Opinión

La respuesta del Islam a problemas del mundo contemporáneo (28)

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Creemos firmemente que la discriminación y cualquier otro esfuerzo por dividir a la humanidad en cualquier plano puede reportar a algunos ciertos dividendos a corto plazo; sin embargo, a la larga, las consecuencias son funestas para todos los implicados. En este escenario contemporáneo, el Islam tiene un mensaje muy positivo y un papel efectivo que jugar.

Queremos dejar claro en este artículo que el racismo y el odio entre clases son denunciados por el Islam en los términos más enérgicos, así como la generación de cualquier tipo de desorden. Los versículos del Santo Corán referidos antes son algunos de los muchos que tratan de este tema.

El carácter del Santo Profeta (lpbD) del Islam se describe como:

“La luz de Dios, que no pertenece ni al este ni al oeste, es decir, que es participada por ambos por igual”.

اَللّٰہُ نُوۡرُ السَّمٰوٰتِ وَالۡاَرۡضِ ؕ مَثَلُ نُوۡرِہٖ کَمِشۡکٰوۃٍ فِیۡہَا مِصۡبَاحٌ ؕ اَلۡمِصۡبَاحُ فِیۡ زُجَاجَۃٍ ؕ اَلزُّجَاجَۃُ کَاَنَّہَا کَوۡکَبٌ دُرِّیٌّ یُّوۡقَدُ مِنۡ شَجَرَۃٍ مُّبٰرَکَۃٍ زَیۡتُوۡنَۃٍ لَّا شَرۡقِیَّۃٍ وَّلَا غَرۡبِیَّۃٍ ۙ یَّکَادُ زَیۡتُہَا یُضِیۡٓءُ وَلَوۡ لَمۡ تَمۡسَسۡہُ نَارٌ ؕ نُوۡرٌ عَلٰی نُوۡرٍ ؕ یَہۡدِی اللّٰہُ لِنُوۡرِہٖ مَنۡ یَّشَآءُ ؕ وَیَضۡرِبُ اللّٰہُ الۡاَمۡثَالَ لِلنَّاسِ ؕ وَاللّٰہُ بِکُلِّ شَیۡءٍ عَلِیۡمٌ

“Al’lah es la Luz de los cielos y la tierra. Su luz es semejante a una hornacina brillante, en la que hay una lámpara. La lámpara está en un vaso. El vaso es como una estrella brillante. Se enciende con un árbol bendito - el olivo - que no pertenece a Oriente ni a Occidente, cuyo aceite podría alumbrar aún cuando no lo tocara el fuego. ¡Luz sobre luz! Al’lah guía a Su Luz a quien desea. Pues Al’lah presenta parábolas a los hombres y Al’lah sabe perfectamente todas las cosas. (C. 24: Al-Nur: 36)

Además es introducido como:

وَمَاۤ اَرۡسَلۡنٰکَ اِلَّا رَحۡمَۃً لِّلۡعٰلَمِیۡنَ

“Una misericordia (y fuente de bendiciones) para todo el mundo (y toda la humanidad)”. (C. 21: Al-Anbiya: 108)
Estoy asombrado al ver cómo varios pensadores musulmanes de mente medieval, a quienes erróneamente se define como fundamentalistas, suscriben la opinión de que los musulmanes deben enfrentarse con los no musulmanes en una contienda armada, continuando la lucha hasta que, o bien sean exterminados o bien acepten el Islam. El Islam, tal como se encuentra en el Santo Corán, no tiene nada que ver con esta noción distorsionada y corrupta de “guerra santa”. No hay necesidad de repetir los muchos versículos que tratan de la paz religiosa pues ya han sido mencionados.

Permítanme reafirmar que el Islam es sincero partidario y sugiere diversas medidas para unir a la humanidad a través de un proceso pacífico cuyo objeto sea establecer la paz en el mundo y unificar a los seres humanos.
En lo que respecta a la actitud del Santo Fundador del Islam (lpbD), los siguientes extractos del Último Sermón (conocido como “el Sermón del Adiós”) que ofreció antes de su fallecimiento ante la reunión humana más numerosa a la que hasta entonces nunca se había dirigido, son suficientemente significativos:

“¡Oh hombres! Prestadme atención pues no sé si podré reunirme de nuevo con vosotros en este valle y dirigirme a vosotros como lo hago ahora. Vuestras vidas y posesiones han sido declaradas inviolables por Dios frente a los ataques de uno y otro, hasta el Día del Juicio. Dios ha designado a cada uno su parte en la herencia. No será admitido ningún testamento que perjudique a los derechos de un heredero legal. Todo niño nacido en cualquier casa será considerado hijo del padre de esa casa. Quien quiera que impugne el parentesco de tal niño será reo de castigo según la ley del Islam. Quien quiera que atribuya su nacimiento al padre de otro, o declare falsamente que determinada persona es su tutor, a ese, Dios, Sus ángeles y toda la humanidad le maldecirá”.

“¡Oh hombres! Tenéis algunos derechos ante vuestras mujeres, pero vuestras mujeres tienen también algunos derechos sobre vosotros. Su obligación es que vivan una vida casta y no adopten modos que atraigan la desgracia del marido a los ojos de la gente… Mas si el comportamiento de vuestras mujeres no conduce a la desgracia de sus maridos, vuestro deber es proporcionarles la comida, el vestido y el refugio de acuerdo con vuestro estándar de vida. Recordad que debéis tratar siempre bien a vuestras mujeres. Dios os ha hecho responsables de cuidar de ellas. La mujer es débil y no puede proteger sus propios derechos. Cuando contraéis matrimonio, Dios os nombra depositarios de tales derechos. Traéis a vuestras mujeres a vuestros hogares bajo la ley de Dios. No debéis, por tanto, abusar de la responsabilidad que Dios ha puesto en vuestras manos”.

“¡Oh hombres!, Aún mantenéis bajo vuestra posesión a algunos prisioneros de guerra. Os advierto, pues, que les alimentéis y les vistáis de la misma manera y estilo con que os alimentáis y vestís vosotros. Si cometen algo erróneo que sois incapaces de perdonar, cededlos entonces a alguien otro. Son parte de la creación de Dios. No puede ser justo de ninguna manera que les causéis dolor o sufrimiento”.

“¡Oh hombres!, Escuchad y recordad lo que os digo: Todos los musulmanes son como hermanos entre sí. Todos vosotros sois iguales. Todo hombre, cualquiera sea la nación o tribu a la que pertenezca, y cualquiera que sea la posición que mantenga en su vida, es igual a los demás. (Elevando sus manos, y uniendo los dedos de una mano con los de la otra, añadió): “De igual manera que los dedos de las dos manos son iguales, así son iguales los seres humanos. Nadie posee ningún derecho ni superioridad que reclamar ante otro. Sois como hermanos”. 

“¡Oh seres humanos, vuestro Dios es Único y vuestro origen es único! Un árabe no es superior a un no-árabe, ni tiene superioridad un no-árabe sobre un árabe. El hombre blanco no es superior de ninguna forma al hombre negro, ni el hombre negro es mejor que el blanco, salvo en la medida en que ambos cumplan su responsabilidad ante Dios y el hombre. El más honorable entre vosotros a los ojos de Dios es el más piadoso…”

“De la misma forma que este mes es sagrado, esta tierra inviolable y este día son sagrados, así Dios ha hecho sagrados la vida, propiedad y honor de todo hombre. Despojar a un hombre de su vida, su propiedad o atacar su honor es tan malvado e injusto como violar la santidad de este día, este mes y este territorio. Lo que os ordeno hoy no es sólo para hoy. Tiene valor para todos los tiempos. Se espera de vosotros que lo recordéis y que actuéis en consecuencia hasta que abandonéis este mundo y acudáis al próximo a encontraros con vuestro Hacedor”.

“Lo que os he dicho, debéis comunicarlo a los confines de la tierra. Tal vez aquellos que no me han escuchado se beneficien más que los que me escucharon”. (Sihah Sita, Tabari, Hisham, Jamis y Baihaqi).

Este pasaje es muy intenso y patente. Merece la pena destacar el recordatorio del Santo Profeta, la paz y bendiciones de Dios sean con él, en el sentido de que todos somos hijos del mismo Padre. Tiene la connotación evidente de que no debe permitirse que las religiones dividan la hermandad universal de la humanidad, que se originó en un parentesco único.

(lpbD) – La paz y las bendiciones de Dios sean con él.

(Continuaremos en la siguiente entrega: la número 29)