Opinión

¿Y ahora Chad?

photo_camera Mahamat Déby

Durante los últimos meses hemos visto golpes de Estado en Mali, Guinea, Sudán y el ultimo en Burkina Faso. Todos tienen un denominador común: la crisis económica y el descontento popular, marcado también por el terrorismo yihadista, la inmigración o el crimen organizado. No son solo preocupantes estos golpes de Estado en tan poco tiempo, sino el efecto contagio que se puede crear en otros países africanos ante la falta de respuesta internacional 

El derrocamiento de Gobiernos democráticos en las antiguas colonias francesas de África Occidental se está convirtiendo en una tendencia y el problema de estos países en última instancia es la legitimidad del Estado y la percepción de los ciudadanos de si su gobierno es válido y capaz de satisfacer sus necesidades. 

En Chad en estos últimos días decenas de personas han resultado muertas y heridas durante distintas manifestaciones en varias ciudades importantes, incluida la capital, Yamena. Las fuerzas del orden intentaron dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos, y cuando esto no ayudó, utilizaron armas de fuego. Las manifestaciones se convirtieron en disturbios. Los manifestantes atacaron a las Fuerzas de Seguridad con cuchillos y piedras, y luego destruyeron estaciones de policía y edificios administrativos. 

El motivo de la protesta fue el deseo del Consejo militar de transición de prorrogar el mandato del presidente interino Mahamat Idris Deby y el período de transición por otros dos años. La oposición se manifestó en contra e instó a la gente a salir a la calle. Mahamat llegó al poder en abril de 2021 después de que su padre, Idris Deby, muriera a causa de las heridas sufridas durante una operación de contraterrorismo. 

Gran parte de la población exige la dimisión del general Mahamat Déby y la entrega del poder a un civil, poniendo así en tela de juicio las conclusiones del diálogo nacional inclusivo. 

Cabe destacar que Mahamat Idris Deby tiene estrechos vínculos con Francia y con el empeoramiento de la situación en Chad, corre el riesgo de perder otro aliado en la región. 

Pero peor aún es la situación interna donde los asesinatos cometidos en los últimos días pueden causar revueltas populares y conducir a la caída del régimen. Los acontecimientos del 10, 11 y 12 de julio de 2020 en Malí son un ejemplo notable. Si el general Mahamat no tiene en cuenta esta nueva situación, su estancia al frente de Chad corre el riesgo de finalizar

Si cae Deby cae el mejor aliado de Francia en el Sahel que parece que más que garantizar el respeto del Estado de Derecho en Chad pretende por encima garantizar la estabilidad del país a toda costa  

Prueba de ellos los disparos de las fuerzas de seguridad contra la multitud, cincuenta personas murieron y donde se acusa a Francia de estar detrás de la represión a la población a lo que la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores francés agregó: "Francia no jugó ningún papel en estos eventos que forman parte de la política interna chadiana”. 

Sin embargo, la francofobia se va extendiendo día a día por el Sahel de forma que la idea que circula es que la política francesa en África no es ni por los derechos humanos ni por la democracia sino para proteger sus intereses y al margen del régimen, incluso del más sanguinario. 

En el caso de Chad la población piensa que Francia es plena y totalmente responsable de todo lo que sucede en el país porque impide que el pueblo chadiano elija libremente a civiles para dirigir su país doblando, armando e imponiendo soldados sujetos a sus deseos. 

Hay que recordar que durante las manifestaciones en Chad y a diferencia de Malí y Burkina Faso, no se mostró ninguna bandera rusa durante las protestas (todavía). Los chadianos se manifiestan con la bandera de su país en estos momentos. 

El deterioro del contexto de seguridad en estos países ha exasperado tanto a la población civil como a las fuerzas de defensa y seguridad. Sin embargo, el fracaso de las democracias no puede justificar la legitimidad de gobernar a través de golpes de Estado como hemos visto en otros países de la zona. 

Distintas organizaciones internacionales que protegen los derechos humanos han denunciado que en Chad durante estos días la munición real, la tortura y las detenciones arbitrarias están en curso y ya han causado varios muertos y heridos graves. Según los informes, las ambulancias que transportan heridos están bajo el fuego de las fuerzas del orden y las fuerzas de seguridad. Un periodista también fue asesinado a tiros. Los secuestros selectivos son de la noche a la mañana y la situación de inseguridad es total. 

La violencia contra manifestantes desarmados no es tolerable y el uso desproporcionado de la fuerza constituye una violación de las libertades fundamentales consagradas en la Constitución del Chad y en los instrumentos jurídicos internacionales y regionales ratificados por el Chad. 

Urge que la Unión Africana, Naciones Unidas, la Unión Europea y los países con intereses estratégicos en Chad, en particular Francia actúen urgentemente para poner fin a la violencia contra la población civil en Chad. 

La Unión Europea ha condenado la violencia perpetrada en varias ciudades de Chad, la represión de manifestaciones y el uso excesivo de la fuerza que constituyen graves atentados a las libertades de expresión y manifestación y debilitan la transición en curso. 

La estrategia de Francia en el Sahel seguirá fracasando mientras no tenga en cuenta a los ciudadanos. En Chad, se percibe por parte de la población que Francia quiere imponer a un hombre en contra de la opinión del pueblo. Y en Malí quiere la caída de un hombre contra la opinión del pueblo. En ambos casos, los ciudadanos tienen la última palabra. 

Sin embargo, Francia sigue comprometida con el Sahel, el Golfo de Guinea y la región del Lago Chad con todos los socios comprometidos con la estabilidad y la lucha contra el terrorismo y seguirá mientras siga manteniendo intereses en la zona. 

Francia después de su salida de Mali se desplegó hacia el sur y está ahora en Chad y Níger, socios esenciales en esta área y como hicieron en Mali intensificaran sus esfuerzos para entrenar a sus fuerzas en la lucha contra el terrorismo. 

¿La pregunta es seguirá el mismo camino Chad que Mali? ¿Tendrá también que salir Francia de Chad? ¿Vendrá Rusia después a sustituir a Francia? ¿Forma parte de la estrategia de Rusia hacerse con todos los países del Sahel por donde circulan todas las rutas del crimen organizado hacia Europa? 

Miremos más al Flanco Sur que cada día se está desestabilizando más y Rusia sabe que tenemos todas nuestras capacidades centradas en el Flanco Este. 

María del Pilar Rangel Rojas es profesora de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad de Málaga.