Opinión

Sangre y Libertad

photo_camera Guerra de Ucrania

Es el comunismo, ciudadanos.  Terror y mentiras. Dos semanas después de la invasión de Vladimir Putin, los ucranianos nos han dado una lección de dignidad y heroísmo. Volodimir Zelenski ha enseñado a la UE que vivir en democracia tiene un precio que hay que pagar cada amanecer. El Ejército soviético, esto es hoy la URSS, ha reducido a escombros ciudades enteras, ha amenazado centrales nucleares, ha matado a personas inocentes –casi 100 niños- pero no ha conseguido doblegar a un pueblo orgulloso que mira esperanzado y sin respuesta adecuada hacia Bruselas y la OTAN. Un pueblo valiente que huye del yugo totalitario y que quiere ser libre. 

Ucrania ha ganado la batalla de la opinión pública de todo el mundo y está ganando la guerra porque no va a rendirse. El ejemplo del pueblo español frente a los Ejércitos de Napoleón o el de Viriato contra el Imperio Romano dan buena cuenta de que “nunca puede esclavo ser pueblo que sabe morir”.

Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania
Tierras de sangre  

Ucrania ha sido siempre una tierra por la que se va a todas partes. Con salida al Mediterráneo desde el Mar Negro a través de los estrechos del Bósforo y del de los Dardanelos, vía el Egeo. Existía antes que el condado de Moscú. La vida de Iván el Terrible (siglo XVI) se reencarna hoy en Putin, señor de todas las guerras (Afganistán, Chechenia, Georgia, Afganistán, invasión de Crimea y ahora exterminación de Ucrania). Kiev será el nuevo Alepo sirio. El nuevo zar de todas las Rusias ha mentido como siempre hacen los dictadores. 

La crueldad y la represión no serán suficientes esta vez para ocupar un país de 603.548 kilómetros cuadrados y de 45 millones de personas. El éxodo en pleno siglo XXI despertará los valores occidentales. Y de ahora en adelante, los ciudadanos de la Unión tendremos que defender nuestra democracia y nuestra tierra con uñas y dientes. La paz ni es gratis ni se alquila. Ucrania ha sufrido hambrunas en 1932 del dictador Yosef Stalin con 4 millones de muertos. Y, posteriormente, desplazamientos masivos tras la II Guerra Mundial. Y el zarpazo nazi en 1941. Las imágenes que nos llegan ahora confirman un genocidio. Moscú debe pagar por los muertos y por los estragos de sus aviones y de sus tanques reduciendo todo a cenizas.

Guerra de Ucrania

Crímenes contra la Humanidad

Putin es un criminal de guerra y deberá sentarse ante el Tribunal Internacional de la Haya. Es el nuevo Hitler de nuestro tiempo. La sangre que corre por el río Dniéper no será derramada en vano esta vez. Lo peor está por llegar tras los corredores-trampa humanitarios que los soviéticos han tendido a las poblaciones asediadas que conducen directamente a Bielorrusia y a la Federación para que sean utilizadas mañana como rehenes o como escudos humanos. 

Ahora comienza el nuevo tiempo de la desolación, del cuerpo a cuerpo, calle a calle y barrio a barrio. Más sangre, más vidas. Una guerra de guerrillas permanente donde los francotiradores marcarán la diferencia. Y ahí los tanques y los aviones ya no sirven. Zelenski encarna hoy la libertad de todo Occidente que despierta tras las amenazas nucleares y los huracanes de miedo contra Finlandia y Suecia. La justificación para calcinar Ucrania, presidida por un judío, (desmilitarización y desnazificación), confirman la desesperación de un dictador. Ucrania no está sola. Hay que gritarlo alto y claro. ”Luchamos contra Putin como ustedes lo hicieron contra Hitler”, ha recordado con orgullo  Zelenski al Parlamento de Gran Bretaña.  

Después de la pandemia del coronavirus esta es la nueva cara del comunismo. Violencia terror, mentiras, asesinatos de civiles, incendios de estructuras básicas, bombardeos de hospitales. El objetivo es claro: dejar sin agua, gas, calefacción y alimentos en pleno invierno a los ciudadanos indefensos. La ONU ya sabemos que no sirve para mucho. Y el Tratado del Atlántico Norte tendrá que reinventarse porque si esta vez no le para los pies a este sátrapa, acabará con todos nosotros. Escalada de represión en las calles. Ocho mil detenidos por manifestarse pacíficamente en Moscú y en San Petersburgo. Nuevas leyes de la Duma condenando hasta a 14 años a los periodistas que no cuenten la verdad oficial. Queremos que sepan en la Plaza Roja que los ucranianos no están solos frente al totalitarismo. 

Guerra de Ucrania

Algunas cifras

La primera víctima de las guerras es siempre la verdad. Escucho en la BBC que Rusia puede haber perdido ya más de 3.000 soldados, militares en su mayoría; mercenarios, chechenos, sirios y georgianos. El Kremlin no soporta los ataúdes. La Cruz Roja ucraniana ha solicitado que se recojan los cadáveres de los agresores bajo bandera rusa, pero nadie los reclama. Camiones especiales incineran a los muertos para no entregárselos a sus familias. Desaparecidos. Los cadáveres siempre son incómodos en tierra extraña. Porque aquí hay que distinguir entre agresores y agredidos. Esta quincena la guerra desigual se ha cobrado más de 5.000 víctimas sin contar a más de 2 millones de refugiados que están siendo ubicados en territorio UE con el ejemplo de Polonia, Rumanía y Alemania. En España, el Zendal espera a los ucranianos más vulnerables. Es tiempo de solidaridad con las víctimas. 

Vladimir Putin, presidente de Rusia

De momento, el aceite de soja se ha acabado en las estanterías de las grandes superficies; el maíz, el trigo y los fertilizantes escasean.  Todo nos llegaba de las fértiles llanuras de Ucrania. Era el granero del mundo. La bolsa española ha perdido 40.000 millones y la cesta de la compra se ha elevado desde febrero más de un 23 por 100. Nuestra recuperación económica se ha detenido y las sanciones a Rusia serán un boomerang contra nuestras propias exportaciones. Pero hay algo más peligroso todavía: la drogodependencia del gas y del petróleo rusos en Centroeuropa.  Más de un 40 por 100. Alemania paga muy caro el entreguismo del socialdemócrata Helmut Schmidt y de la democratacristiana Angela Merkel. Mucha agenda 2030, mucho verde, mucha sostenibilidad. Ahora sabemos que todos esos movimientos ecologistas estaban subvencionados por la Unión Soviética como el golpismo catalán. Hemos desmantelado la energía nuclear en los últimos 20 años –salvo en Francia e Inglaterra- y ahora nuestro dueño y señor es y será Putin. 

Escribo en este 8 de marzo viendo en los telediarios la valentía de las mujeres que se ha unido al ejército regular para detener al invasor. Profesoras, enfermeras, economistas, amas de casa, todas quieren servir a su país. Empuñan armas para defender a sus familiares, hijos, padres y hermanos mientras sus esposos se alistan firmando contratos de lealtad a la Patria por dos años. Demasiado dolor acumulado que deberemos compartir de ahora en adelante porque esta guerra va a ser interminable. Escaso me parece el balance provisional de daños hecho público por el gobierno legítimo: 15.000 millones de dólares. Putin y sus oligarcas deberían responder con su patrimonio personal. La culpa no es del sufrido pueblo ruso. 

Guerra de Ucrania

El Parlamento y los amigos comunistas

El encendido discurso de Borrell en el Parlamento Europeo ha obligado a gobiernos como el nuestro a enviar armas ofensivas a Ucrania para seguir en el lado correcto de la Historia. En Estrasburgo votaron a favor de Putin los vasallos de Podemos, los esclavos de Bildu, los miserables de Puigdemont y algunos verdes irredentos. Medio Gobierno con Belarra y Montero a la cabeza -¡vaya ganado!-,  han acusado a su propio consejo de ministros de “partido de la guerra”. Luego lo ha negado Isa Serra, condenada por el TS por asaltar cajeros e insultar gravemente a una policía, pero han seguido en el pesebre del presupuesto convirtiendo esta jornada feminista en la del No a la guerra y a la diplomacia de precisión. Chorradas infantiloides del 68. 

Son los agentes moscovitas, pacifistas y antiamericanos, que Pedro Sánchez protege mientras nuestro prestigio se desvanece en el mundo y nos condena a ser figurantes en la escena internacional. Y luego se queja de que Biden no les llame a consultas. Lo dramático es que el doctor presidente no pueda remover a sus propios ministros putinesco. Sánchez vive rehén de sus socios podemitas, bilduetarras y separatistas.  

Ese es el problema que nos impide actuar paralelamente en nuestras ciudades de Ceuta y de Melilla, invadidas por las hordas marroquíes y subsaharianas con la aquiescencia del monarca alauita. Las noticias que llegan de la “okupación” incontrolada de las Islas Canarias abren otra brecha de inestabilidad en el Atlántico mientras el turismo se aleja por tercer año consecutivo y el ministro del Interior, Grande Marlasca, asegura haber entregado material defensivo a las FSE para poder repeler las agresiones de delincuentes comunes a los que no expulsamos ni en caliente ni en frío.   Seguridad Nacional advirtió al Gobierno de las amenazas reales sobre nuestros territorios en el norte de África hace tres meses. Miraron para otro lado. La cobardía estratosférica de este tipo impresentable –el peor ministro de Interior en democracia-, solo es comparable al maltrato que da habitualmente a la Policía y a la Guardia Civil. Por resumir: el mayor enemigo de las libertades civiles está en la Moncloa.

Pedro Sánchez

El resurgir del PP

Después de la crisis popular, Feijóo se hará cargo del principal partido de la oposición. Aunque acceda al Senado tras su nombramiento en el congreso extraordinario de Sevilla, ya se encargará el gobierno de neutralizar su mensaje. De momento, la exigencia de Sánchez de no pactar con Vox en Castilla y León, parece que no será escuchada por quien se mantiene en el Palacio de la Carretera de La Coruña por lo peor de cada casa. Garcia-Page ha pedido a su secretario general que sea coherente con su oolítica de pactos.  Vamos a estar atentos a su “mensaje nacional” porque Galicia durante sus mandatos ha sido tan excluyente como la Cataluña de Pujol. Desde luego, si su caballero andante va a ser González Pons organizador máximo del congreso y protector de los indeseables Casado, García Egea y Casero, apaga y vámonos. Barra libre a Sánchez hasta la próxima década. 

Si de verdad quiere desterrar la frivolidad de la vida política, que el gallego se dedique a armar un buen programa electoral para los comicios autonómicos y municipales de mayo 2023. Queda poco más de un año e Isabel Ayuso y Juanma Moreno deben marcar la diferencia para impulsar el cambio. De momento, la suma PP-VOX no es alternativa a Sanchezstéin. Alberto Núñez Feijóo ha demostrado ser un buen gestor. No es suficiente.  Es la gran esperanza del centroderecha mientras se extingue Ciudadanos. O renueva su cúpula directiva y los Grupos Parlamentarios el lunes de Resurrección, destierra el terror del secretario general en el partido y lidera una Factoría de Ideas ilusionantes con ética y austeridad como ejes vertebradores o la demagogia progresista de La Moncloa y de Ferraz seguirá desnivelando el gasto sobre los ingresos, aumentando la deuda y empobreciendo a las familias y a las empresas. Educación sin aprobados políticos y empleo. Mucho empleo. Reducción contundente del gasto público. Con esta guerra inmoral la ruina nos espera al otro lado de la calle. Eso sí, sin mascarillas.

PP

Otro 8M para el desguace

Tan solo dos años después de la manifestación que infectó y mató a centenares de personas por coronavirus, la cifra oficial de la pandemia sobrepasa las 100.000 personas. 140.000 según el Instituto Nacional de Estadística. Nos engañaron entonces con informes de expertos inexistentes y nos engañan ahora pretextando la guerra de Ucrania. Hay que defender a las mujeres de leyes anticonstitucionales y discriminaciones positivas. Es el momento de apostar por las políticas de igualdad de oportunidades.

El espectáculo del feminismo español es feminazi. Comunismo de manual. Izquierdismo de salón. Material de desguace. Hoy mismo se ha anunciado que el gobierno destinará 21.319 millones en políticas de bienestar doméstico hasta 1925. Es imposible. Esa cifra es similar a los presupuestos de Justicia y Educación juntos durante los próximos tres años. Todo es mentira. Pero da igual. Montero y Belarra son cadáveres políticos.  A lo mejor ni siquiera va a ir en las listas trasversales de Yolanda. Porque la elegante Yolanda sin partido todavía solo puede aspirar a ser la número 2 de Sánchez por Madrid, dejando en la cuenta a Podemos.  El espectáculo de las manifestaciones en Madrid ha sido bochornoso. La desunión es la mejor virtud de desmantelar el purismo militante. Pero volvamos al principio. A los días de sangre y Libertad. 

Manifestación 8M

Hay que celebrar el Día Internacional de la Mujer en homenaje a las 146 personas que murieron en una fábrica de camisas en Nueva York en 1857.  No en pedir el No a la guerra. Con Pan y rosas. Este año nadie como las mujeres ucranianas (de azul y amarillo) encarnan ese deseo de paz, lejos de sus maridos y con sus hijos en el exilio. Recordemos en su honor a José Antonio Labordeta y cantemos su inmortal himno en defensa de la democracia y de la vida. Porque esta guerra, es también nuestra guerra. “Habrá un día en que todos/ al levantar la vista /veremos una tierra/ que ponga Libertad”. ¡Gloria al pueblo y a la República de Ucrania! 

Antonio Regalado dirige Bahía de Ítaca en:
aregaladorodriguez.blogspot.com