Activistas afganas denuncian la desaparición de mujeres
Las mujeres afganas están desapareciendo. Después de que los talibanes tomaran Kabul ha habido una autentica “depuración” de las mujeres en la vida pública. Muchas de ellas han perdido sus puestos de trabajo y están expuestas a normas que las restringen de manera casi total de cualquier atisbo de libertad.
Como respuesta y a pesar de la fuerte represión de los talibanes, diversas mujeres afganas decidieron salir a las calles con el fin de oponerse a un régimen que controla cada paso que dan. Estas manifestaciones han sido duramente reprimidas por los insurgentes y ahora se investiga la desaparición de dos activistas afganas que habían participado en estas manifestaciones.
Según denuncian, las activistas Tamana Paryani y Parvaneh Ibrahimkhel fueron sacadas de sus propios domicilios por hombres armados y ahora se desconoce su paradero. Mientras que los talibanes niegan haberlas detenido, los hombres que procedieron al arresto se identificaron como integrantes del “departamento de inteligencia” del actual gobierno talibán.
En una de estas protestas Ibrahimkhel había quemado un burka, como forma de protesta contra una prenda restrictiva impuesta a las mujeres afganas. Esta vestimenta cubre por completo el cuerpo de las mujeres a excepción de una apertura en los ojos, cubiertos por una rejilla.
Antes de ser arrestadas, Paryani consiguió grabar un vídeo con su móvil en el que se podía ver cómo pedía auxilio, grabación que consiguió enviar a la agencia Aamaj News. En él exclamaba “ayuda, por favor, los talibanes se han presentado en nuestra casa…solo mis hermanas están en casa”. Posteriormente, miembros de su familia confirmaron su arresto junto con el de sus tres hermanas, las cuales ni siquiera acudieron a la manifestación.
Tras la difusión del video, el portavoz de la policía de Kabul, el talibán Mobin Khan, ha afirmado en Twitter que ese vídeo se trata de “un montaje. Junto a él, el portavoz de la Dirección General de la Inteligencia, Khalil Hamraz, ha acusado a estas feministas de “difamar a los nuevos gobernantes de Afganistán y sus fuerzas de seguridad para obtener asilo en Occidente”.
El portavoz afirmó después que ya no se iban a “tolerar los insultos a los valores nacionales y religiosos de los afganos” como respuesta a las concentraciones feministas que reclamaban la “igualdad de derechos”. Además, en ellas denunciaron la imposición de “velos y túnicas”, una práctica que los talibanes han tratado de exponer a través de campañas de publicidad y carteles en los que recomiendan vestir con dichas prendas.
Además de los códigos de vestimenta, los talibanes han decretado medidas sobre cómo deben viajar, han segregado por sexo las Universidades y han impuesto leyes sobre como deben comportarse a través de la interpretación de la Sharía.
A pesar de que durante la presencia de las tropas occidentales las mujeres afganas consiguieron conquistar más derechos que los actuales, el progreso de la emancipación de la mujer en el país ha sido lento. Afganistán ha seguido liderando el ranking de los peores índices de acceso a la educación para las niñas, aunque las generaciones más jóvenes han conseguido mejorar esta posición durante la última década.
Por otra parte, un 35% de las afganas se casaban antes de cumplir los 18 años, lo que hacía desaparecer cualquier expectativa que mantuviesen en el ámbito educativo o profesional, algo que ahora bajo el régimen talibán es muy complicado de lograr.
Asimismo, las deplorables condiciones de los sistemas sanitarios repercuten directamente en la salud femenina. Afganistán es uno de los países en los que se más se producen mujeres en el parto y no existen todavía medidas encaminadas a erradicar esta situación.
Junto a esto la violencia contra ellas sigue siendo algo rutinario. Según la ONU el 80% de las mujeres en Afganistán sufren violencia machista en sus hogares, además de violencia en las calles y en el espacio público.
Estas últimas detenciones protagonizadas por los talibanes se enmarcan en un momento en el cual miembros del gobierno talibán se han reunido con representantes de la comunidad internacional y otros grupos de civiles afganos en Oslo. Según declaró la ministra noruega de Exteriores, Anniken Huitfeldt, para tratar de paliar la grave situación que atraviesa Afganistán “la comunidad internacional y los afganos de distintos grupos sociales deben dialogar con los talibanes”.
