Mohamed VI revoluciona los mecanismos del poder en Marruecos
Al tomar las riendas directamente del conflicto hispano-marroquí e invitar al presidente del Gobierno español Pedro Sánchez a un iftar (la cena de Ramadán), el rey Mohamed VI ha alterado el protocolo tradicional del sistema de poder majzeniano. No es la primera vez que lo hace. Anteriormente lo intentó con Argelia, al invitar a crear una Comisión conjunta para hacer frente a las diferencias en noviembre de 2018, y posteriormente al dirigirse directamente al presidente argelino Abdelmadjid Tebboune para un encuentro “sin condiciones previas” en julio de 2021. Pero la mano tendida a Argelia no tuvo éxito.
Esta vez, el rey marroquí descolgó el teléfono para hablar con el presidente español e invitarle a viajar a Marruecos. Ciertamente es un gesto que aún debe concretarse en medidas y acciones conjuntas, pero simbólicamente es de una gran trascendencia para la estructura del poder en el Reino alauí.
Mohamed VI se ha saltado la tradición al iniciar un diálogo al más alto nivel entre Marruecos y España. La anulación de la visita que debía efectuar el ministro de Exteriores José Manuel Albares para elaborar junto a su homólogo marroquí Nasser Bourita la hoja de ruta de la futura Reunión de Alto Nivel (RAN) entre los dos Gobiernos, como hasta ahora exigía el protocolo diplomático, ha sido decidida por el Palacio Real que quiere tomar en sus manos la agenda de las relaciones políticas y estratégicas con el Gobierno español. Mohamed VI ha decidido prescindir de los intermediarios y hablar cara a cara con el presidente Sánchez de las grandes líneas del futuro común. Es lo que en su discurso de agosto de 2021 el soberano alauí calificó como “una etapa inédita en las relaciones bilaterales”.
Según medios políticos y diplomáticos marroquíes consultados por Atalayar, toca ahora al jefe del Ejecutivo español aprovechar la ocasión para llevar al encuentro con el soberano alauí ideas concretas que permitan establecer una vinculación irreversible entre el Gobierno de España y el entorno directo del rey de Marruecos, para abordar y decidir sobre los problemas trascendentales que interesan a ambos países.