Opinión

La bronca del PP en el hemiciclo y “hacer el saharaui” con Bildu

photo_camera Los parlamentarios vascos Carmelo Barrio (PP) , Josu Estarrona (EH Bildu), Iñigo Martínez (Elkarrekin Podemos) y Eva Juez (PNV), junto a la periodista saharaui Nezha Khalidi, sentada atrás, dentro del avión. En vídeo, momento en el que las autoridades marroquíes impiden que tomen tierra en El Aaiún.FOTO: EQUIPE MEDIA / VÍDEO: @JOSU_ESTARRONA (TWITTER)

Durante los debates de la  investidura de Pedro Sánchez  destacó la virulenta actuación  de los diputados de la derecha española contra el PSOE  por  haber buscado  apoyos  de los  partidos de izquierda  y de los independistas catalanes  y vascos. Pero  silencian  que no había  otra alternativa ante la negativa del PP y Ciudadanos  de facilitarle  la investidura  mediante la abstención.  El espectáculo dado y la bronca durante los debates alcanzó su máxima tensión  cuando tocó a Mertxe Aizpuru  portavoz  de EH Bildu, subir a la tribuna, siendo recibida  con sañuda reacción.

El secretario cuarto de la Mesa del Congreso, Adolfo Suárez Illana (hijo  del Adolfo Suarez, primer jefe de gobierno de la democracia española), dio  de espaldas  a la portavoz de EH Bildu en la Cámara Baja, durante toda su intervención. Parlamentarios de PP, Vox y Ciudadanos no cesaron de interrumpir  a la portavoz  de EH Bildu  La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, reiteradamente solicitó orden y en varias ocasiones pidió que se respete el derecho de Aizpurúa a expresarse recordando a sus señorías esos derechos de expresión están recogidos en la Constitución.

El circo montado en el hemiciclo  me dejó atónito  ante la incoherencia y la contradicción  por  parte de los partidos de oposición y muy particular  el Partido Popular. La imagen transmitida por las televisiones desde el hemiciclo contrastaba con otra  imagen de hace solo un mes. La foto de Carmelo Barrio, parlamentario vasco por el PP, viajando en compañía de nada menos que con las  mismas figuras pertenecientes  a esos partidos objeto de bronca y acusados de intentar  romper España.

Se trata de  Josu Estarrona de EH Bildu, que solo unos meses antes había sido expulsado del Parlamento vasco por  comparar la Guardia Civil con los nazis. El otro sorprendente compañero fue Iñigo Martínez, un comunista de Izquierda Unida, parlamentario vasco por  Elkarrekin Podemos y  Eva Juez por el partido nacionalista vasco (PNV). Tres ovejas negras, aparentemente, para el PP.

El 1 de diciembre (2019),  Carmelo Barrio emprendía éste viaje en compañía de los  quienes  “pretenden  romper España”, con la intención de pasar  juntos unos días  en el ex Sahara español. Según las mismas palabras del parlamentario vasco del PP  el objetivo del viaje es "tomar  contacto  con los representantes del pueblo saharaui" y sin excluir , sus palabras, una reunión con las autoridades marroquíes "si ellos nos lo piden" afirmo Carmelo Barrio aunque reconoció no haber contactado previamente con ellos.

El viaje de infortunio fue para  “tomar  contacto  con los representantes del pueblo saharaui", incluso reunirse  con las autoridades marroquíes. Olvidando el parlamentario vasco del PP, y sus compañeros de viaje que con esa misión de relaciones internacionales que se atribuyen hacen caso omiso a la Constitución española. El tema de relaciones internacionales corresponde y exclusivamente al Gobierno central de España, en aplicación  de la Constitución  española en su artículo 149.1.3. ª. También en aplicación de este  principio de exclusividad  constitucional,  el  mismo  Estatuto de Autonomía para el País Vasco  excluye  de sus competencias  esa  misión que  sus señorías  tomaron la libertad de atribuirse  a sí mismos usando  la figura  de parlamentario de una autonomía y abusando de ella.  

Es verdad que la  Ley 2/2014, de 25 de marzo, sobre  la Acción y  el Servicio Exterior del Estado español  en su artículo 5 admitió  a las comunidades  autónomas  como sujetos de la Acción Exterior del Estado, pero  se trata de viajes oficiales, con conocimiento  y  en coordinación del ministerio de Asuntos Exteriores y   bajo  su  supervisión.  La intención de  esta Ley, precisamente y sobre todo, es  evitar se  emprendan acciones  de carácter internacional  en  un sentido inverso de la política exterior de la Nación. Es en definitiva impedir  que algunos políticos usando su cargo oficial para “hacer el indio”  o en este caso “hacer el saharaui”.

¿Cómo puede entender un marroquí y por supuesto un español, esa bronca en torno a la portavoz de Eh Bildu y  al mismo tiempo el PP permite a uno de sus parlamentarios  compartir  viaje con uno de  los quienes pretenden romper España y califica a la Guardia Civil de nazis?. Es una incoherencia que necesita explicaciones. En caso contrario, estaríamos ante  un doble juego. Más aún, una  doble moral, en el sentido de que  lo que no quiero que ocurra en mi casa me tomo la libertad permitiendo que ocurra  en la casa del vecino.  

Para un marroquí, y por supuesto un español también, se entiende que los representantes de un pueblo son los que salen elegidos en las urnas. Por ello, los verdaderos  representantes de los saharauis son aquellos quienes salieron elegidos  democráticamente. Pero  para  el parlamentario del PP en el País Vasco Carmelo Barrio, la idea  de la representatividad democrática, al parecer,   es  similar a la de  sus  compañeros  de  ese  viaje. Es decir, son  representantes  del “pueblo saharaui”  los  militantes  del movimiento armado totalitario llamado Polisario  que  se atribuye la  representación  de una población, además  en exclusiva, sin ningún mandato  democrático sino mediante la violencia “revolucionaria” al igual  que ETA.  

El colmo es olvidar  que ese Polisario en su “lucha armada revolucionaria” no supo distinguir entre militares y civiles, ni entre marroquíes y españoles. Sus indiscriminadas acciones  fueron  llevadas  en forma de terrorismo contra la pacífica  población civil española ajena al conflicto. Estos actos terroristas situaron al Polisario  en el segundo  lugar  después de ETA en número de atentados contra españoles como en número de víctimas.  

En mi  opinión, no solo  los marroquíes vecinos de España se sienten agraviados y ofendidos por semejantes comportamientos, sino  por esa falta de coherencia un amplio sector de españoles también y muy en especial  la Asociación Canaria de Víctimas del Terrorismo del Polisario, que  representa a unas trescientas familias de víctimas, a los que se les debe respeto al igual que  los víctimas del terrorismo de ETA. No se puede montar el circo contra Bildú gritándoles asesinos y terroristas y al mismo tiempo “hacer  el saharaui”, para apoyar  una fracasada  causa de una  organización político militar  terrorista, haciendo  de estos compañeros de viaje.