Opinión

Marruecos: una espina clavada en la garganta del “Estado profundo” de la República francesa

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Hay que decirlo abiertamente: la campaña orquestada por algunas organizaciones de la órbita occidental asociadas al grifo del gas argelino, y que tienen como diana a Marruecos, se ha quitado la careta; al igual que algunos “Informes internacionales” hechos bajo pedido, y que pretenden hostigar a tres instituciones de Marruecos, con el objetivo de afectar directamente a la Monarquía marroquí.

Las dianas apuntadas son las Fuerzas Armadas, los servicios policiales y el sistema judicial y penitenciario. Una concentración de objetivos que pone de relieve una agenda inspirada en el juego del ajedrez, con objetivo final eliminar al Rey destruyendo sus apoyos más fuertes, los que le permiten la inmunidad. Esta campaña pretende presentar un país “sin orden”, abocado a la anarquía y en condiciones de ¡ser sometido a tutela! 

Esta agenda no es más que un “libretto” compartido por los gobernantes militares de Argel y algunas oficinas de organismos internacionales, diseñado hace mucho pero que comenzó a tomar forma en 2016. Veamos el hilo de los acontecimientos para comprender lo que se esconde tras ellos. 

En julio de 2016 Marruecos tomó la decisión histórica de volver a la Unión Africana. El rey Mohamed VI lo anunció en una carta dirigida a la 27ª Cumbre de esta organización reunida en la capital de Ruanda. Desorientados por la decisión de Marruecos, Argelia y sus acólitos en Francia, Bélgica, Alemania, Países Bajos y otros países europeos, quisieron intensificar su intoxicación contra Marruecos. Argelia, que se había beneficiado durante mucho tiempo del vacío dejado por Marruecos en la Unión Africana, vio sus tesis amenazadas de muerte. Por su parte, los europeos, sobre todo los franceses, se dieron cuenta de que la vuelta de Marruecos les mermaba sus zonas de influencia y mostraron su descontento ante la autonomía de decisión expresada por el reino marroquí en conflictos de los que creían ostentar la exclusividad: Mali, Libia, Costa de Marfil, etc.…

Cuando Marruecos se unió oficialmente a la Unión Africana el 30 de enero de 2017 y puso en marcha algunas iniciativas simbólicas como la gran gira del rey Mohamed VI por varios países africanos en febrero de 2017 (Costa de Marfil, Ghana, Guinea, Zambia), se intensificó la cólera de los medios hostiles tanto en el este, como en el norte. Se declaró entonces un verdadero “estado de alerta mediático” en varios países europeos con diana en Marruecos, que se vio reflejada en la primera crisis de Guerguerate (paso fronterizo entre Marruecos y Mauritania) en abril de 2017, hasta que Marruecos mostró su descontento y su firmeza. 

Cuando esta pieza del plan fracasó, se enarbolaron otras, igualmente infructuosas: la instrumentalización de la Asociación Khmissa contra la violencia a las mujeres; la utilización de Aminatu Haidar para legitimar la lucha armada separatista; la propagación de rumores tendenciosos sobre la enfermedad del rey de Marruecos; otros rumores sobre el príncipe Mulay Rachid, o sus relaciones con el príncipe heredero Mulay Hassan. Podemos también recordar cómo fueron amplificados e instrumentalizados los acontecimientos del movimiento de Alhucemas, la manipulación y acogida de fugitivos de la justicia marroquí en asuntos de narcotráfico y el uso de declaraciones engañosas de gentes implicadas en asuntos turbios, como el excapitán Mustafa Adib, el islamista radical Mohamed Hajib, el falso comerciante Ali Aarras, o el boxeador Zakaria al Moumni. 

Después ocurrió la intercepción de los camiones en el terminal de Guerguerate en 2020, la falsa información de las escuchas telefónicas de personalidades políticas y de periodistas. 

A pesar de todo esto Marruecos ha seguido su camino con determinación consiguiendo con su firmeza espacios suplementarios para reforzar sus posiciones históricas y actuales. 

Esto es lo que permitió un gran avance estratégico en diciembre de 2020 con el reconocimiento por parte de los Estados Unidos de Norteamérica de la marroquinidad del Sáhara, a despecho de algunos bufones y saltimbanquis que, tanto en el interior como en el exterior del país, contemplaban estupefactos a la mayor potencia mundial reconocer la posición de Marruecos, justo en el momento en que el Brexit debilitaba las maniobras de los países europeos hostiles a Marruecos, principalmente Francia. 

El “Estado profundo” francés, el “Deep State”, ha vuelto a su deporte favorito: la manipulación de sus marionetas en Alemania, en los Países Bajos, en Argelia, todo ello para confundir a Marruecos. Pero no lo ha conseguido, ya que Berlín y Madrid han vuelto a la serenidad con el reconocimiento formal de la proposición marroquí de “autonomía avanzada”, de manera que el “Estado profundo” de la República francesa y los militares de Argel están cada día más aislados. Con toda seguridad cosecharán lo que han sembrado. 

Abderrahim Ariri, director del semanario marroquí en lengua árabe El Watan Alaan y del portal Anfaspress.