El experto en migraciones Óscar Ruiz, perteneciente a la Infantería de Marina, subraya que lo importante es gestionar la migración, no frenarla.

“La presión internacional tiene que caer sobre las mafias y el crimen organizado, no sobre los migrantes”

photo_camera GUILLERMO LÓPEZ - El experto en migraciones durante su ponencia

Óscar Ruiz, experto en migraciones perteneciente a la Infantería de Marina y destinando en Bruselas junto con el Teniente Coronel Lucas Martín, han participado en el seminario sobre Magreb y Europa organizado por Atalayar y CIFAL Málaga en la Universidad de Málaga (UMA). La primera conferencia la ha protagonizado Óscar Ruiz, que ha abordado las principales cuestiones relacionadas con la crisis migratoria y el papel de la Unión Europea, en especial de la Operación Sofía y del punto de inflexión que supuso en dicha cuestión. Reconoce que ante la imposibilidad de entrar en aguas libias y la dificultad que esto supone para poder rescatar en ese área, califica a dicha operación como positiva y fructífera en muchos aspectos. 

Oscar Ruiz

Ruiz ha enfatizado la necesidad de aumentar la presión internacional sobre el crimen organizado, es decir, sobre las mafias que se lucran del tráfico y la trata de personas. “La vida de los migrantes está en sus manos. Cuando montan en un barco a personas que no han visto el mar y no saben nadar, están asesinando”, señala. Internet y las redes sociales, según apunta, han aumentado que este tipo de servicios aumenten con facilidad. Los niños no acompañados (MENA) son uno de los mayores desafíos para Europa, los eslabones más vulnerables de caer en las manos de estas mafias, “es uno de los temas más complicados junto con las mujeres que viajan solas”, ha comentado. 

“Todas las fronteras del mundo son porosas”

El tema de las fronteras es uno de los asuntos que más interés despierta tanto para los políticos como para los ciudadanos de a pie; especialmente tras las últimas crisis migratorias. Hay corrientes que tiran hacia el lado del cierre, pero, ¿es realmente posible? Ruiz aclara que no, pues “todas las fronteras del mundo, incluida la de Corea, son porosas. Es imposible cerrarlas”. Además, sobre la eficacia de esta cuestión como solución al problema, advierte que no lo es: “Cuanto más difícil pongamos el entrar a los migrantes, más peligroso va a ser para ellos” y destaca como ejemplo la tragedia de 39 migrantes muertos en un camión en Reino Unido al intentar entrar de forma ilegal en Europa.  Según las últimas cifras conocidas, unas 14.000 personas han muerto en el Mediterráneo, una cifra que Ruiz califica de “víctimas contabilizadas”, pero señala que hay más, pues las personas que mueren antes de emprender el viaje por mar a Europa es imposible de conocer.  

Oscar Ruiz Atalayar

El militar también ha querido poner en relieve la importancia de diferenciar los tipos de inmigración; pues no es lo mismo un refugiado que un migrante económico. Ha explicado que la principal diferencia es el motivo por el cual abandonan su país de origen. Los refugiados lo hacen porque su vida corre peligro y proceden de países en conflicto como SIria o Irak, entre otros. Los migrantes económicos por su parte, abandonan su país para intentar mejorar su situación económica y calidad de vida. Tal y como ha reflejado Óscar en su ponencia, parece que se penaliza más al migrante que al crimen organizado, que es el factor más perjudicial en esta crisis migratoria.  

¿Qué supuso la Operación Sofía en este contexto?

Con la operación Sofía la UE pretendió dar un enfoque integral al problema de la crisis migratoria y el crimen organizado. Aunque en la actualidad está parcialmente desactivada, su puesta en marcha tuvo consecuencias positivas, destaca Ruiz y lo califica como “el máximo exponente de la crisis migratoria y humanitaria”. Su objetivo era la erradicación de la trata y tráfico de seres humanos. En el Mediterráneo se luchaba contra ambos fenómenos, pero el principal problema era el tráfico ilegal de seres humanos perpetrado por el crimen organizado de países como Libia e incluso de los países emisores de refugiados como Siria, Eritrea...etc. Esta operación militar también tenía como meta la vigilancia del tráfico ilegal de petróleo, embargo de armas y también la formación de la guardia costera y marina libias, uno de los principales problemas que con su resolución se ha conseguido bajar mucho el número de inmigrantes ilegales. 

Oscar Ruiz

Ruiz destaca que tras la Operación Sofía la presión que ejerció la Comunidad Internacional cambió la forma en la que se organizaban las mafias. Por ejemplo, comenzaron a fijarse en la meteorología para intentar garantizar el éxito del viaje, pues al principio los líderes de estas mafias enviaban las barcazas sin tener en cuenta la meteorología y desembocaba muchas veces en tragedia. Se aprendieron las principales rutas de rescate y comenzaron a dejar las embarcaciones cerca para que el personal militaar de la UE los recogiese. Los barcos utilizados también evolucionaron, pero a peor, pues pasaron de transportarlos en embarcaciones de más o menos calidad a utilizar barcas más pequeñas y de peor calidad sin respetar el aforo para incrementar sus ganancias.  “EL 90 o 95% de las personas que se adentran en esos viajes nunca han visto el mar, sus caras de desesperación lo dice todo. Van sin ningún tipo de información al viaje”, ha señalado. Pero ellos siguen con el negocio y no van a parar ha asegurado también, por ello enfatiza que “es el eslavón sobre el que tiene que caer toda la presión internacional, no sobre los migrantes”. 

Además de una organización diferente de las mafias, los trámites de recepción de migrantes en territorio europeo también registraron cambios, en este caso para mejor, pues los países receptores tienen que cumplir una normativa dictaminada por la UE. Se registra por un lado a qué país llega, de qué país proviene, se verifica la información y se tiene así un mejor control, o por lo menos se intenta. 

Uno de los mayores mitos de la inmigración es su relación con el terrorismo. Parte de la población europea une estos dos fenómenos, pero es algo que hay que intentar desligar, pues según ha enfatizado Ruiz, “la radicalización local, en sus países de origen, es más efectiva que la de refugiados”. En países como Hungría está más extendida la idea de vincular al refugiado con el terrorista, aunque no es la visión imperante en Europa, pero es necesario seguir trabajando en las políticas de integración para minimizar estas posturas. En definitiva, tal y como subraya Óscar como experto en migraciones es imprescindible analizar el origen de esta cuestión y llevar a cabo una buena gestión, pues el cerrojo a las fronteras y frenar las migraciones no es una medida ni eficaz ni plausible.
 

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