La crisis económica, lecciones aprendidas (II)

Vicepresidenta economica y la ministra de Hacienda

Como viene siendo una costumbre ya asentada en esta serie de documentos recopilatorios de lecciones aprendidas tanto sobre la crisis sanitaria como de su derivada, la económica; se puede apreciar, que la mayor parte de los errores realizados en fases anteriores, se siguen arrastrando en las sucesivas

Tal y como se preveía y quedó patente bien pronto, la forma de atacar la crisis económica depende directa y proporcionalmente de la rapidez en el cierre y de la eficiencia de la lucha en la crisis sanitaria para propiciar cuanto antes su salida y la vuelta a la actividad. Los constantes cambios de criterio del gobierno adoptados en base a, según dicen, informes técnicos y la “situación real”, influyen directamente en la forma, modo y el tiempo de afrontar el ataque y la mencionada salida a la importante crisis económica. Por errores del gestor, mala previsión o falta de anticipación, muchas de las medidas y restricciones adoptadas han tenido una influencia negativa en la recuperación económica.

De entre los más importantes fallos, resaltan el que la campaña de Comunicación del gobierno, desde el inicio, la confundieron con la de una excesiva, cansina y falsa campaña de Propaganda; no se ha seguido un plan debidamente trazado; las correcciones y rectificaciones son constantes y, en general, la actuación del gobierno para taponar la potente sangría sobre las empresas, es lenta, en muchos casos de efecto contrario y generalmente tardía.   

Al ser difícil encontrar puntos o actuaciones pura y realmente positivas, paso a relatar las que considero más importantes, todas ellas mezcladas y sin clasificarlas; confío en la inteligencia del lector para que sea él mismo, el que las clasifique y califique positiva o negativamente.

  
•    La necesidad de liquidez y créditos para muchos países de la UE, entre ellos España, es muy grande y desde el primer momento se entendió que había que hacer algo para paliarlo. Aunque todos los miembros han precisado realizar acciones económicas propias; para muchos, dichos esfuerzos propios no son suficientes. Los países más afectados económicamente por la pandemia son España, Italia y Grecia de entre otros cercanos como puede ser la misma Francia. Como viene siendo habitual en la toma de decisiones de la UE y máxime cuando se habla de ingentes sumas de dinero, las decisiones finales son lentas en llegar.


•    El Parlamento Europeo aprobó inicialmente movilizar hasta 2 billones de €. Durante más de tres semanas, los trabajos de la Comisión han sido incapaces de lograr el acuerdo de la mayoría en la forma y en la cuantía de activar el ya conocido Fondo de Reconstrucción, al que estimaban una dotación máxima es de 1,5 billones sin apenas condiciones. Las trabas para alcanzar un texto consensuado vienen de algunos países del centro y norte de Europa como Austria, Holanda, Dinamarca y Suecia al exigir cierto tipo de condicionamientos, reformas o intereses.


•    Como consecuencia de tal atasco, el pasado 18 de mayo, Merkel, y Macron, presentaron una propuesta conjunta sobre dicho fondo de reconstrucción, que limitó unas ayudas de 500.000 millones de euros para los países más golpeados por la crisis económica derivada de la pandemia. Plan que se sustentaba en cuatro pilares: estrategia sanitaria, fondo de reconstrucción para la solidaridad y el crecimiento, aceleración de la transición ecológica y digital y el fortalecimiento de la capacidad y soberanía industrial europea. A pesar de que la iniciativa aportaba ciertas aparentes ventajas al tratarse de subsidios y no de créditos con la idea de evitar que se dispare la deuda de los países afectados y que los millones de euros. Fondos a captar en los mercados “en nombre de la UE”; de entre los inconvenientes a dicha propuesta aparecen varios elementos tales como: debe ser aprobada por unanimidad de los 27 y ratificada en sus parlamentos; supone un incremento del presupuesto comunitario entre 2021 y 2027 -lo que significa que cada país miembro, España también, deberá aportar su parte correspondiente y nada pequeña en nuestro caso, para que se haga realidad-; llegará por partes en siete años sucesivos vía presupuestos anuales; tampoco es un cheque en blanco para que cada gobierno haga lo que quiera con dicho dinero y que gran parte se destinará a suplir las deficiencias apreciadas durante la crisis del coronavirus en base a las carencias europeas industriales y sanitarias, algo que ambos se apresuran a remediar para mejorar las capacidades en sectores clave para que la UE no se vea nunca más envuelta en situaciones tan difíciles.


•    Finalmente, ha aparecido una segunda gran propuesta de la mano de la Presidenta de la Comisión, que difiere en gran parte de la anterior y que se acerca a los 750.000 millones  de € a movilizar.  Se conoció el pasado 27 de mayo y es un plan muy complejo que igualmente debe ser aprobado por todos los miembros y también se sustenta en los mismos cuatro pilares de Merkel y Macron. El plan que Von der Leyen estará integrado en el esquema legal del llamado «Semestre Europeo» que incluye los ya determinados y otros por determinar controles y recomendaciones específicas, así como cierta focalización de las inversiones que deben cumplir los países –en ningún caso, es un cheque en blanco-. Si todos los gobiernos aceptan esta propuesta 310.000 millones serán dedicados a subvenciones directas de proyectos aprobados por las Comisión y el resto, 250.000 millones, tendrán forma de créditos. Los fondos estarán disponibles para todos los Estados miembros a partir del uno de enero de 2021 y se irán prolongando hasta 202. La Comisión intentará concentrar su acción en los países más afectados y dentro de ellos, en las regiones más dañadas por los efectos de la pandemia. Además, se añadirán 55.000 millones de euros a los actuales programas de política de cohesión para ser usados por las regiones lo antes posible, a partir de ahora mismo y durante los próximos dos años, según sea la gravedad de los efectos socioeconómicos de la crisis, incluido el nivel de desempleo juvenil. La propuesta añade 40.000 millones de euros adicionales al Fondo de Transición energética Justa y otros 15.000 millones para el Fondo de Desarrollo Rural.


•    La deuda contraída empezará a devolverse después de 2027 pudiendo alargarse hasta 2058. Para hacerlo, se deberá elevar de forma temporal el umbral de recursos propios del presupuesto comunitario, que pasaría del 1,2% al 2% de la Renta Nacional Bruta de la UE. El margen adicional, de más de 100.000 millones de euros, se utilizaría en forma de avales de los Estados para la emisión de deuda conjunta. Bruselas propondrá a los países amortizar esa cantidad y devolver los intereses con un conjunto de impuestos propios tales como: la tasa al carbono en frontera, los derechos de emisión, la tasa digital o un impuesto a las grandes corporaciones.   


•    Ante las “pocas prisas” en la Unión para presentar dinero contante y sonante sobre la mesa de los gobiernos necesitados, en España se le une la falta de liquidez a corto y medio plazo, la excesiva carga de trabajo en un sistema mal engrasado, cierta incompetencia de los funcionarios o del sistema informático para la tramitar las altas en los ERTEs, EREs y sus abonos por las oficinas de empleo -antiguas oficinas del INEM y recientemente rebautizadas como Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE)- cerradas al público durante la pandemia hasta la fecha con trabajo telemático. Situación, que ha llevado a un colapso parcial y muy importante de personas -se estiman en 800.000 aunque el gobierno lo niega- que durante todo este tiempo y sin trabajar, aún no han percibido ni un solo euro de lo que les corresponde, ni los autónomos, a los que por el contrario, si se les ha exigido el pago de sus correspondientes impuestos


•    El cierre casi total durante más de dos meses, la reapertura a ralentí y con muchas limitaciones de la actividad económica e industrial, de los centros de recreo, ocio, hostelería, transporte, turismo y demás ha provocado la caída de no solo los que legalmente trabajan en dichos sectores, sino de los que lo hacían envueltos en la economía sumergida. Es principalmente en este amplio sector de personas (varios millones), donde la crisis ha golpeado con más fuerza dado que todos ellos no tienen ningún agarradero en el que asirse para cobrar algún tipo de subvención, lo que ha provocado el exponencial recrudecimiento de las llamadas “colas del hambre” donde la gente se apiña frente a instituciones benéficas -principalmente de la Iglesia- para recoger el sustento personal o familiar por parte de la caridad. Situación, a la que se unen los indigentes habituales y aquellos, ya mencionados, a los que aún no les han cerrado su expediente para normalizar su correspondiente subsidio. 


•    Ante tanta necesidad, el gobierno con toda su aparente parafernalia y capacidad no parece tomar serias cartas en el asunto para solventar esta situación y se ha visto inmerso en luchas intestinas para aparentar que parte es la más social; el tiempo pasa, la indignación crece y es más que seguro la aparición de una insatisfacción social que muy probablemente degenerará en un levantamiento de cierta entidad a poco tardar. 


•    Tan solo, tras más de un mes de discusiones internas, hoy se ha aprobado el pago de un complejo y difícil de evaluar subsidio conocido como la Renta Mínima Universal -que ya es motivo de cambalache con el PNV, aunque se pretende pagar por la Seguridad Social-para solo unas 850.000 familias (las familias necesitadas superan los 2,5 millones).  Inicialmente, a partir de principios de junio, solo se cubrirán unas 100.000, las más necesitadas. Las cantidades a pagar, oscilarán entre los 462 y los 1.015 euros para no sobrepasar el salario mínimo interprofesional fijado en 1.100 €. El costo será de unos 3.000 millones de € (mucho más cicatero de lo inicialmente previsto) a incluir en los presupuestos. Es compatible y complementario con trabajos menores y otros subsidios similares a nivel local o regional y el que lo percibe se compromete a buscar trabajo de forma continua y/o a formase para mejorar su condición laboral. Conceptos, que serán revisables y calificables al año de ser otorgado en busca de posibles fraudes punibles, lo que aumentará su complejidad, falta de claridad y cierta animadversión. 


•    El gobierno, en sus periódicos alardes de regalías y promesas huecas, ha anunciado dos paquetes de medidas económicas; el primero el 12 de marzo por un monto de 18.000 millones de euros de los que la mayor parte de dichas ayudas se destinarán a aplazar impuestos a pymes y adelantar financiación a las comunidades autónomas; el otro con fecha de 2 de mayo por un importe de 16.000 millones como fondo especial no reembolsable en apoyo a la reconstrucción de las autonomías. A pesar de haber prometido detallar ambos en poco tiempo, aún se está a la espera de noticias de cómo y cuándo se harán efectivos y saber cuánto le corresponde a cada una, si es que algún día se hacen realidad. Es más que posible que dicha repartición sea finalmente, motivo de nuevos cambalaches con las regiones más afines o necesarias al gobierno para seguir obteniendo los votos necesarios para continuar en su posición de privilegio.  


•    Por primera vez en la historia de España, la cuantía para el pago de las pensiones cae en unos 8 millones de € al mes (0,27%) dado que 38.508 pensionistas han fallecido. Las tasas de letalidad durante la pandemia han adquirido un alto porcentaje; en concreto de 14,2% de los que tienen entre 70 y 80 años; un 23,45 del grupo de 80-90 y el 24, 75% para los mayores de 90 años. A esto hay que sumarle los que no han formalizado sus derechos por el cierre de las oficinas de la Seguridad Social y el trabajo telemático; medio que muchos mayores no conocen o no tienen acceso y no han podido formalizar dicho derecho.


•    A pesar de lo anterior, para poder hacer realmente frente a estos gastos, promesas y alardes; el gobierno en el consejo de ministros el 26 de mayo se ha visto obligado a “habilitar” un macro crédito de hasta 30.500 millones a la Seguridad Social por el agujero de la crisis y ante la falta de la liquidez en caja. El préstamo se divide en un crédito de 14.002 millones con el que afrontar el desplome de los ingresos, y otro de hasta 16.500 millones para abonar las prestaciones de los ERTE y el desempleo. Crédito que irá derechito a ser costeado con más deuda. 


•    Aparte de lo anterior, y mientras la UE se decide o no a poner algunos fondos en metálico a disposición y en como lo va a realizar, España según vimos, está volcada y casi decidida a cubrir inicialmente sus muchas necesidades con la mayor edición de deuda jamás vista. Deuda para la reconstrucción del país, que algunos estiman que podría alcanzar un abanico de entre los 130.000 a los 300.000 millones de €. Una barbaridad que pagarán nuestros nietos o incluso más allá.  


•    De aprobarse por los 27 la mencionada propuesta de la Comisión Europea; a España, si su gobierno acepta las condiciones que nos impongan, le correspondería unos 140.000 millones de € de los que unos 77.000 serían a fondo perdido y el resto en forma de préstamos; todos con las limitaciones y dedicaciones que finalmente se determinen. Cantidad, que si bien es astronómica, es muy pareja a todo lo ya expuesto y comprometido a gastar para empezar a rodar; por lo que supondrá un alivio, pero nada más.   


•    Todo este gasto extraordinario de la Unión, no viene caído del cielo ni colgado en los árboles; supone un esfuerzo añadido por parte de los más ricos a lo que hay que tener  presente que el Reino Unido ya no forma parte de la misma. Indudablemente, tendrán repercusiones en los presupuestos de la Unión, que coinciden en las mismas fechas 2021-27. A nadie le extrañaría que los países más beneficiados, Italia y España sufran mayores recortes en las subvenciones o pagos recibidos de la Unión para menesteres como el campo, la pesca, medio ambiente, la industria y la minería; amén de que como ya se ha mencionado, nuestra contribución a los mismos aumente; lo que deja nuestra posición a futuro francamente debilitada.    


•    Desde antes de que nada de esto ocurriera y de acuerdo con el programa electoral del gobierno de coalición -tanto en conjunto como por separado-, para cubrir todos los gastos y subvenciones sociales en cartera, ninguno de los dos partidos ha disimulado en decir que entre sus intenciones se encontraba una potente subida de impuestos aunque ambos la disimulaban ofreciendo el señuelo de actuar exclusivamente sobre las grandes fortunas -quienes según Pablo Iglesias, están “ansiosos de pagar mucho más” para ayudar a los demás- impuesto que realmente tendrá un efecto más de propaganda que recaudatorio por limitarse a su inversión en España; sobre los bancos, las redes y las grandes compañías de apoyo informático como Google; las transacciones financieras o tasa Tobin y demás zarandajas. 


•    A la vista de lo abultado de las necesidades, todo apunta a que las subidas serán generalizadas y volverán a recaer principalmente sobre el IRPF de las rentas del trabajo, de actividades económicas y de capital inmobiliario; el impuesto de sociedades; los correspondientes al consumo como el IVA y los directos. En total e hipotéticamente pretenden llegar a los 80.000 millones recaudados con dicho incremento de impuestos. Cantidad que será muy difícil de alcanzar por estar muy abultadas sus previsiones y los malos augurios para la mayoría de las empresas y de los que perciben salarios porque restar dinero de la circulación, siempre supone una difícil recuperación o más lenta e incluso que no ocurra en muchos años, alejándose de otra más de las utopías o inventos de la vicepresidenta Calviño que nos prometió una recuperación en V “asimétrica”. Esta subida de impuestos puede terminar de rematar la economía libre y meternos en una marxista.  Hay que tener presente que un mayor IRPF a las rentas más altas resta atractivo a España para atraer empresas. 


•    Antes de que se lleven a efecto los mencionados planes urdidos por Merkel y Macron u otros por el estilo, en Alemania ya han visto las orejas al lobo tras lo pasado durante la pandemia y, al mismo tiempo, una gran oportunidad de negocio al estilo de China en los últimos meses y por ello, acaba de blindar su industria farmacéutica y de vacunas por lo que los “idílicos” planes iniciales de trabajar en este campo la UE al unísono y para todos nosotros se han convertido en un “Germany first”. 


•    La inventiva y la picaresca española nunca dejan de aparecer; suele ocurrir que, finalmente, los costos de cualquier encarecimiento siempre los pague el usuario final o el contribuyente sin poderse escapar. Es bien claro y patente que las exigencias de higiene personal, en los locales, necesidades de materiales desechables, productos desinfectantes o de protección individual y las propias limitaciones de aforos entre otros, suponen un incremento del costo de los productos y en su transporte, por los que en muchos negocios especializados y cara al público como dentistas, talleres, ópticas, cierto tipo de restaurantes y demás, nada más abrir sus puertas ya han redondeado dichos costos, lo que supone un considerable incremento de los mismo productos o servicios ofrecidos antes de la crisis sanitaria; un incremento que no está legalizado y que ya ha adquirido la denominación de la “tasa COVID” que en algunos casos llega  alcanzar los 50 € por servicio. 


•    A lo anterior, habrá que sumar el gasto personal y familiar mensual en mascarillas, de uso obligatorio, en muchos lugares y que son materiales fungibles de muy poca duración real.


•    De entre las lecciones aprendidas en la crisis sanitaria, destaca la supresión de puestos de trabajo por el obligado cierre del negocio, la reducción parcial de plantillas, el teletrabajo y la disminución de los aforos. Situación que, a modo de reducción de costes, por recuperar el dinero perdido por no ganado o por verse obligados a mantener un ritmo más bajo o lento por dichas reducciones, supone, según los casos, en una reducción de plantillas que tras los ERTEs se traducirán en EREs dado que, en muchos casos, si no por tiempo indefinido, si durante meses o años, es imposible volver al mismo tipo de ritmo de actividad.


•    La aparente, al menos inicialmente, broma de la ministra Celaá sobre limitar el aforo de las aulas de los colegiales y estudiantes a quince niños o jóvenes por aula, no ha sido todavía bien analizada en sus repercusiones. Llegará septiembre y empezaremos a temblar; aunque algunos centros ye tratan de paliar la medida ampliando el número de aulas convirtiendo salones de actos, bibliotecas o gimnasios en varis aulas de pequeña capacidad. Cosa que es nociva para completar la educación y la necesidad de expansión de los colegiales y además, los esfuerzos en la mayoría de los casos serán insuficientes. Completar el necesario número de aulas mediante barracones prefabricados es otra solución alternativa, que supone un paso atrás, gran coste, mucha incomodidad, poca salubridad y normalmente se hará a costa de reducir espacios abiertos para el necesario recreo de los niños. Las soluciones alternativas como partir la jornada lectiva en días alternos compaginándolo con la enseñanza online se convierte en un costo añadido para las familias con escasas posibilidades, doble número de profesores, tutores o personas que se queden al cargo de los jóvenes mientras los días que están en casa, si es que ambos padres trabajan fuera de la misma o tratar de buscar colegios privados o concertados donde poder realizar sin problemas la educación de los hijos. En cualquier caso, además de lo dicho, todo son más costos, mayores incomodidades, compra de material y adquisición de redes informáticas que no son factibles o accesibles para todos y costos muy superiores en material específico para completar la educación de los hijos.  


•    Los famosos 200.000 millones prometidos “movilizar” siguen sin aparecer salvo en una pequeña parte y con cuenta gotas. Situación y efecto que marca una gran diferencia en cantidades a poner sobre la mesa y en la eficiencia de las mismos con lo que llevan un tiempo ejecutando la mayor parte de los países de nuestro entorno dentro y fuera de la UE.  


•    El gobierno ha sido francamente ciego e insensible ante los dos o tres elementos en los que se basa nuestra economía y PIB; el turismo y todo lo que mueve y encierra, los servicios de hostelería y complejos hoteleros, los centros de ocio y juego y la industria con especial mención a la del automóvil. Elementos, que sumados en conjunto superan el 60% del PIB nacional. Con respecto al turismo, la política nacional ha sido nociva por contraria a su apoyo y pronta recuperación; diametralmente diferente a la puesta en práctica por nuestros vecinos mediterráneos que han aplicado incentivos, bonos y todo tipo de facilidades para la apertura de sus playas, hoteles y el turismo interior. En España, por el contrario, se están poniendo demasiadas trabas a la apertura de las playas, al movimiento entre regiones y, como guinda, se decretó una cuarentena de 14 días a todos los que entren en nuestro país; cuarentena que ha sentado muy mal a gobiernos amigos, a los turistas en particular que han desviado sus intenciones de venir a España y ciertas similares replicas. En un intento de tardía y aparente corrección, dicha cuarentena se levantará el 1 de julo, fecha demasiado tardía. El sector aéreo, perderá casi 300.000 millones de euros y sufrirá una caída de sus ingresos del 55%, según la IATA y hasta julio no empezarán sus vuelos de forma progresiva. La mayoría de las empresas normales y low cost deberán recortar plantillas como ya ha sucedido y veremos cuantas de ellas desaparecen. Hoy, ha saltado la noticia del contagio de los pasajeros de un vuelo a Lanzarote, lo que pone en cuestión a interesada utopía de que para volar seguro solo hace falta el uso de la mascarilla. Veremos que repercusiones tiene esta noticia de repetirse en próximos días. Los hoteles permanecen cerrados por la falta de vuelos internacionales, por el cierre real de las fronteras y porque, de momento, solo se permite la movilidad interna en la misma provincia. 


•    En la industria de automóvil, NISSAN ya ha confirmado el cierre y traslado fuera de España de su planta en Barcelona, llevará al paro a 3.000 personas de forma directa y casi 20.000 indirectamente. Las reacciones del gobierno (burdas presiones, amenazas de recursos compensatorios o de expropiación y ofrecer la planta a empresas chinas) y de los trabajadores (duras huelgas), no han sido de lo más apropiado y puede suponer el punto de partida de otras muchas más, ya que se empiezan a oír ciertos tambores de guerra por parte de Francia para recuperar parte de su industria del automóvil en el exterior.  Los motivos de esta fuga y posiblemente de alguna más no son nada nuevos, llevan tiempo en pérdidas o reducción de beneficios; aparte, España hoy en día no genera confianza ni dentro ni fuera. Hace años que llegaron los separatismos, las duras huelgas, los incendios callejeros, los volantazos políticos, los ataques al paño industrial y a sus productos, las subidas de impuestos y la entrada de los comunistas al gobierno con sus muchas amenazas a las grandes empresas, a su patrimonio y capital. Todo esto, en su conjunto, hace que el aire sea irrespirable y muy perjudicial.  Este mal ejemplo empieza a dar otros frutos; Ford en Valencia ya ha publicado un ERE de 350 trabajadores y se espera que en breves fechas lo haga PSA, Mercedes ha anunciado cierre total de producción en verano y Peugeot ha informado hoy que va a facilitar, de momento, prejubilaciones a 15.000 trabajadores en todas sus factorías del mundo.  Esta industria arrastra grandes pérdidas que se han agrandado durante el COVID y tras la masiva deslocalización a China durante los últimos 10 años. En España tiene actualmente 66.000 empleados directos y unos 500.000 indirectos y provisiona el 8,6% del PIB; de todas las empresas del sector, solo SEAT hace investigación, el resto solo montan o producen piezas, por lo que su valor añadido es mínimo.


•    En la industria del metal, destacan entre otras muchas más que la factoría de aluminio de Alcoa en Lugo que ha anunciado un ERE de más de 500 personas y pronto vendrán sus hermanas detrás. Abengoa ya piensa en aumentar su iniciada reestructuración. En otro tipo de empresas, las obligadas acciones telemáticas para las transacciones y actos de pagos, transferencias y de caja, han servido de acelerador de un proceso ya en marcha para el cierre y supresión de muchas oficinas de banca. Cosa similar ocurrirá con negocios y oficinas de cara al público como parte del funcionariado, casas de seguros, asesorías, bufetes y demás, que han sobrevivido con el teletrabajo y puede que esto anule el impulso de volver abrir tanta oficina de coste añadido con demasiados empleados y las recorten mucho más. 


•    La pandemia de cierres en la industria en general se va extendiendo a más velocidad que la del COVID 19 y tiene el peligro de aumentar. La mayoría de ellas arrastraban y  sufrían grandes pérdidas en los últimos años y la pandemia sanitaria ha sido la puntilla final que pone de manifiesto que la aplicación masiva de ERTEs prolongados con  grandes aumentos de las pérdidas -muchas irrecuperables- descensos de casi el 100% en las ventas durante tanto tiempo y tardar demasiado en volver a relanzarlas, ha sido letal.  


•    Para colmo de todos los males, el gobierno nos ha sorprendido la semana pasada con que llevaba bajo mano un acuerdo con Bildu -el partido de los filo etarras- para derogar íntegramente la llamada Reforma laboral a cambio de una esperpéntica abstención en la votación para prolongar por quinta vez el Estado de Alarma. Derogación que, de llevarse a cabo, no será recibida en la UE con buenos ojos y es muy posible que sea uno de los puntos clave para la negociación de las ayudas que puedan llegar de su parte. 


•    La intervención de las fuerzas armadas en lucha y resolución de la pandemia ha sido eficaz y más que necesaria; la OTAN ha dejado bien patente que no está preparada para defender el territorio de Alianza ante cualquier ataque o amenaza Nuclear, Biológica y Química (NBQ) y esta pandemia ha sido el resultado de una acción biológica de libro. Ante estos problemas, la UE no solo deberá invertir en lo que se ha reconocido como industria estratégica, crear stocks de material de protección y en mejorar sus capacidades de respuesta sanitarias; sino que deberá empezar a pensar en la creación de unidades NBQ de entidad y capacidad suficientes para actuar masivamente en casos similares, lo que incrementará y mucho los gastos de seguridad y defensa o retrasar otros programas en ciernes.

Como conclusión y resumen final, cabe decir que la crisis económica, incluso antes de que se cierre la sanitaria, empieza a cobrarse demasiadas víctimas, va a ser muy difícil que se cumplan los deseos de un gobierno que no tuvo ni la suficiente vista, ni la necesaria prisa para atajar la pandemia; de aquellos polvos vienen estos grandes lodos que no serán tan livianos como nos los vendieron  y siguen vendiendo a sabiendas que la cosa iba y va a ser muy dura y para largo.

Los cambios en los modos de trabajo, las pérdidas multimillonarias, el teletrabajo y todo lo basado en la informática arrastrarán a muchos empleados a un paro seguro y a una completa reconversión empresarial y personal lo que llevará a muchas personas a su perdición por no estar a la altura ni saber manejarse en tales ambientes. Las cuantiosas ayudas de la Unión, si llegan, en qué cuantía y en qué periodo de tiempo; forzosamente vendrán condicionadas, dirigidas, marcadas y pautadas en forma todavía por aclarar, lo que obligará a significantes reformas internas, aunque no se quieran. Y aunque en una gran proporción fueran gratis, no sirven o no serán suficientes para realizar todo lo que el gobierno quiera cubrir y alcanzar.

Cuando se acabe el maná, quedará un mapa de desolación e incertidumbre que llevará casi seguro a la caída de un gobierno porque tampoco supo luchar contra esta crisis por no quererla ver, crear muchas expectativas difíciles de cumplir, numerosas y largas colas del hambre, gastos en demasía y tratar de solucionar el problema con el falaz recurso comunista de echar la culpa a los demás, dar una seria de limosnas en lugar de puestos de trabajo, subir los impuestos a los ricos y a todo el que se mueva; porque la vaca está ya casi sin leche y no habrá suficiente en las ubres para poder pagar una administración tan desproporcionada y tanta subvención y regalía.       

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