Maniobras militares argelinas frente a un posible ataque desde Libia

Imagen de militares argelinos

Por primera vez desde la muerte del que fuera hombre fuerte del Poder argelino, el general Gaid Salah, jefe del Estado Mayor del Ejercito, su sucesor en la jefatura castrense, el general Said Chengriha ha presidido las mayores maniobras con fuego real realizadas frente a la frontera de casi mil kilómetros que separa Argelia de Libia. El despliegue militar hecho la semana pasada respondía al escenario de un posible ataque desde Libia, sea de grupos yihadistas, de unidades militares incontroladas o de grupos paramilitares que proliferan en el país vecino de Argelia.
En los ejercicios con munición real bautizado “Borkane 2020”, han participado batallones de carros de combate y unidades acorazadas pertenecientes a la 41 Brigada blindada de la cuarta Región militar con sede en Uargla, así como varias escuadrillas de aviones de combate, que han utilizado abundantes piezas de artillería, misiles tierra-tierra y aire-tierra, así como drones de vigilancia y ataque, de uso militar.

En el ejercicio se simulaba la entrada en territorio argelino de “unidades enemigas” a las que el Ejercito tenía la misión de detectar, rodear y destruir. Los drones pudieron detectar un grupo enemigo que intentaba “infiltrarse en una infraestructura energética”, al que bombardearon en espera de la llegada de las unidades especiales del Ejercito transportadas en helicópteros. Curiosamente las maniobras se han realizado en un escenario idéntico al ocurrido en la región de In Amenas, donde se produjo el ataque terrorista en 2013 que se soldó con un trágico balance de 34 secuestrados muertos y al menos 15 yihadistas de Al Qaeda aniquilados.  
Tras el derrocamiento y asesinato del coronel libio Muamar Gadafi y en particular después de la crisis de los rehenes en el complejo gasístico de Tiguenturin, el Ejército argelino ha procedido a un gran despliegue en la frontera con Libia
Sin embargo, según aprecian los analistas militares que siguen de cerca la evolución de la situación en el norte de África, la doctrina militar que el Ejercito argelino practica desde que alcanzó la independencia en 1962, es la de rechazar el envío de tropas y la intervención armada en el extranjero. Concepto éste que le impide utilizar el “derecho de persecución” para atacar en sus bases de retaguardia a las unidades militares o a los grupos terroristas que penetran en el país o cometen atentados. Este impedimento se manifiesta claramente en el escenario del Sahel, donde Argelia se limita al estricto control de sus fronteras cuando tiene a pocas decenas de kilómetros de sus demarcaciones grupos terroristas con sus refugios en Mali o en Níger. Otro tanto puede ocurrir con el escenario de una desestabilización generalizada en Libia, que deja prever la negativa del general Haftar a llegar aun acuerdo con el gobierno de Trípoli dirigido por El Serraj, y el anuncio oficial del envío de tropas turcas a Libia. 
Algunos indicios muestran que en las esferas castrenses en Argelia se está discutiendo la adaptación de la vieja doctrina de no-intervención, a los tiempos nuevos. La propuesta de adquisición por parte del Ejército argelino de los modernos cazas furtivos rusos Sujoi-57, indicaría que el Estado Mayor argelino baraja para un futuro a corto y medio plazo hacer frente a otros escenarios de guerra fuera de sus fronteras nacionales. Se trataría en última instancia de “defender la soberanía y la seguridad nacional” atacando las bases desde las que se proyectan ataques contra el país, estiman los analistas militares.

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