logra un pacto entre ambos partidos, junto con las intenciones de Biden, de incrementar los beneficios médicos en la sanidad incluyendo los servicios dentales, oftalmológicos y auditivos; la construcción de nuevos ‘Kindergarten’ comunitarios y la concesión de la ciudanía a millones de inmigrantes sin papeles o bien la inclusión de cientos de miles de afganos evacuados desde Afganistán hace unas semanas y que en suelo norteamericano tramitan peticiones de asilo.

La táctica de los republicanos pasa por provocar la desesperación de los demócratas y que vean cada vez más cerca el cierre del Gobierno Federal por falta de recursos lo que implicaría que los empleados públicos no percibirán sueldo. Se anticipan unas intensas semanas infernales… 

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