Opinión

Terrorismo: lacra del siglo XXI

photo_camera UN Málaga

Ni la pandemia ha detenido a los terroristas.  El Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET) advierte que en 2020 acontecieron a nivel mundial 2.350 ataques terroristas en 39 países y han provocado 9.747 muertes. 

En plena declaración de pandemia crecieron 52% los ataques y aumentaron 5% las víctimas con Afganistán convertido en polo principal con 3.959 víctimas; el país afgano suma el 40% de los fallecimientos por terrorismo contabilizado en el mundo. 

Ese año también hubo muertos por atentados en: Nigeria (1.463 personas); Burkina Faso (799); Mali (624); Níger (380); Camerún (355); Mozambique (353); Chad (299); Irak (292); Siria (272); Congo (252); Somalia (209); Pakistán (148); Egipto (72); Filipinas (63); India (51); Kenia (42); Tailandia (26); Tanzania (20); Costa de Marfil (12); Yemen (11); Libia (8); Argelia (8); Francia (7); Indonesia (6); Austria (3); Reino Unido (3);  Túnez (3); Rusia (2); Canadá (1); Bangladesh (1); Alemania (1); Suiza (1) y Marruecos (1).

El mismo Observatorio dio a conocer que en 2021 acontecieron 2.193 atentados con 9.603 víctimas en 36 países, tan solo África occidental concentró 475 de los sucesos y el 44% de las víctimas. 

El mapa de los atentados del año pasado quedó así: Afganistán (599); Burkina Faso (319); Mali (281); Nigeria (173); Irak (134); Camerún (129); Níger (115); Siria (94); Congo (61); Somalia (59); Mozambique (47); Pakistán (40); Egipto (26); Tailandia (23); India (20); Filipinas (15); Kenia (11); Chad (6); Cosa de Marfil (6); Yemen (5); Libia (4); Uganda (4); Benín (3); Túnez (2); Indonesia (2); Argelia (2); Tanzania (2); Sudán (2); Francia (2); Maldivas (1); Alemania (1); Nueva Zelanda (1); Noruega (1); Reino Unido (1); Arabia Saudita (1); Togo (1).

Para António Guterres, titular de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), debe garantizarse la lucha contra el terrorismo desde el mismo Estado de derecho porque es “una obligación moral y jurídica” para la protección de los derechos humanos. 

En Málaga, durante su participación por ‘streaming’ en la inauguración de la Conferencia Internacional de Alto Nivel sobre Derechos Humanos, Sociedad Civil y Lucha contra el Terrorismo, el titular de la ONU refrendó que prevenir la radicalización beneficia a toda la sociedad civil.

“Hay que detener está amenaza global. Tenemos organismos como Dáesh-ISIS o Al-Qaeda que continúan expandiéndose en África; el terrorismo ha anidado en Afganistán y los grupos extremistas también aumentan y actúan con violencia sexual. La xenofobia, el racismo y la intolerancia están creciendo”, advirtió Guterres. 

El secretario general dijo que es menester realizar un enorme esfuerzo conjunto para luchar contra este flagelo a través de la educación y de la inclusión eliminando barreras de género.

En el mismo foro, habló ‘in situ’, Vladimir Voronkov, secretario general adjunto de la Oficina de Lucha contra el Terrorismo de la ONU, quien reiteró la necesidad de proteger los derechos humanos y a la sociedad civil que es siempre la principal víctima. 

La presencia de Voronkov –de nacionalidad rusa– en el Palacio de Ferias y de Congresos de Málaga suscitó un amplio dispositivo de seguridad que llegó a ser tan exagerado que la prensa adentro del recinto no podía moverse libremente sin estar acompañada, en todo momento, por un agente de seguridad. 

El funcionario de Naciones Unidas destacó la labor esencial de los países donantes como Qatar, Arabia Saudí y la Unión Europea (UE) cuyas contribuciones permiten la instrumentación de programas orientados a la protección de los derechos humanos a través de luchar contra el terrorismo. 

“Los terroristas buscan minar la confianza en uno mismo, en el poder de las instituciones, crear confusión por eso es muy necesario el intercambio de posiciones entre los países y de estrategias para estar unidos”, destacó Voronkov. 

En el mismo evento en la ciudad española también participó José Manuel Albares, ministro de Exteriores de España, ante un auditorio rebosante de asistentes internacionales –90 delegaciones– de organismos ligados al terrorismo y a los derechos humanos.

“La diversidad   de   las   temáticas   abordadas es   un   fiel   reflejo   del   carácter integral de la Estrategia Global contra el Terrorismo durante la séptima revisión, que fue cofacilitada por España y se adoptó por consenso por la Asamblea General en junio del año pasado”, informó al auditorio.

En ese espacio se analizó entre los participantes aspectos tales como el apoyo a las víctimas, a los supervivientes del terrorismo; el papel de los programas contra el terrorismo de la ONU y los esfuerzos de la sociedad civil para prevenirlo y combatirlo. 

En palabras de Albares, España está con los países que han padecido el terrorismo y con sus víctimas “porque España también lo ha sufrido” y por eso se siente tan cerca.

“Nos interesa la protección de los derechos humanos de la gente: de los hombres, de las mujeres y de los niños a través de acciones contra el terrorismo, por eso creemos en el respeto de las leyes. Los terroristas buscan aterrorizar a las sociedades, quieren infectarnos y atacar nuestras democracias e instituciones así como nuestros valores”, refrendó convencido el diplomático.

Bajo ese nivel de compromiso, en Madrid funcionará una Oficina de Naciones Unidas contra el Terrorismo y uno de sus propósitos será crear una red de víctimas. 

Hay una consternación por luchar contra la radicalización y para eso se habla de crear objetivos como enseñar los valores de la tolerancia, la paz y la inclusión mediante el deporte. 

Para el Gobierno español está oficina tiene mucho valor estratégico de cara a su máximo flanco de vulnerabilidad: el Sahel y otras partes de África que están convirtiéndose en nidos de terroristas con el Dáesh-ISIS, Al-Qaeda y otros grupos yihadistas y extremistas. 

A decir de Albares, el terrorismo sigue siendo un fenómeno que afecta a las sociedades muy directamente y es una amenaza real. A tal grado es sensible que  el tema estará presente en la cumbre de la OTAN en Madrid de finales de junio próximo.

El canciller recordó que, si bien el Dáesh y el terrorismo yihadista se han reducido en Oriente Medio, en Sira e Irak, reaparece con los talibanes la posibilidad de un autoritarismo islámico en Afganistán y primordialmente está presente en África: “No olvidemos que el Índice Global contra el Terrorismo sitúa al Sahel como el epicentro del terrorismo yihadista”.

De acuerdo con la UE, en 2011 salieron de territorio europeo entre 4.000 y 5.000 ciudadanos para unirse a las filas de combate de grupos terroristas como el ISIS-Dáesh en Siria e Irak. 

A partir de 2016 empezó a darse el fenómeno de retorno, muchos de esos combatientes voluntarios han ido regresando a las ciudades europeas de las que salieron. La UE calcula que al menos un 30% ya volvieron.

En septiembre próximo, la ONU celebrará el Primer Congreso Global de Víctimas del Terrorismo y está organizándose un movimiento para crear una gran red de asociaciones de víctimas.

"Como obligación moral y jurídica y como imperativo estratégico, hemos de poner los derechos humanos en su justo lugar: en el centro de la lucha contra el terror”, aseveró Guterres, máximo dirigente de Naciones Unidas.