Nueva Caledonia seguirá siendo francesa
El referéndum independentista celebrado el domingo en Nueva Caledonia ha concluido con un “no” rotundo en las urnas. Después de los tres intentos máximos pactados con París, los votantes han vuelto a pronunciarse, y está vez de forma más abrumadora, en favor de que el archipiélago continúe siendo francés.
En las anteriores votaciones, celebradas en 2019 y 2020 el resultado ya había dado la mayoría al “no” frente al “si” que propugnan los independentistas, pero con un resultado más igualado. En esta ocasión fue más aplastante: el 96% se pronunció en contra y apenas el 3,5% a favor.
La participación reflejó el cansancio de la población en torno a este dilema que en los últimos tiempos había perdido fuerza entre la opinión pública. La abstención fue muy superior a la de ediciones anteriores (un 49%), lo cual es el argumento de los independentistas que en las últimas semanas se habían mostrado contrarios el referéndum.
Los refuerzos de la seguridad en torno a los comicios desplegados desde París provocaron el rechazo de los líderes independentistas alegando que era una forma de coacción en contra de la propuesta. La cuestión planteada en las papeletas era: ”¿Quiere que Nueva Caledonia obtenga la soberanía y se vuelva independiente?”.
Actualmente los 270.000 canecos, gentilicio con que son conocidos los habitantes aquellas islas del Pacífico occidental, disfrutan desde 1998 de una amplia autonomía que les permite autogobernarse y mantener una representación parlamentaria en París. Francia mantiene bajo su poder la Defensa, la Justicia y el orden público.
En París el Gobierno ha expresado inmediatamente su satisfacción por el resultado. Aunque las perspectivas anticipaban una derrota del secesionismo, siempre permanecía el temor a alguna sorpresa. Todos los partidos, menos el de extrema izquierda que lidera Melenchon, estaban a favor. El presidente Macron se enorgulleció al anunciar que “Nueva Caledonia seguirá siendo francesa”.
El fracaso de los independentistas es más importante si se recuerda que este era el último referéndum permitido celebrar conforme a los acuerdos adoptados en 2018. En la primavera próxima habrá elecciones locales en las islas y el Gobierno que salga será el que negociará con París el nuevo estatuto que deberá entrar en vigor en 2023.
En Numea, la capital canaca, los fracasados independentistas se mostraban desolados. El líder del movimiento se limitó a comentar su resignación con estas palabras: “Hemos vuelto al punto de partida”.