Gasto mundial en defensa

La industria de defensa española lleva mucho tiempo dependiendo de los programas de armamento nacionales, y aunque en los próximos meses y años la inversión en este ámbito se elevará, el futuro de estas empresas solo pasa por su participación en los grandes planes comunitarios y en enfocarse mayoritariamente en las necesidades de otros países, especialmente de fuera de Europa.

En esta estrategia es necesario tener en cuenta varias acciones claves, entre otras implantar una hoja de ruta para que la diplomacia de las altas organizaciones estatales respalde el trabajo exterior de estas empresas, recuperar la figura del agregado militar en las embajadas y hacer un seguimiento de la reputación de las empresas en el exterior.

El año 2022 se ha convertido en un año clave para el desarrollo e impulso de la industria de defensa a nivel mundial. Tras dejar atrás los peores momentos de la pandemia de la COVID-19, la invasión rusa a Ucrania y las tensiones entre Taiwán y China han provocado una oleada de decisiones políticas favorables al aumento de la inversión en defensa y armamento. 

En Estados Unidos, el presidente Joe Biden ha solicitado elevar el presupuesto en 753.000 millones de dólares para defensa nacional para este 2022, un 2 por ciento superior al aprobado en 2021. Alemania, por su parte, según estableció su ministra de Defensa, Christine Lambrecht, un aumento del gasto en defensa hasta el 3 por ciento del PIB. 

Según el informe de Deloitte “2022 aerospace and defense industry outlook”¹ dentro de este aumento de la demanda de equipos militares destacan especialmente aviones de combate no tripulados, soluciones cibernéticas y de inteligencia. En él, también se hace referencia a que el gasto mundial en defensa crecerá alrededor de un 2,5% debido a las inminentes inversiones multimillonarias de las principales potencias internacionales debido a las tensiones geopolíticas en Europa y alrededor del mar de China.

En este contexto, las empresas de la industria de defensa española buscan aumentar su presencia en el panorama internacional, sobre todo, mediante la participación de los grandes programas europeos de armamento. Para eso, el sector debe apostar por realizar mayores inversiones en el ámbito tecnológico, ya que la inversión pública de Defensa, aunque aumenta, no es suficiente para mantenerlas.

Así, las empresas españolas de los sectores de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (que se unen en la Asociación de Tecnologías de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio, TEDAE) realizan una inversión de 1.900 millones de euros, lo que equivale al 12 % de la inversión total de I+D+I en España, que las sitúa al frente de la innovación nacional, junto a otros sectores tan potentes en nuestro país como la automoción y el farmacéutico.

En la última década la industria militar española se ha transformado en una pequeña pero robusta red de empresas de alto componente tecnológico con una clara orientación exportadora. Las crisis presupuestaria de 2008 que provocó fuertes restricciones presupuestarias de los grandes programas públicos de Defensa, hizo que estas empresas se enfocasen en el mercado exterior, y entre 2014 y 2019 su facturación (en el sector privado) creció un 40%, a un ritmo de casi el 7% anual (hasta llegar a los 14.100 millones); a pesar de que la llegada de la pandemia de la Covid-19 supuso unas pérdidas del 19% según un reciente informe de KPMG sobre la actividad de las empresas agrupadas en TEDAE.

A esto es necesario añadir que estas empresas generan, aproximadamente, unos 47.700 los empleos directos, entre los que se incluye la parte civil del negocio aeronáutico dependiente de Airbus y la pequeña industria espacial no militar².

Para la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) estás cifras que aporta el sector de Defensa en España no son tan elevadas: las ventas suponen unos 6.654 millones procedentes de 354 empresas (de un conjunto de medio millar que existen), se centran en un 85% en la exportación y proporcionan un total de 23.500 empleos (con datos de 2021).

En el complejo contexto internacional el futuro de la industria de defensa de cualquier país pasa por emplear la diplomacia industrial: las altas instituciones del Estado, especialmente las que se ocupan de las carteras de Exteriores y Economía, deberán realizar grandes esfuerzos para impulsar las ventas de las empresas del sector en los diferentes mercados internacionales.

Uno de los grandes ejemplos de esto es Francia, que, a pesar de duros reveses como lo que sucedió con el AUKUS, en las últimas décadas su acción exterior se ha caracterizado por respaldar de forma significativa a sus empresas de seguridad y defensa en su actividad a lo largo y ancho del globo, especialmente en lo que respecta al “Dassaul Rafale”, su caza de 5º generación, en el que ha invertido más de 50.000 millones de dólares, una gran cantidad para un país que gasta aproximadamente 60.000 millones de dólares en armamento y defensa cada año. 

Desde 2015, nuestro vecino ha vendido esta aeronave, que demostró su capacidad de combate en diferentes escenarios como Afganistán, Libia o Mali, a diversos países repartidos por toda la geografía mundial, entre otros, Egipto (30 nuevas unidades por   3.950 millones), Catar (36 por 6.3000), India (36 por 7.750), Grecia (18 por 2.500), Croacia (12 por 1.000) o Emiratos Árabes (80 por 17.000). A todos ellos se añade Indonesia, que en este año ya ha firmado la adquisición de 42 unidades de este tipo de avión de combate; e incluso Colombia, que está pensando en ellos para sustituir a los Kfir israelíes de su Fuerza Aérea (FAC).

En total, y hasta el momento, las ventas del `Rafale´ en sus distintas versiones ascienden a 38.500 millones de euros, lo que convierte a esta aeronave y a Dassault, su empresa constructora, en un activo indispensable de la industria de defensa francesa, y uno de los motores de su economía, gracias, en parte, a la actividad diplomática de las autoridades del país vecino.

Otro de los puntos clave en una futura estrategia de la diplomacia de la industria de defensa española es la de aprovechar las ventanas de oportunidades, sobre todo, aquellas que surgen cuando un país extranjero y otro contratista no son capaces de llegar a acuerdos acerca de cómo se diseña el armamento vehículo, nave o aeronave o cómo se realizará su construcción.

Esto es lo que ocurre, entre otros, con el caso de las fragatas australianas Hunter, pensadas bajo el paraguas del programa SEA 5000 (valorado en más de 22.000 millones de euros), basadas en el diseño británico d ellos buques `Type26´ de la empresa BAE System, que ganó por encima de las ofertas de la italiana Fincatieri (que presentó la FREMM) y Navantia (un diseño inspirado en las F-100), con un diseño no todavía probado³.

La empresa pública española partía como favorita por su experiencia en la integración del sistema de combate Aegis, que, a través de su filial en este país austral, ya había diseñado y transferido la tecnología de tres destructores de la clase Hobart basados en el modelo de las F-100 de la Armada y que se construyeron en astilleros locales. 

La marina australiana también cuenta con 12 lanchas de desembarco construidas en San Fernando y 4 barcos iniciados en Ferrol y terminados en Australia, 2 de ellos buques LHD (basados en el Juan Carlos I el barco insignia de la Armada), y otros dos buques logísticos.

La Defensa de España necesita unos planes políticos concisos, a medio y largo plazo, que se basen en una ley de programación presupuestaria como la que tienen otros países, para establecer unos marcos financieros estables.

A pesar del previsible incremento de la inversión pública española en Defensa, el futuro de la industria de armamento (e incluso la espacial) pasa imprescindiblemente por enfocar su actividad en la venta internacional, tanto en Europa, como en mercados lejanos con gran interés en renovar su armamento y sus medios de transporte.

Por sí solas, nuestras empresas tienen un futuro complicado, pues no sólo tienen que competir contra las gigantes multinacionales estadounidenses y chinas, que se llevan la mayoría de contratos militares de todo el mundo, si no contra sus rivales europeos, del mismo e incluso mayor tamaño, especializados en algunas programas concretos y que gozan del apoyo de sus altas instituciones y de su diplomacia nacional, lo que salvo en casos excepcionales como ocurrió con Australia y los submarinos franceses, marca la diferencia a la hora de hacerse con suculentos contratos.

Nuestro país debe ponerse las pilas en este ámbito ya que es diferencial a la hora de cerrar programas de armamento con múltiples países; por ello, es imprescindible estar al día de los problemas de las empresas en el exterior, proteger su imagen cuando ocurren incidentes y se realiza una campaña de desprestigio a empresas estratégicas (como lo que sucedió con Navantia y el accidente de Helge Ingstad en 2018), y recuperar la figura del agregado militar en las embajadas, consulados y oficinas del ICEX, para obtener información de las necesidades de armamento del país en el que esté y sirva de primer agente en la posible futura venta.

José Corrochano Ponte, colaborador de Sec2Crime 

Bibliografía:

Couce, B. (19 de febrero de 2022). “La marejada por los retrasos en las fragatas australianas que da alas a los buques «made in» Navantia”. La Voz de Galicia. Extraído de: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/somosmar/2022/02/09/marejada-retrasos-fragatas-australianas-da-alas-buques-made-in-navantia/00031644398374729553824.htm

Fernández, María (05 diciembre de 2021). “Ni grandes ni líderes: la industria de defensa española busca su hueco en Europa”. El País. Extraído de: https://elpais.com/economia/negocios/2021-12-05/ni-grandes-ni-lideres-la-industria-de-defensa-espanola-busca-su-hueco-en-europa.html

Redacción (04 de febrero de 2022). “Los problemas en las fragatas australianas Hunter levantan voces a favor de más unidades de diseño español”. Mundo Militar. Infodefensa. Extraído de: https://www.infodefensa.com/texto-diario/mostrar/3428555/problemas-fragatas-australianas-hunter-levantan-voces-favor-unidades-diseno-espanol

Redacción (29 de junio de 2018). Navantia pierde un contrato de 22.200 millones de euros en Australia. El Economista. Extraído de: https://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/9241290/06/18/Navantia-pierde-un-contrato-de-22200-millones-de-euros.html

Palacio, Antonio (03 de febrero de 2022). “El Ejército de Tierra muestra músculo con el nuevo vehículo de combate «8x8 Dragón» en Londres”. El Debate. Extraído de:  https://www.eldebate.com/espana/20220203/ejercito-tierra-muestra-musculo-nuevo-vehiculo-combate-8x8-dragon-londres.html

Referencias:

1 “2022 aerospace and defense industry Outlook”. Deloitte. Extraído de: https://www2.deloitte.com/content/dam/Deloitte/us/Documents/manufacturing/us-eri-outlooks-2022-aerospace-defense.pdf 

2 Fernández, María (05 diciembre de 2021). “Ni grandes ni líderes: la industria de defensa española busca su hueco en Europa”. El País. Extraído de: https://elpais.com/economia/negocios/2021-12-05/ni-grandes-ni-lideres-la-industria-de-defensa-espanola-busca-su-hueco-en-europa.html

3 Couce, B. (19 de febrero de 2022). “La marejada por los retrasos en las fragatas australianas que da alas a los buques «made in» Navantia”. La Voz de Galicia. Extraído de: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/somosmar/2022/02/09/marejada-retrasos-fragatas-australianas-da-alas-buques-made-in-navantia/00031644398374729553824.htm