Opinión

Reformas impuestas por la Covid-19

photo_camera Reforms imposed by Covid-19

La amenaza del coronavirus continúa en verano y afecta a la economía y el empleo. Son imprescindibles reformas como las adoptadas en Marruecos. El calor del verano no está actuando como algunos expertos pensaron en un principio que podía atacar al coronavirus. Los brotes en numerosos países continúan causando estragos como es el caso de Estados Unidos, México, Brasil y todos aquellos que sus dirigentes han subestimado la amenaza de la pandemia y han tardado demasiado tiempo en admitir la absoluta necesidad de aplicar estrictamente las elementales medidas de seguridad como llevar mascarilla, respetar la distancia de seguridad y lavarse y desinfectarse las manos todas las veces que sea necesario, cuantas más mejor tras estar en un espacio diferente.        
Con más motivo si se trata de un lugar público con gran afluencia de personas. La relajación está causando rebrotes en diversos países, incluidas algunas comunidades autónomas españolas que se han visto marginadas por las autoridades de varios países europeos que han prohibido a sus compatriotas que viajen a Cataluña, Aragón o Navarra. La consecuencia directa de estos rebrotes es la paralización de la recuperación económica y la pérdida de empleos. 
El sector turístico, vital para el empleo en España, está sufriendo numerosas cancelaciones o no está registrando las reservas que se había previsto tras comprobar el ritmo aceptable que se estaba produciendo tras el levantamiento del estado de alarma. Los datos de pérdida del 18,5% de PIB del segundo trimestre y los de desempleo con más de un millón de ocupados menos son lo suficientemente graves como para dejarse de planteamientos populistas y electoralistas y afrontar las reformas que la economía española necesita y las ayudas directas para pequeñas y medianas empresas y autónomos para evitar un cierre que habitualmente se torna definitivo. 
La Unión Europea ha exigido que su Plan de Reconstrucción con 750.000 millones de euros esté condicionado directamente por planes concretos para el gasto de los fondos dedicados a cada país y a reformas fundamentales en aspectos clave como el laboral, las pensiones, el gasto público, etc… Otros países vecinos también se han visto obligados a acelerar al máximo las reformas pendientes.    
El rey Mohamed VI anunció en su discurso de la Fiesta del Trono una inversión de 12.800 millones de dólares, el equivalente al 11% de su PIB, para relanzar la recuperación económica y exigió al Gobierno y los actores económicos y sociales mayores esfuerzos para lograr más fortaleza y competitividad. 
Estos recursos deben financiar medidas de apoyo social, compra de equipamiento médico, generalizar la seguridad social y el seguro obligatorio de salud, las asignaciones familiares, así como la cobertura de la jubilación y la compensación por pérdida de empleo, apoyo a pequeñas y medianas empresas y reforma del sector público.