Airbus, Indra, Navantia, SBS y Tecnobit reivindican que el aumento del presupuesto de Defensa revierta en la industria nacional

Hace unas pocas semanas que el presidente del gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos, Pedro Sánchez, informó a los españoles y a sus socios de la OTAN reunidos en la cumbre de Madrid que está dispuesto a incrementar el presupuesto de Defensa de España “hasta cerca del 2% del Producto Interior Bruto (PIB) para 2029”.

Es evidente que duplicar la asignación que el Estado dedica a preservar su marco perimetral de seguridad y sus capacidades de disuasión no puede hacerse de un año para otro. Saltar de un entorno presupuestario del 1 al 2 por ciento, es decir, de un volumen consolidado de 11.338 millones de euros en el ejercicio económico de 2022 a más de 22.600 en 2029 requiere reordenar los planes y actualizar la lista de prioridades ya existentes en el ministerio y en el Estado Mayor de la Defensa.

Es lo que reclaman las compañías que deben alinear sus estructuras productivas y de I+D+i para hacer realidad una parte importante de las capacidades que demandan las Fuerzas Armadas españolas. Como actores relevantes de la base tecnológica e industrial de la defensa, cinco altos directivos de Airbus Helicopters España, Indra, Navantia, Santa Bárbara Sistemas y Tecnobit han tomado parte en una mesa redonda sobre la aportación de la industria nacional al futuro de la OTAN. Todos coinciden en que “eso de aumentar el presupuesto de defensa hasta el 2% del PIB está muy bien, pero…”.

… Pero, desde su perspectiva, “lo que importa es que ese incremento revierta en la industria de alta tecnología española de doble uso”. Son palabras de Lluís Furnells, presidente ejecutivo de Tecnobit empresa que, como las otras cuatro citadas, está presente en numerosos programas nacionales e internacionales de defensa, aeronáutica, espacio y seguridad, cuyos productos están en servicio en diferentes países.

La reflexión de Furnells repetida de uno u otro modo por el resto de responsables empresariales es una llamada de atención al ministerio de Defensa que dirige Margarita Robles y a su nueva secretaria de Estado, Amparo Valcarce, esta última encargada de dirigir la política de armamento e innovación industrial del departamento.

“Hoy jugamos un importante papel dentro de la industria europea”. Pero si España quiere seguir ejerciendo ese rol, “tenemos que potenciar nuestro sector de defensa”, plantea sin tapujos el presidente de Tecnobit. Desde su conocimiento del sector, una industria de alta tecnología “no se improvisa y exige una programación”, que es lo que demanda.

Su reivindicación es que una parte importante del 2% del PIB “debería servir para afianzar y desarrollar capacidades tecnológicas”. De ese modo se pretende que el tejido industrial “contribuya a fortalecer la soberanía nacional, con una clara repercusión en la soberanía estratégica europea”. En ese sentido, Tecnobit acaba de ampliar sus capacidades con la compra de la empresa de terminales satelitales Inster, lo que multiplica su esfera de competencias en comunicaciones abiertas y cifradas.

El planteamiento del consejero delegado de Airbus Helicopters España, Fernando Lombo, concuerda con el de Furnells. Como responsable nacional de la corporación europea en su línea de fabricación de aeronaves de ala rotatoria, Lombo sabe muy bien que los programas militares “son de larga maduración, hay que planificarlos con anticipación y, si hay incremento presupuestario, deberíamos comenzar por definir cuáles son los desarrollos que tenemos que empezar a acometer”.

Lo resalta también el presidente del astillero estatal Navantia, Ricardo Domínguez, que no guarda ninguna duda respecto a que el incremento de las inversiones en defensa “debe redundar en el desarrollo de la economía y del empleo de España”. Alerta de que en los últimos años, las adquisiciones y el sostenimiento de plataformas y equipamientos nacionales han sufrido “muchos dientes de sierra”. Eso y el hecho de no conocer la senda que hay que seguir ha generado “inestabilidad y provocado que sea muy difícil invertir en I+D+i”. Así pues, el momento actual requiere “estabilidad económica para poder plantearnos nuevos retos”, concluye.

Desde la perspectiva del director general del mercado de Defensa y Seguridad de la multinacional tecnológica española Indra, Manuel Escalante, es evidente que el incremento progresivo hasta el 2% del PIB en Defensa va a conllevar un mercado interior en claro crecimiento y “muchísima más actividad” para el conjunto del tejido industrial nacional.

Asegura que el sector español de la tecnología de doble uso progresa “a velocidad de crucero”, que está demostrando una agilidad “por encima de la de otros países” y que aprovecha las oportunidades que ofrece la Unión Europea, que apuesta por “desarrollar ventajas tecnológicas propias, sin las cuales no puede existir la tan ansiada hegemonía estratégica”.

Sin embargo, “contamos con un problema de recursos económicos”, lo que obliga “a saber elegir los programas, los desarrollos tecnológicos y las batallas que debemos librar”. Por añadidura, el momento actual “nos pilla con un problema de tamaño a la hora de negociar una posición relevante” en la Europa de la Defensa. Escalante alude a que “nuestros socios franceses, alemanes e italianos son mucho mayores que nosotros”. Es por eso que Indra está siguiendo una política de compras selectivas y en el presente mes de julio ha adquirido Simumak, especializada en simulación avanzada, y Mobbeel, dedicada a verificar la identidad digital.

Juan Escriña, director general de Santa Bárbara Sistemas (SBS), filial española de General Dynamics European Land Systems (GDELS), afirma suscribir “al 100 por cien lo que han expresado mis colegas”. Apunta que la cantidad absoluta derivada del 2% del PIB en Defensa “no es nada, si no se tiene una adecuada programación”, que en buena medida debiera ir orientada “a potenciar el desarrollo tecnológico del sector”.

Destaca que las decisiones y planes de los gobiernos de los años 90 han conseguido que “ahora estemos en condiciones de competir en primera línea en Europa y en el mundo en condiciones de tú a tú”. Los productos tecnológicos españoles “están siempre en el límite de lo posible”, hasta el punto que “estamos acostumbrados a concursar, a ganar y a exportar el 80% de nuestras ventas, lo que tenemos que seguir haciendo”.

Mientras las aspiraciones de los industriales españoles intentan convertirse en realidad, Bruselas prosigue su apuesta por reforzar el sector europeo de la defensa. El Comisario del Mercado Interior, el francés Thierry Breton, acaba de crear una nueva herramienta dotada con 500 millones de euros. Durante dos años y con carácter retroactivo desde el pasado 24 de febrero, su objetivo es renovar las existencias de misiles, artillería y municiones que las naciones europeas han entregado o van a enviar a Ucrania para hace frente a Rusia.