Opinión

La apuesta de Mohamed VI

photo_camera Mohammed VI, King of Morocco

El rey de Marruecos apuesta fuerte y afirma que el Sáhara no es negociable y que la solución al conflicto es la autonomía bajo soberanía marroquí. Mohamed VI pretende culminar en un tiempo más o menos prudente el proceso que derive en la solución de un conflicto que dura 45 años, que permita cerrar la integridad territorial de Marruecos y acabe con una vida indigna y muy precaria de miles de personas en los campamentos de Tinduf.  

La intervención del monarca alauí con motivo del 46º aniversario de la Marcha Verde cumple con una estrategia perfectamente diseñada y ejecutada desde la llegada de Mohamed VI al trono en 1999 y que ha tenido desde 2017 un impulso decisivo tras el reingreso de Marruecos en la Unión Africana. Los vientos favorables a los intereses marroquíes comenzaron a soplar con fuerza en diciembre de 2020 cuando Donald Trump anunció que Estados Unidos reconocía la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara, al tiempo que nuestro vecino magrebí establecía relaciones oficiales con Israel. Para entonces, las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no mencionaban la celebración del referéndum, como la de este año que prorroga el mandato de la MINURSO y recomienda negociaciones para una solución política realista, practicable, duradera y mutuamente aceptable.  

Tanto el Frente Polisario como Argelia criticaron duramente la resolución, incluso, varios días antes Argel se había levantado de la mesa sobre el Sáhara de Ginebra, auspiciada por la ONU y respaldada en la resolución como un marco de resolución del conflicto.  

La tensión en la región ha subido demasiados grados por las decisiones de Argel de romper relaciones diplomáticas con Marruecos, en agosto; cerrar el espacio aéreo a sus vecinos marroquíes, cerrar el gasoducto Magre-Europa que pasa por Marruecos y acusar internacionalmente a Marruecos de terrorismo de Estado por la muerte de tres civiles argelinos en un suceso que se está investigando.  

Frente a esta tensión, la respuesta de Marruecos ha sido la de la tranquilidad, rechazo de la violencia, y asegurar que no se dejarán llevar por la tensión ni permitirán la desestabilización de la región. Mohamed VI no ha mencionado a Argelia en su discurso, sí lo hizo en la Fiesta del Trono el 31 de julio ofreciendo una buena vecindad y convivencia a Argelia. Sin embargo, sus mensajes actuales buscan el impulso final a las negociaciones de parte, dijo, de sus socios de los que espera posiciones más atrevidas y claras. No mencionó a países europeos como España, Francia o Alemania, pero sí advirtió que no mantendrá relaciones comerciales con quienes no reconozcan el Sáhara como marroquí. Toda una apuesta con buenas cartas, en el marco de la ONU, y con una intención clara de ganar ya la partida.