Opinión

La captación y radicalización de los peul por los grupos terroristas en el Sahel

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Tras la revolución tuareg de Mali, en 2012, los grupos terroristas ya presentes en la zona aprovecharon la debilidad del gobierno para aumentar su territorio y su poder. A pesar de la presencia de misiones internacionales, el terrorismo se ha expandido por las regiones de Liptako Gourma (Mali, Burkina Faso y Níger). En 2015, comienzan a aparecer grupos terroristas como Katiba Macina, en Mali, o Ansaroul Islam, en Burkina Faso, que tratan de «etnificar» la yihad explotando conflictos históricos intercomunitarios e idealizando el pasado glorioso de imperios peul de los siglos XVIII y
XIX. La masiva presencia de peul en los grupos terroristas del Sahel ha estigmatizado a toda la comunidad provocando una respuesta agresiva por parte de varios Estados como Mali, Níger y Burkina Faso y de otras comunidades étnicas.

En este trabajo se analizarán las estrategias utilizadas por los grupos yihadistas para la captación de población peul. Para ello, se examinarán las causas que impulsan a los peul, especialmente a los jóvenes a unirse a estos grupos yihadistas y se analizará la respuesta del Estado central a la cuestión de la radicalización peul.

Introducción: los peul, ¿quiénes son?

Los peul, también llamados fulbe, fulanis o fulas, conforman uno de los grupos étnico- lingüístico más grandes y extendidos en el continente africano. Su población está estimada en unos 40 millones1 y tienen presencia en alrededor de 20 países de África Occidental y África Central. Sobre su origen existen multitud de teorías, hasta hoy ninguna certera.

Actualmente, se encuentran bajo el foco mediático por su supuesta vinculación al yihadismo en el Sahel. Pero ¿quiénes son los peul? Las dimensiones, historia, heterogeneidad y presencia geográfica de este pueblo hacen imprescindible una contextualización previa antes explicar cómo y porqué algunos grupos están siendo atraídos por el radicalismo islámico en las zonas de mayor conflictividad de Mali, Burkina Faso y Níger.

Atalayar_Presencial peul en África
Organización social

Existen multitud de grupos peul distintos. Jerárquicamente, están organizados en castas y linajes o clanes. Las principales categorías en cuanto a las castas son: dimo o rimbe (hombres libres en general), nyeenybe (gente de la casta) y riimaaibe o maccube (esclavos)2 que, a su vez, se subdividen entre castas nobles (aristocracia guerrera, cortesanos, morabitos) y no nobles (griots3, artesanos, cautivos, entre otros). Aunque la esclavitud ya no se practica, quien procede de una casta de esclavos conserva esta consideración, estando en el escalafón más bajo de la sociedad.

Algunas leyendas peul tratan no solo de explicar su origen —lo que les permite diferenciarse de otras poblaciones de la zona—, sino que también acentúa las diferencias entre los distintos grupos que conforman esta cultura.

Una niña fulani, violada por un cautivo de su padre, tuvo dos niños y dos niñas que se casaron. El abuelo, indignado por estas uniones incestuosas, fue a quejarse al shaykh Ousmane Dan Fodio, quien les dio el nombre de Woɗaaɓe (prohibido)4.

Estas diferencias de clases, por nacimiento, se han convertido en una de las principales herramientas para la captación de las castas inferiores por parte de los grupos yihadistas, como veremos más adelante.

Si bien es cierto que constituyen el principal grupo pastoral nómada de África Occidental, en la actualidad, las actividades llevadas a cabo por los peul son de diversa índole. Muchos peul también son políticos, funcionarios, religiosos, comerciantes, artesanos, escritores, músicos, agricultores; y, por tanto, seminómadas o sedentarios.

Creencias y costumbres

Al igual que otros pueblos de África Occidental, los peul fueron poco a poco islamizados a partir del siglo XI. Hoy, los peul son mayoritariamente musulmanes sufíes5 de las hermandades tijaniyya6 y qaridiyya7.

Los peul y toucoleur —pueblos hall pulaar8— fueron los responsables de la mayor islamización de África Occidental durante los siglos XVIII y XIX, gracias a las distintas yihads emprendidas por personajes históricos como Karamokho Alfa, Usman dan Fodio, el Hadjj Umar Tall, Seku Amadou o Modibo Adama y que se materializaron en la creación de distintos imperios, emiratos, califatos e imanatos a lo largo de la subregión. Algunos de ellos fueron el Fouta Djalon en Guinea, el Fouta Toro, Bundu y Fouladou en Senegal, Macina y Kassho en Malí; Liptako, Yagha y Jelgoji en Burkina Faso, Adamawa en el norte de Camerún y parte de Nigeria y Sokoto entre Nigeria y Níger.

Este pasado es hoy mitificado y utilizado por los grupos terroristas para atraer a los peul a engrosar sus filas.
Este proceso de islamización se llevó a cabo a través de la yihad y el establecimiento del sistema de enseñanza islámica tradicional que perdura hasta nuestros días en todo África Occidental y parte de África Central subsahariana a través de la creación de una importante red de escuelas. Estas son consideradas, hasta hoy, como una forma de resistencia a las potencias occidentales que han impuesto su propio sistema de enseñanza.

En el origen, los niños, principalmente de las élites, eran enviados por sus padres, incluso desde otros países, con un prestigioso maestro para aprender el Corán, escritura, lengua y gramática árabes y los preceptos de la Sunna. En estas escuelas, los alumnos contribuían —y contribuyen— con su trabajo en el campo al mantenimiento de esta. En la actualidad, es imposible conocer con exactitud el número de escuelas que dicen impartir esta formación dado que no están reguladas por ningún Estado y, por lo tanto, no están registradas, porque muchas son móviles y por su ingente número.

Muchas continúan impartiendo la enseñanza dirigida al propósito para el que se idearon y otras se han convertido en centros de maltrato, trata, adoctrinamiento y explotación infantil, como veremos más adelante9.

La versión del islam practicada por los peul incorpora creencias y prácticas preislámicas como, por ejemplo, la creencia de que la mayor parte de las enfermedades son provocadas por fuerzas maléficas como animales, especialmente los pájaros (pooli), espíritus o genios (jinnaaji) o por brujas (sukunya)10. A ciertos maestros coránicos, como en el resto de las culturas de estas regiones africanas, también se les atribuyen poderes mágicos y médicos para hacer tanto el bien como el mal.

El pulaaku es su principal código de honor, aunque ya no todos lo practican. El islam, al competir con el pulaaku como referencia moral, lo ha debilitado. El pulaaku codifica todas las relaciones sociales dentro y fuera de la comunidad. Algunos de los pilares de este código son el autocontrol, la disciplina, la prudencia, el respeto por los demás, la responsabilidad personal, la hospitalidad, el trabajo duro la vergüenza, pero sobre todo la dignidad.

«La dignidad es como el aceite, una vez dividida no puede ser redimida»11

 

Las técnicas de reclutamiento a los peul de los grupos yihadistas

El discurso de los grupos yihadistas es social, político y religioso. Los líderes yihadistas critican a las clases con poder y riqueza, arremeten contra los impuestos y la forma de explotación de los recursos naturales. En cada pueblo, estos grupos utilizan las frustraciones de la población local (desempleo, pobreza, desigualdad, injusticia social) para cautivar a la población y justificar la yihad como única alternativa a un modelo social, económico y político injusto. El sentimiento de desamparo generalizado por parte del Estado es una de las principales causas de la simpatía o, por lo menos, la tolerancia de los grupos yihadistas por parte de grupos nómadas peul.

Los discursos de los líderes yihadistas como Iyad Ag Ghali, líder de Ansar Dine, Ibrahim Mallan Dicko, líder de Ansaroul Islam, en Burkina Faso, o Amadou Koufa, líder de Katiba Macina, en Mali, explotan esos sentimientos y animan a la población a dejar de pagar impuestos y otras tasas. Venden libertad y protección que, según ellos, conseguirán al suscribirse a sus movimientos y convirtiéndose en un muyahidín.

Utilizan para inspirar las conquistas históricas del Hadjj Umar Tall en la zona de Kaarta y Sekou Amadou en Macina, quienes ganaron una yihad, según ellos, contra una jerarquía que consideran injusta, ilegítima e incompatible con sus convicciones de fe. En esta construcción, la yihad se convierte en una manera de ascender socialmente rompiendo el orden tradicional y creando uno en el que los hombres de fe estén por encima de los grupos sociales y castas12.

En el artículo de Mirjam de Brujin13, Las biografías de la radicalización, se estudian los perfiles de los que se unen a los grupos terroristas. Para su elaboración, se entrevistaron a varios cientos de combatientes y simpatizantes de los grupos yihadistas de Burkina Faso, Níger y Mali. Otra nota publicada por ISS14 sobre los jóvenes yihadistas en el Sahel incluye entrevistas a exmiembros de grupos terroristas como Ansar Dine y Katiba Macina, recogiendo sus testimonios. Utilizando ambas fuentes, a continuación, se describirán los perfiles de los jóvenes que se unen a los grupos yihadistas y sus motivos, la mayoría de ellos eran peul, pero había todas las etnias representadas.

Sobre los perfiles de los peul, estos son los cuatro rasgos más presentes entre los entrevistados: En primer lugar, excombatientes de la MUJAO y otros grupos armados que lucharon contra la invasión de los grupos tuareg GATIA y MNLA en Mali y que, supuestamente, se desmovilizaron en 2013 tras la salida de los rebeldes tuareg. La mayoría de los que se unieron a los grupos yihadistas lo hicieron por conveniencia para poder defenderse. Cuando las Fuerzas Armadas reconquistaron la zona, muchos de ellos fueron acusados de yihadistas, incluso por algunos miembros de las élites peul que convivían con los pastores y que habían sido también defendidos de los rebeldes tuareg por los miembros del grupo yihadista de MUJAO. Si bien las tensiones intercomunitarias son una de las causas de la conflictividad en el centro de Mali, las tensiones intracomunitarias son igual de significativas a la hora de explicar la captación de los peul por partes de grupos yihadistas. Un ejemplo es el de las tribus peul de soosoobé y salsalbé en el delta del Níger. Este conflicto surgió durante la época del Imperio macina cuando Sekou Amadou cogió parte del territorio sasalbé para regalárselo a cinco familias de eruditos musulmanes15. Los grupos yihadistas se han aprovechado del conflicto para captar a ambos bandos y, de acuerdo con los testimonios de los locales, ambos salsalbé y soosoobé se han unido a los yihadistas para recibir entrenamiento militar y poder prepararse para futuros enfrentamientos entre ellos16.

El segundo perfil que ha sido reclutado por las redes yihadistas son los pastores nómadas peul (badiyankoobé). Estos se consideran explotados por castas peul más altas como los diowro, propietarios de las tierras donde los animales pastan y los joms n’diyam que son los propietarios del agua. Las tasas impuestas a los grupos pastorales han aumentado exponencialmente los últimos años haciendo imposible su pago17. En 2019, dicha tasa ascendía a los 450 000 FCA18 (686 euros), lo que era para muchas comunidades imposible de pagar.

Por otro lado, los pastores nómadas consideran que estas castas actúan en complicidad con las autoridades administrativas, judiciales y militares, lo que impide a los pastores peul recurrir al Estado para hacer valer sus derechos dejándoles sin más alternativas que recurrir a los grupos terroristas para hacer valer sus intereses. Una vez más, los grupos yihadistas explotan las tensiones intercomunitarias e intracomunitarias entre los propios peul para captar adeptos fácilmente en sociedades tan balcanizadas. Aprovechan esta situación vendiendo un discurso de igualdad de clases sociales disruptivo con el orden tradicional. Este ideal islamorevolucionario cala rápidamente entre estos grupos. Además, les ofrecen armas y dinero y, por tanto, el espejismo de poder durante generaciones se les ha negado.

En tercer lugar, los téréré que son criminales comunes que se dedican al robo de ganado. Los térérés utilizan las motos y vehículos para sus robos y para el tráfico ilegal. Estos últimos se unen a los grupos yihadistas para conseguir dinero se manejan bien con las armas y son buenos atletas19. El móvil de este colectivo es únicamente económico. Ser combatiente para Katiba Macina supone 150 000 FCFA mensuales (el equivalente a unos 229 euros) y si son kamikazes puede llegar hasta 750 000 FCFA (el equivalente a 1189 euros), siendo el salario medio mensual en Mali de aproximadamente 58 000 FCFA (88 euros) y el mínimo interprofesional de 40 000 (61 euros), se trata de una suma muy atractiva para este tipo de perfiles20. Aunque pueden terminar por identificarse con la causa, estos perfiles recuerdan más a los señores de la guerra en África Central que a yihadistas que defienden una causa religiosa.

Por último, cabe destacar un nuevo grupo que apareció tras la consolidación de los grupos yihadistas en el poder. Debido a las continuas masacres de los peul a manos de las milicias autodefensas dogon y bambara, sobre todo en Mali y en Burkina Faso, muchos se han visto obligados a desplazarse de sus localidades, en algunos casos malviviendo en campos21, han perdido a algún familiar y han sufrido graves pérdidas personales y económicas. La ausencia de alternativas, la inacción de la justicia y el deseo de venganza están facilitando su reclutamiento por parte de los grupos yihadistas de estos países.

Táctica de expansión del discurso yihadista

Una vez estudiados los perfiles y formas de reclutamiento de estas organizaciones, es imprescindible entender su táctica de propagación. La expansión por la región del Sahel ha sido exponencial, consiguiendo incluso el control territorial sobre la mayoría de las áreas del delta de Níger, dificultosas de acceder.

Los grupos yihadistas que operan en el Sahel propugnan e imponen un «pensamiento único». Su estrategia para lograr la legitimidad y el apoyo de la población local es la de señalar un enemigo común, el Estado y sus cómplices. No necesitan estar presentes para controlar gran parte de su territorio, su táctica es la siguiente:

En primer lugar, cometen una serie de asesinatos y secuestros dirigidos para aterrorizar a la población local. Los asesinados suelen ser los representantes del Estado, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, autoridades locales, magistrados de los tribunales de paz, funcionarios, prefectos y profesores. Los opositores tienen la opción de morir o marcharse. También asesinan a cualquier jefe religioso, autoridad tradicional o miembro de la élite que se les oponga, bajo la excusa de que son colaboradores del régimen22.

Después, tras asesinar de manera «ejemplificadora» ante el pueblo, reclutan a colaboradores para que hagan de «espías» y se aseguren de que la población obedece la sharía impuesta por los terroristas. Estos colaboradores suelen llamarse células durmientes. No son combatientes, pero ofrecen información, facilitan el reclutamiento y dan apoyo logístico y material a los yihadistas23. En esos casos, los miembros de estos grupos terroristas solo vienen a cobrar impuestos (zakat), a reclutar forzosamente y a castigar a aquellos que hayan desobedecido los preceptos. Dichos preceptos incluyen un estilo radical de vida religiosa que prácticamente impide la economía. Las mujeres son las que más tienen que adaptar su estilo de vida, con un cambio en su vestimenta, en sus obligaciones, en su comportamiento y, sobre todo, unas prohibiciones que les impiden llevar una vida normal24.

Por último, los grupos yihadistas son capaces de reemplazar algunas de las funciones del Estado colocándose en su posición, ofreciendo seguridad, educación, regulando la economía y la justicia. En muchos casos, no hay oposición puesto que los funcionarios que las ejercían o bien han sido asesinados o han huido. La educación oficial es el servicio público que primero desaparece en las zonas controladas por los grupos terroristas25.

«Cualquier alcalde o diputado que venga a construir una escuela, una carretera, traer ayuda humanitaria, cavar un pozo en nombre de la República de Mali, de Francia o de cualquier otro país, será nuestro enemigo, excepto dispensarios u hospitales»26.

 

Factores de radicalización y captación de los peul por los grupos yihadistas

Los factores que empujan a muchos peul hacia la radicalización y, en algunos casos, a enrolarse en los distintos grupos armados, ya sean grupos yihadistas o milicias de autodefensa, son muchos y de distinto tipo. Algunas de ellas no solo afectan a los peul, sino al conjunto de las sociedades del Sahel, África Occidental y Central en general. Nombraremos los que a nuestro entender son más importantes.

Las ‘falsas escuelas coránicas’, la trata y la explotación

Miles de niños son enviados cada año, desde edades tan tempranas como los cinco años, a supuestas escuelas tradicionales islámicas donde deberían aprender los valores del islam, el contenido del Corán y, en algunos casos, continuar sus estudios hasta convertirse en maestros también. La realidad es que el sistema educativo implementado por líderes como Usman Dan Fodio (sokoto) o Sekou Amadou (macina) para educar a una élite, hoy, está sirviendo para que supuestos maestros exploten impunemente a cientos de niños sometiéndose a trabajos forzosos y a la mendicidad forzosa, además de pasar durante años sometidos a continuos abusos físicos y, en algunos casos, sexuales27.

Muchos de estos niños son trasladados de un país a otro y nunca vuelven a sus localidades de origen, ni recuerdan cómo llegar. Cuando se escapan o abandonan la escuela al llegar a los 12-14 años, se encuentran perdidos, solos, no han creado jamás un vínculo afectivo y de confianza con nadie y solo han aprendido a memorizar el Corán, son completamente analfabetos. De esta manera muchos acaban en la delincuencia como única manera de supervivencia.

Esto no sucede en todas las escuelas de enseñanza tradicional islámica, pero sí en muchas sin que gobiernos o las grandes hermandades sufíes de África Occidental hagan nada en contra. Aunque no afecta únicamente a la infancia peul, sí que en estas escuelas hay una gran mayoría de niños procedentes de zonas hallpullar (de habla peul)28. Por ejemplo, son muy visibles en el norte de Costa de Marfil (niños peul que proceden mayoritariamente de Mali)29 o en el norte de Benín (niños peul que proceden del Níger)30, en Senegal hay una mayoría de niños procedentes de Kolda del lado de Senegal y del lado de Guinea Bissau con una mayoría de población peul.

En el caso de Mali, se han documentado casos de maestros coránicos que han vendido estos niños a los grupos armados31. Una gran mayoría de los niños recuperados de las filas yihadistas proceden del tipo de escuelas descritas32.

Atalayar_Mapa escuelas coránicas

El alejamiento de los niños del hogar y la sociedad, el analfabetismo y el hecho de que sólo memoricen el Corán, proporciona a ideólogos extremistas la apertura cognitiva necesaria para facilitar el reclutamiento y radicalización.

Las experiencias en la primera infancia pueden determinar de manera decisiva la forma de ser de un adulto, su capacidad de regulación emocional —especialmente emociones negativas como la ira o la frustración—, su visión del mundo y la manera de relacionarse con las personas. Por eso, los niños víctimas de esta y otros tipos de trata se están convirtiendo en el caldo de cultivo idóneo para el reclutamiento por parte de grupos yihadistas, siendo el Sahel y África Occidental subsahariana —según  UNDOC— la zona más afectada por esta lacra.

Solo en el norte de Nigeria, según un informe de la UNESCO de 2019 elaborado junto con el Banco Mundial y Unicef, el número de almajiris33 de toda clase de escuelas coránicas está estimado en 9,5 millones. El 72 % de los 13,2 millones de niños están fuera del sistema escolar oficial en Nigeria. Los grupos terroristas ofrecen a estos niños una familia, un objetivo vital y dinero.

Desempleo y falta de oportunidades

La falta de oportunidades es un factor fundamental tanto de jóvenes sin preparación como de jóvenes preparados. No hay ningún incentivo al emprendimiento y al autoempleo y tampoco hay un tejido industrial o empresarial que pueda absorber toda la demanda que sale cada año al mercado laboral cada vez con menos esperanza.

«De 20 millones de jóvenes africanos que ingresan al mercado laboral cada año, solo 2 o 3 millones encuentran trabajo. Esto es lo que alimenta los conflictos y el terrorismo»34.

En el caso de los jóvenes que han realizado estudios superiores, al terminar la universidad, la mayoría no encuentra trabajo y acaba autoempleándose en pequeños trabajos como taxi-moto, vendedores de pequeñas cosas, etc. lo que genera un importante sentimiento de frustración.

Hay miles de jóvenes y sus familias viviendo en condiciones absolutamente miserables. De hecho, los padres son los que muchas veces empujan a sus hijos a unirse a estos grupos como una alternativa económica rápida para mantener a la familia: «Boko Haram atrae a sus miembros principalmente de jóvenes desamparados, graduados de la escuela secundaria y la universidad sin trabajo, y niños indigentes»35.

Sentimiento identitario en torno a la victimización

En la actualidad, los peul tienen conciencia de su peso económico, demográfico y de su pasado glorioso y tradición histórico-cultural, aún así, se sienten víctimas ¿por qué?

Desde antaño, existen tensiones de diversa índole entre los distintos pueblos del Sahel, en concreto, siempre han existido conflictos entre agricultores y pastores por la tierra y los recursos hídricos, especialmente, con pastores nómadas peul. Pero los conflictos armados de los últimos años han exacerbado el miedo convertido en vector de violencia extrema y discriminación contra este pueblo, especialmente en el caso de RCA o de Mali, donde la población ha atacado y asesinado indiscriminadamente a peul ante la pasividad del Gobierno.

En otros países como en Guinea, los sucesivos Gobiernos han aplicado políticas discriminatorias contra los peul, aumentando año tras año las tensiones hasta el punto de que algunos intelectuales publicaron la Alerta sobre la preparación del genocidio contra los peul y el proyecto de guerra civil en Guinea36, sin ningún eco en la comunidad internacional.

También es cierto que en otros países sucede lo contrario, como es el caso de Nigeria, en el que grupos peul y hausa están asesinando y obligando a desplazarse a cientos de personas ante la inacción de Buhari (de origen peul), actual presidente de Nigeria.

Aunque, en la actualidad, no existe un movimiento global peul, sí que se está reforzando una radicalización identitaria entorno a los sentimientos de estigmatización, frustración y trauma que, sin duda, también son utilizados y explotados por radicales y yihadistas para engrosar sus filas37.

La respuesta del Estado central a la cuestión de la radicalización peul

En los últimos años, los Gobiernos de Mali, Níger y Burkina Faso han movilizado recursos para reforzar las estructuras de seguridad con el objetivo de enfrentarse a la amenaza yihadista y proteger a la población civil. Los presupuestos de Defensa de los tres países se han doblado desde 2013 a 2018, de un 5,4 a un 10,6 %38. Esta suma corresponde a 600 millones de dólares en estos tres países. Además del aumento en el presupuesto como parte de la reforma del sector de seguridad, Mali ha aumentado su número de Fuerzas Armadas y gendarmería, incrementándose en un 30 % y un 18 % respectivamente39. Si bien el aumento de las fuerzas de seguridad ha obtenido como resultados algunos avances sobre todo en materia de protección de la población y en el refuerzo y visualización de la presencia del Estado en la región, no han acabado con los grupos yihadistas, ni con los problemas de cohesión social, especialmente en la zona de Liptako Gourma (Mali, Burkina Faso y Níger).

La estrategia seguida por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado ha sido la persecución y la detención indiscriminada de todos aquellos peul que pudiesen ser sospechosos de pertenecer a un grupo terrorista. Un ejemplo es lo que ocurrió después de los atentados terroristas perpetrados por Katiba Macina, en Nampala, en los que perdieron la vida 19 personas. El ejército llegó a la ciudad e interrogó a 50 jóvenes peul sobre los atentados. Esa detención incluyó el desplazamiento forzoso a Bamako en la que fueron interrogados por oficiales hasta que, gracias a la movilización de las asociaciones peul, les dejaron libres por falta de pruebas40.

«Los soldados nos ataron las manos y los pies y nos cubrieron la cara. No podíamos ver nada y era difícil respirar. Luego nos llevaron al monte. Nos golpearon durante horas […]. Intenté moverme para protegerme, pero no pude. […] Me preguntaron si era un yihadista, si conocía a los yihadistas, y yo les respondí incansablemente que no, que solo buscaba el pan de cada día para mi familia, pero no escucharon nada»41.

Este trato del ejército a la población peul ha traído consigo tres consecuencias muy graves. La primera de ellas es la absoluta desconfianza de los peul en el Estado maliense. La segunda, la legitimación de las acciones contra los peul de las milicias autodefensa, dogon y bambara mayoritariamente, de los que reciben continuos ataques ante la pasividad del Gobierno. Esta situación refuerza el argumento yihadista y empuja a muchos peul a sus brazos, ya que sienten que no importa si son terroristas o no, serán perseguidos igualmente como si lo fueran a manos del Gobierno o de las milicias autodefensas.

La actitud del Estado frente a las milicias autodefensa ha cambiado a lo largo del conflicto en la región de las tres fronteras. Las fuerzas de seguridad han tenido una relación ambigua con las milicias autodefensas. Por ejemplo, en 2016, cuando comenzó su actividad Dan Na Ambassagou, una milicia autodefensa que se reclama como dogon y cuyo objetivo era proteger a la población local, algunas autoridades políticas y militares toleraron dicha formación e incluso en algunos casos hasta la promocionaron porque entendían que en las zonas más rurales donde el Estado no llega, sería una buena forma de defenderse de la amenaza yihadista. Además, las Fuerzas Armadas utilizan la información proporcionada por estos grupos para atacar a los yihadistas, teórico enemigo común, por lo que la existencia de estos grupos les era de utilidad42.

Aprovechando la situación intermedia en la que se encontraban, las milicias han ido consolidando su red de influencia hasta escaparse del control estatal, parte de enfrentamientos directos con los grupos yihadistas, han comenzado a atacar a civiles no armados, mujeres y niños, arrasando pueblos enteros peul como la matanza a manos de Dan Na Ambassagou en Ogossagou (Mali), el pasado marzo de 2019, o como los asesinatos en Yirgou, el pasado marzo de 2018, a manos de otro grupo burkinabé de autodefensa, Koglewogo43. Es a partir de estos acontecimientos cuando los Gobiernos centrales cambiaron de parecer con respecto a estos grupos. Tras la matanza de Ogossagou, ante la reacción internacional, el Gobierno central de Mali, decidió disolver la milicia de Dan Na Ambassagou44. Aun así, los años de pasividad del Estado ante este tipo de acciones han sido suficientes para que algunas comunidades peul sientan hoy la más absoluta desprotección por parte de las fuerzas del Estado.

Iniciativas de diálogo comunitario con presencia del estado y líderes civiles

Si bien no hay iniciativas significativas que atacan específicamente la cuestión de la radicalización de los pastores peul, en los últimos cinco años han surgido varias iniciativas que intentan tanto apoyar el diálogo intercomunitario para resolver las tensiones y resentimientos entre distintas etnias como atajar las causas que han dado lugar a la radicalización de algunos miembros de comunidades peul. En Burkina Faso, se inició un Diálogo sobre Justicia y Seguridad en Saaba para estudiar formas de mejorar el entorno de seguridad. En ese diálogo participaron miembros de la milicia autodefensa Koglweogo, mujeres, organizadores comunitarios, representantes de la juventud y políticos locales. A través de este diálogo, la comunidad participó en un amplio intercambio con la policía y la gendarmería de Burkina Faso.

El diálogo ha contribuido a reducir las tensiones intercomunitarias y a restablecer la confianza entre las fuerzas de seguridad y los miembros de la comunidad45. Otro ejemplo es la implantación de un Plan de Seguridad Integral en Mali, a finales de 2017, que incluye el recomenzar el proceso de desarrollo económico en la región y un programa de comunicación y diálogo intercomunitario que incluya una estrategia local de desarme46. En Níger, la autoridad por la consolidación de la paz (HACP, por sus siglas en francés)47 organiza diálogos comunitarios que permiten a las comunidades expresar sus preocupaciones y abordar las deficiencias de los programas estatales. Estos programas en los que el Estado y los líderes comunitarios se coordinan han probado ser los más efectivos a la hora de hacer frente a los intentos de radicalización.

Conclusión: frenar y prevenir una cuestión peul

La principal conclusión es que no podemos hablar de los peul de forma global y, por lo menos, hasta hoy, tampoco de una yihad global peul. Sin embargo, no es posible obviar que existen problemas de radicalización de determinados grupos peul en determinadas zonas del África Occidental, cuya raíz se encuentra en una realidad social enfrentada y dividida y que constituye la principal fuente de debilidad de los Estados sahelianos.

El sistema de castas, las violentas represalias tomadas por parte de otras etnias y por el Estado está provocando un sentimiento de frustración e injusticia generalizado, entre pastores peul principalmente, de países como Mali, Níger y Burkina Faso que podrían desembocar en la creación de una «cuestión peul» unida a la yihad48. Los grupos yihadistas les ofrecen una alternativa para conseguir la protección y el reconocimiento y protagonismo social que tienen la sensación de haber perdido.

Las tensiones con otras comunidades también son cada vez son mayores. Si la causa peul se instala como se instaló la tuareg en Mali, los Estados del Sahel van a tener que hacer un esfuerzo extraordinario por mantener la cohesión social en naciones que ya de por sí son extremadamente frágiles.

Por todo ello, una serie de medidas deben llevarse a cabo de manera urgente. El fortalecimiento del Estado de derecho en los países del Sahel es crucial para frenar el reclutamiento de los grupos yihadistas. Los Estados deben ofrecer la misma protección e impartir justicia de forma igualitaria para toda la población sin discriminación alguna, así como luchar contra la corrupción endémica a todos los niveles. Tras el golpe de Estado en Mali del pasado agosto, es crucial que no se repita lo que ocurrió en 2012, que los grupos yihadistas no se aprovechen del vacío de poder para ganar fuerza.

Además, la supervisión de las escuelas coránicas de todo tipo, pasando a ser incluidas y reguladas dentro de los sistemas educativos oficiales y siendo inspeccionadas periódicamente, es imprescindible para evitar el adoctrinamiento, frenar los continuos abusos que sufren algunos alumnos y, sobre todo, acabar con su venta y uso por parte los grupos yihadistas.

Por otro lado, es necesario el registro de la población con biometría, imprescindible para la organización de unas elecciones democráticas percibidas como transparentes por todos (especialmente si se utilizaran sistemas como blockchain) y para el refuerzo del control fronterizo de personas y mercancías. Ello dificultaría, entre otros, los movimientos transfronterizos de posibles terroristas, la trata de personas y el reclutamiento de niños soldados, puesto que un niño que no está registrado no existe.

Por último, de forma preventiva, es necesario el diseño e implementación de políticas estructurales que promuevan el emprendimiento, la creación de empleo y la seguridad jurídica, además de las mejoras necesarias en el sistema educativo para que toda la población tenga acceso a las mismas oportunidades.

1 - BABAGANA A. The perception of the fulani nomads on land ownership in the Sub-Saharan African Region: case study of Nigeria, Chad, Cameroon, Niger and Benin republics. 2017. Disponible en: ResearchGate Consultado el 20.07.20.
2 - TAMARI, T. “The Development of Caste Systems in West Africa”, The Journal of African-History, 32 (2), 1991, pp. 221-250. Disponible en: www.jstor.org/stable/182616 Consultado el 20.07.20.
3 - Contadores de historias en África Occidental.
4 - Resumen de la leyenda peul sobre el origen de los woodabee, pastores peul nómadas que se mueven entre Níger, Nigeria, Camerún, RCA y Chad.
5 - Para entender diferencia entre sufismo, salafismo y wahabismo. Disponible en: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2015/DIEEEO88-Antiislamismo_MGlezHdez.pdf
6 - Hermandad sufí fundada en Argelia en 1782 por Ahmed Tijani.
7 - Hermandad sufí fundada por Abdul Qadir Gilani (1077-1166) en Irak.
8 - De lengua peul.
9 - RODRIGUEZ P. y DÍEZ ALCALDE J. Las “falsas Escuelas Coránicas” y la tragedia de la explotación infantil en África Central y Occidental. Documento de opinión del IEEE 48/2017. Enlace web IEEE Consultado el 21.07.20.
10 - HAMPSHIRE K.R. Fulani. In: Ember C.R., Ember M. (eds) Encyclopedia of Medical Anthropology. Springer, Boston, MA, 2004.
11 - Proverbio peul.
12 - THIAM, A. Central Mali: Stakes and Dangers of a Neglected Crisis, Macina Institute, Humanitarian Dialogue (HD), March 2017. p. 24.
13 - BRUJIN, M. Biographies de la Radicalisation : Des messages cachés du changement social. African Books Collective, 2018. Project MUSE. p. 199.
14 - ISS. Jeunes « djihadistes » au Mali Guidés par la foi ou par les circonstances ? Note d’analyse 89, agosto de 2016.
15 - BA, B. Le conflit meurtrier entre Sossoobe et Salsalbe (cercle de Ténenkou, Mali), Paris. 1996. p. 280- 286.
16 - BENJAMINSEN, T, A; BA, B. Why do pastoralists in Mali join jihadist groups? A political ecological explanation, The Journal of Peasant Studies. 2018. p.14.
17 - op. cit. BRUJIN. p. 198.
18 - El salario medio mensual en Mali es de, aproximadamente, 88 euros.
19 - Adam Thiam, op.cit., p. 39.
20 - L'Institut National de Prévoyance Sociale (INPS) Mali, et Centre des liaisons européennes et internationales de sécurité sociale.
21 - “Au Mali, des camps de déplacés peuls sous la menace du COVID-19”, France 24, mayo 2020. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=y9RUayb58Rk
22 - Adam Thiam, op.cit., p. 13.
23 - “Speaking with the ‘Bad Guys’: Toward Dialogue with Central Mali’s Jihadists”, International Crisis Group,
Africa Report N°276. 28 mayo 2019. p. 4.
24 - GALY CISSE, M. H. Koufa, fer de lance du radicalisme dans le Mali central. Project Muse. p. 181.
25 - TOBIE, A. SANGARÉ, B. The Impact of Armed Groups on the Populations of Central and Northern Mali. SIPRI. Octubre, 2019.
26 - Grabación de Amadou Koufa, líder de Katiba Macina, 2018. “Speaking with the ‘Bad Guys’: Toward Dialogue with Central Mali’s Jihadists Africa”, International Crisis Group. Report N°276. 28 mayo 2019, p. 21.
27 - There Is Enormous Suffering Serious Abuses Against Talibé Children in Senegal, 2017-2018. Human Rights Watch y PPDH, 11 de junio de 2019. Disponible en: https://www.hrw.org/sites/default/files/report_pdf/senegal0619_web2_2.pdf Consultado el 04.08.20.
28 - Entrevista realizada por Patricia R. coautora del presente documento, a Mamadou Wane, realizada en Dakar el 29.11.2016.
29 - Viaje a Korogho por Patricia R., para comprobar la situación de la mendicidad en escuelas coránicas en noviembre del 2017.
30 - Viaje a Kandi por Patricia R., para hacer un estudio sobre la situación del derecho a la protección de la infancia en marzo del año 2015.
31 - Los niños y los conflictos armados. Informe del Secretario General de Naciones Unidas S/2014/339, 15/05/14. Disponible en: http://www.un.org/es/comun/docs/?symbol=S/2014/339 Consultado el 24.07.2020.
32 - Entrevista a Mamadou Wane, realizada en Dakar el 29.11.2016.
33 - Término utilizado para designar al alumno de escuela una coránica en Nigeria.
34 - MABINGUE N., director regional del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Dakar.
35 - ONUOHA, Freedom C. “Why Do Youth Join Boko Haram?”, US Institute of Peace, 2014, Disponible en: www.jstor.org/stable/resrep12548 Consultado el 23.07.2020.
36 - Disponible    en:    https://actuguinee.org/index.php/2013/09/22/alerte-sur-la-preparation-du-genocide- contre-les-peuls-et-le-projet-de-guerre-civile-en-moyenne-guinee-lance-par-le-president-alpha-conde/ Consultado el 29.08.20.
37 - DOUGOUKOLO A.O. Ba-Konaré (5/09/2018) Afrique : Les Peuls se sont-ils radicalisés ? Le Point Afrique. Disponible en : https://www.lepoint.fr/afrique/afrique-les-peuls-se-sont-ils-radicalises-05-09-2018- 2248841_3826.php Consultado el 05.08.2020.
38 - Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI).
39 - LE ROUX. P. Responding to the Rise in Violent Extremism in the Sahel. December 2, 2019.
40 - THIAM, A. Central Mali: Stakes and Dangers of a Neglected Crisis, Macina Istitute, Humanitarian Dialogue (HD), March 2017. p. 41.
41 - Entrevista a una víctima FIDH/AMDH. Dans le centre du Mali, les populations prises au piège du terrorisme et du contre- terrorisme, Rapport d’enquête, novembre 2018 / N° 727f.
42 - “Speaking with the ‘Bad Guys’: Toward Dialogue with Central Mali’s Jihadists”, International Crisis Group, Africa Report N°276. 28 May 2019. p. 6.
43 - MINUSMA et HCDHNU, Rapport sur les abus des droits de l’homme commis dans le village de Koumaga, Cercle de Djenné, région de Mopti, 23-25 Juin 2018, Dec. 2018.
44 - DELORME, R.S. Massacre Peul : deux gestes forts du gouvernement malien. AFP. 25.03.2019.
45 - Idem, LE ROUX, Responding to the Rise in Violent Extremism.
46 - République du Mali, Ministère de la Sécurité et de la Protection Civile, Plan de Sécurisation Intégrée des Régions du Centre (PSIRC Mopti et Ségou), feb. 2017.
47 - LE ROUX. P. Interview with the Haute autorité pour la consolidation de la paix (HACP) in Niamey.
Responding to the Rise in Violent Extremism in the Sahel. Dic. 2019
48 - En países como Nigeria, sin embargo, el proceso es el contrario, el Estado mira hacia otro lado ante los crímenes cometidos por peul, lo que cada vez está generando más odio, miedo, división y tensión por parte del resto de culturas presentes en el norte del país del que muchas han tenido que huir, salvo con los haussa, sus principales aliados.

Beatriz de León Cobo. Analista especializada en asuntos de seguridad (África subsahariana)

Patricia Rodríguez González. Analista especialista en protección de la infancia. Directora de Child Heroes