Opinión

La fuerza de los fondos del Golfo

El año pasado, los fondos soberanos de la región invirtieron 90.000 millones de dólares, el 60% entre Europa y América del Norte.

Los fondos soberanos del Golfo están cambiando sus estrategias de inversión, buscando activos alternativos que aseguren el rendimiento e impacto en su entorno económico, apoyando sus economías locales y creando riqueza para sus generaciones futuras. En 2022, los fondos soberanos del Golfo han invertido más de 90.000 millones de dólares. El doble que en 2021. Un 60% se destinó a Europa y América del Norte.

A pesar de que algunos países europeos están ofreciendo más oportunidades a los inversores del Golfo, puesto que se han vuelto más cautelosos en sus relaciones con China después de la COVID-19. 

Históricamente, estos fondos invertían en Europa en activos trofeo como equipos de fútbol, grandes almacenes o joyas inmobiliarias. También en bonos y renta variable global que ahora tienen tasas muy bajas de interés. Por ello ahora están utilizando su riqueza para reclamar un papel más importante en el escenario mundial, diversificar sus economías y ganar influencia geopolítica. Se les reconoce como inversores inteligentes, flexibles y maduros que han roto estereotipos.

De los 10 fondos soberanos más activos del mundo, cinco son de Oriente Medio. Y de los 60 mayores acuerdos del año pasado, operaciones de más de 1.000 millones de dólares, 26 se llevaron a cabo por fondos soberanos del Golfo.

Sin embargo, las grandes reservas de capital de Oriente Medio siguen sin explotarse. Y su potencia de fuego recibirá un nuevo impulso, ya que se pronostica que el crudo Brent promediará los 94 dólares por barril durante los próximos cuatro años. Una riqueza neta financiera que alcanzará los 5,6 billones de dólares para 2026.

Tal cantidad de superávit sin precedentes fortalecerá los balances de la región, respaldará los activos de riesgo regionales en el mediano plazo e impulsará aún más su posición como una región acreedora crítica en la economía global.

Arabia Saudí ya ha presentado una estrategia para hacer crecer su fondo de inversión pública, de 607.000 millones a 1,8 billones de dólares para 2030, y para administrar estas enormes sumas y buscar acuerdos. El reino saudí quiere una economía más diversificada con menos dependencia de los ingresos de los hidrocarburos y expandirse a nuevas industrias con sus fondos de inversión y utilizando fusiones y adquisiciones para escalar sus locales.

Los fondos de riqueza de Oriente Medio se han posicionado muy bien a medida que los precios del petróleo aumentaban tras la invasión rusa de Ucrania posicionándolos a medio y largo plazo. 

Su nuevo peso ha empujado a los fondos de la región para que sean más estratégicos. Ahora estos inversionistas son más difíciles de ganar y rápidos para rechazar acuerdos que no encajan con sus objetivos de construcción de nación o generación de rendimientos.

Los fondos soberanos del Golfo han conseguido desplegar capital tanto para un retorno de la inversión con rentabilidad como para objetivos políticos, lo que ilustra el tamaño y la escala de la transformación en los activos del Golfo.

Anwar Zibaoui, experto en economía, internacionalización y asuntos internacionales.