Europa no debe sucumbir al sucio negocio de los rehenes

Irán

En la tarde del miércoles 20 de abril, el Tribunal de Apelación de Amberes, Bélgica, anunciará su veredicto sobre la apelación de los terroristas implicados en el plan de atentado de 2018 contra una gran manifestación de la resistencia iraní en las afueras de París. Los cuatro terroristas fueron condenados en el tribunal de distrito. El principal condenado era un diplomático del régimen de los mulás. Era la primera vez en la historia europea contemporánea que se condenaba a un diplomático por estar directamente implicado en un atentado.

Assadollah Assadi, un diplomático-terrorista del régimen de los mulás afincado en Viena, el cerebro del complot que había sido condenado anteriormente a la pena máxima de 20 años de prisión, decidió no apelar para evitar un escándalo político mayor. Los otros tres agentes implicados en la trama, Amir Saadouni, Nasimeh Naami y Mehrdad Arefani, condenados a entre 15 y 18 años de prisión, habían recurrido su sentencia.

En cinco audiencias, el Tribunal de Apelación revisó los resultados de la investigación y el testimonio de los expertos en explosivos sobre el poder destructivo de la bomba que Assadi había volado desde Irán a Europa y entregado a estos agentes para que la colocaran en la conferencia.

Es la primera vez en la historia que un diplomático en activo es detenido y encarcelado en Bélgica mientras entrega un paquete de bombas explosivas a los autores de un atentado terrorista. Fue el cerebro del atentado contra el gran mitin de la oposición iraní en 2018, en el que la líder opositora Maryam Rajavi fue el principal objetivo del brutal ataque. Este diplomático terrorista quería crear un desastre mayor como el de Bataklan. La integridad del aparato diplomático del régimen iraní es como un vestigio de su terrorismo.

El régimen iraní detuvo a un turista sueco la semana pasada y anunció antes la inminente ejecución del Dr. Jalali. El primer ministro belga dijo que viajaría a Teherán para reunirse con el presidente iraní en caso de una gloriosa ejecución.

No debemos involucrarnos en el sucio negocio de la toma de rehenes

Este sucio negocio continúa, desde la toma de rehenes de ciudadanos franceses en el Líbano por el Hezbolá libanés para liberar a los terroristas del régimen encarcelados en Francia, hasta la toma de rehenes de binacionales como la investigadora iraní francesa Fariba Adelkhah o el ciudadano iraní sueco Jalali para forzar la liberación del diplomático terrorista iraní encarcelado en Bélgica desde Francia y Europa.

Las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales han pedido recientemente cuentas al régimen iraní por la masacre de 30.000 presos políticos en 1988. El régimen iraní, que ostenta el récord de ejecuciones arbitrarias en el mundo, la ejecución de niños y castigos como las amputaciones, confirman que este régimen no puede cumplir con las normas internacionales en el siglo XXI.

Europa debe poner fin a este sucio negocio evitando ceder y persiguiendo incluso al presidente iraní Ebrahim Raisi, quien, según Amnistía Internacional y Naciones Unidas, estuvo implicado en la masacre de 30.000 presos políticos. 

Esta es la medida más eficaz para contrarrestar el chantaje y la toma de rehenes del régimen que ha tomado como prisioneros todos los valores democráticos.

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