Xi Jinping-Joe Biden, tres horas para rebajar la tensión

Las tres horas de conversación telemática entre Joe Biden y Xi Jinping no llegaron, según la prensa norteamericana, para alcanzar grandes acuerdos, pero sí en declaraciones de las partes para rebajar la tensión que se estaba generando en los últimos meses entre las dos superpotencias, los Estados Unidos y China.

En sus declaraciones, Biden evitó calificar la cumbre como un fracaso, pero reconoció que a las relaciones con Pekín hay que ponerles “barandillas” de protección (una expresión que causó impacto en los medios). El líder chino por su parte destacó que lo más importante es que se ha establecido una relación más igualitaria, algo muy importante para el resto del mundo. Por supuesto, ambos reconocen que ha sido una conversación cordial.

Pero tres horas son muchas horas mirando a una pantalla con un micrófono por el medio. Los problemas que enfrentan a los dos países y algunos temas es obvio que habrán sido tratados y de momento silenciados: las relaciones, o si se prefiere competencias comerciales, parece fuera de dudas que habrán sido prioritarias. Xi Jinping acudió al encuentro con la noticia bajo el brazo de que China ya supera a los Estados Unidos en riqueza total.

También se sabe que discutieron sobre las medidas necesarias para frenar el cambio climático y coincidieron en “trabajar juntos”, un tópico diplomático frecuente,  para conseguirlo. Por lo demás, parece que una buena parte del tiempo la dedicaron a cuestiones que afectan a la paz y al interés general, como el conflicto del Mar de China, la amenaza de Corea del Norte y, por supuesto, Taiwán.

Ni China quiere oír hablar de la independencia de su “isla rebelde” ni los Estados Unidos están dispuestos a abandonar a un aliado que les garantiza una base de apoyo en la zona. Obviamente no se sospecha que hayan llegado a algún tipo de entendimiento. La prensa de Nueva York y Washington considera extraño que el presidente Biden no haya abordado una de las grandes preocupaciones del Pentágono, el arsenal nuclear que China está acumulando.