Yemen: Arabia Saudí pierde posiciones

Turki al-Maliki

Aunque permanece olvidada en Occidente, la guerra civil que desde hace siete años enfrenta en Yemen al bando oficialista respaldado por Arabia Saudí, y a la milicia rebelde hutí, apoyada por Irán, continúa sin asomos de que un acuerdo de paz o el triunfo de una de las partes le ponga fin. Las guerrillas hutíes controlan Saná, la capital, mientras las que se consideran legítimas mantienen el dominio de tras cuartas partes del territorio desde la ciudad portuaria de Adén. 

Las noticias del desarrollo de la contienda, en la que se implican otros grupos armados tribales, son escasas y suelen ser confusas. Tanto desde Riad como desde Teherán se maneja la escasa información poco fiable que se filtra oficialmente. Su credibilidad es escasa.  En los últimos días fuentes internacionales aseguran que las tropas apoyadas por los saudíes han perdido algunas de sus posiciones.

La prensa saudí, por el contrario, afirma que sus fuerzas han llevado a cabo ataques exitosos sobre las ciudades de Saná, Sanda y Morid, donde han llegado nuevos refuerzos de relevo. Morid está en una zona con reservas de petróleo que los saudíes no quieren abandonar. Son informaciones sin embargo que apenas cambian la impresión de que la guerra amenaza con prolongarse.

Todos los intentos internacionales para alcanzar un acuerdo que restaure la paz en la península han fracasado. Los saudíes han denunciado que las fuerzas iraníes cuentan con el apoyo de Hamás, procedentes del Líbano. Los hutíes por su parte denuncian los bombardeos saudíe sobre núcleos urbanos que causan centenares de muertos.

La impresión general es que las potencias occidentales se han desentendido de un conflicto de carácter tribal y religioso para el que no se ve solución. De hecho, el país ha retornado a la división en dos Estados en que permaneció varios años. El Reino Unido ha reiterado las amenazas a los hutíes para que liberen a los funcionarios de la ONU que retienen prisioneros.

Algunos rumores que circulan en los ámbitos diplomáticos aseguran que desde Riad se presiona a los Estados Unidos para que se impliquen militarmente para frenar a Irán, el país donde la animadversión contra los norteamericanos es probablemente la mayor del mundo, incluida la dictadura familiar de Corea del Norte. Desde Washington esta posibilidad se descarta. 

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