Soluciones Elon Musk

elon-musk

Los grandes líderes políticos mundiales están dándole vueltas a cómo resolver los dos grandes conflictos mundiales, con sus correspondientes ramificaciones y consecuencias, que ahora más preocupan: la guerra desencadenada por Vladímir Putin entre Rusia y Ucrania y la amenaza que China proyecta sobre Taiwan. Ahora, el multimillonario Elon Musk, el hombre de Tesla, de SpaceX y probablemente dueño también de la red social Twitter en cuanto termine de decidirse a comprarla desembolsando los más de 40.000 millones de dólares que inicialmente acordó, ha irrumpido esta semana con ánimo de erigirse en el árbitro y muñidor de ambos contenciosos.

A principios de la semana propuso que Ucrania ceda Crimea a Rusia con carácter definitivo, y que Naciones Unidas organice referendos garantizados para determinar el futuro de las regiones ucranianas unilateralmente anexionadas por Rusia. En su plan, Ucrania se “finlandizaría”, en la vieja acepción del término, es decir aceptando conformarse con una neutralidad entre Rusia y Occidente, lo que aliviaría las tensiones y desharía las amenazas que ahora penden sobre toda Europa. Musk difundió su propuesta a través de Twitter, y pronto recibió la respuesta del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, quién después de recuperar el control en parte de las regiones anexionadas por Putin, ha hecho retroceder y replegarse al ejército ruso, que además ha abandonado ingentes cantidades de material bélico en perfecto estado de uso, y que han convertido de hecho a Rusia en el involuntario mayor proveedor de armamento de Ucrania.

Al concluir la semana, y en entrevista concedida al Financial Times, Elon Musk también ha propuesto su solución para alejar la otra gran amenaza de la que todo el mundo está pendiente: si China tomará Taiwan por las buenas o por las malas, desencadenando con ello una guerra global de proporciones gigantescas. Musk admite que ese conflicto a partir del Estrecho de Taiwan, antiguamente de Formosa, es inevitable, con impactos brutales sobre la economía, incluidas naturalmente sus propias grandes empresas.

Propugna una zona especial administrativa, a su juicio “digerible y aceptable para todas las partes, aunque ninguna de ellas quede satisfecha con tal acuerdo”. Tampoco en este caso parece que las recomendaciones del hombre que posee la mayor fortuna del mundo sean tenidas muy en cuenta. La prensa oficial china, que ya prepara los fastos del próximo congreso del Partido Comunista Chino (PCC) y de la probable entronización eterna del presidente Xi Jinping, insiste en la conocida tesis de que Taiwan es una de las provincias que integran el conjunto del país, y que habrá de volver más pronto que tarde al redil de Pekín. A su vez, diferentes portavoces del Gobierno de Taiwan rechazan las reclamaciones de China respecto de la soberanía de la isla, mientras aumenta el clamor porque sean los 23 millones de taiwaneses los que decidan libremente su destino. Abundan en este aspecto las referencias, lógicamente negativas, a la situación en Hong Kong, sometida de hecho a la autoridad de Pekín, que acelera el proceso de asimilación total, anulando aquella promesa de Deng Xiao Ping de “un país, dos sistemas”, contemplada ya como una quimera lejana.

Elon Musk tiene en Shanghai la fábrica más rentable, ya que en 2021 acaparó más de la mitad de la producción mundial de Tesla. En la citada entrevista con el Financial Times, Musk reconoce que China le ha pedido garantías de que no ofrecerá allí el servicio de internet Starlink de su compañía de cohetes SpaceX.     

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato