La empresa de autobuses cumple 100 años y 25 en Marruecos. Alberto Pérez, director general de ALSA en el país norteafricano, cuenta en FITUR el desarrollo de la empresa en estos años

ALSA, una historia de éxito en Marruecos

photo_camera PHOTO/ATALAYAR/GUILLERMO LÓPEZ - Alberto Pérez, director general de ALSA en Marruecos

​¿Quién no ha cogido un autobús de ALSA? Esa compañía que empezó en Asturias, que fue poco a poco desarrollándose, que fue pionera – de las primeras empresas españolas que trabajó en China – y que también fue una de las empresas que tuvo éxito en Marruecos.

ALSA cumple 100 años y en el país norteafricano cumple 25 años. Alberto Pérez, director general de ALSA en Marruecos, cuenta en la Feria Internacional de Turismo (FITUR) cómo ha sido esta etapa en el país.

  1. ¿Qué podemos celebrar de este periodode 25 años?
  2. Esos autobuses trabajados por marroquíes, ¿hombres y mujeres?
  3. ¿Esos conductores y conductoras podrían conducir un autobús en España?
  4. El índice de siniestralidad de accidentes, es muy bajo, por los datos que hemos visto. 
  5. ¿Cómo es el trámite burocrático? 
  6. ¿Cómo se han ganado ustedes a la gente? 
  7. En cuanto a movilidad y seguridad, ¿cuál ha sido la aportación de ALSA? 
  8. El concepto que está aplicando ALSA es más amplio y social. ¿Es una inversión? 
  9. ¿Afectan las crisis políticas a la actividad empresarial privada?

¿Qué podemos celebrar de este periodode 25 años?

Sí, yo he vivido la historia y la implantación de ALSA en Marruecos desde el principio. Yo llegué en el mismo año 1999 y he sido parte activa en este desarrollo, pero sobre todo testigo del cambio tan importante que se ha experimentado en Marruecos, un fantástico país para hacer negocios, donde nos ha ido muy bien y estamos muy contentos.

Yo creo que nuestra evolución en Marruecos es una historia de éxito. Es una historia de trabajo a largo plazo, de compromiso con el país, de tratar de crear valor y no ir a hacer negocios rápidos donde invertimos mucho.

Es la historia de un servicio prestado por marroquíes para marroquíes. No exportamos nada, damos un servicio para la propia población del país.

Ha sido un proceso evolutivo. Ahora mismo estamos implantados en Marrakech, Agadir, Tánger, Casablanca y Rabat, que son las cinco ciudades más grandes de Marruecos, y además en Jouribga, que es una pequeña ciudad, para lo que es Marruecos, de unos 200.000 habitantes.

En total en seis ciudades con 6.000 empleados y operando 1.700 autobuses.

Esos autobuses trabajados por marroquíes, ¿hombres y mujeres?

Totalmente, hombres y mujeres. Estamos trabajando mucho en los aspectos de la diversidad, haciendo esfuerzos importantes para integrar a la mujer en puestos que tradicionalmente han sido relegados al hombre, como un puesto en conducción o mantenimiento.

El año pasado pusimos en marcha un plan para contratar 100 conductoras en Casablanca y lo hemos conseguido. Hemos pagado el permiso de conducir a estas mujeres, hemos pagado su formación y afortunadamente poco a poco vamos integrando un poco más a la mujer.

En definitiva, de los 6.000 colaboradores que tenemos en Marruecos, salvo una decena, son todos locales, marroquíes, a los que ofrecemos una carrera profesional tanto en Marruecos como en España.

¿Esos conductores y conductoras podrían conducir un autobús en España?

Efectivamente. Quizá, por el entorno en el que han trabajado han recibido mucha más formación que los conductores en España, especialmente en cuanto a la seguridad, ha sido un reto mucho más importante.

Son conductores muy bien preparados. Ahora estamos tratando de resolver los problemas administrativos, pero queremos hacer un test para abrir esa vía y que los conductores de Marruecos puedan continuar su carrera profesional en España, abriendo las puertas de la compañía para una promoción profesional.

Cuando he visto los autobuses de ALSA en Tánger o en Marrakech, me llamó la atención que eran autobuses de última generación. 

Efectivamente. Desde que llegamos en el año 1999, hemos sido una empresa innovadora. Introdujimos en Marruecos todo lo que es la monética de venta de tickets, el GPS o las aplicaciones de venta de billetes.

En tecnología de flota somos auténticos pioneros. Todas las nuevas tecnologías al servicio del transporte que se integren en los autobuses se aplican igual en Marruecos.

Por hablar de la última ciudad en la que nos implantamos en 2019, Casablanca, no tiene nada que envidar a cualquier ciudad europea en cuanto a calidad de autobuses, servicio o tecnologías integradas porque está al mismo nivel.  

El índice de siniestralidad de accidentes, es muy bajo, por los datos que hemos visto. 

En el índice de siniestralidad son muchos los esfuerzos en formación y en equipamiento de los vehículos, pero el entrono es más complicado en Marruecos que en Europa, y por eso reitero que los conductores reciben mucha más formación.

Los éxitos en términos de seguridad son muy importantes, en los últimos 10 años hemos reducido la siniestralidad en un 85%, lo cual es brutal.  

¿Cómo es el trámite burocrático? 

Yo creo que lo que se necesita es una propuesta de valor que sea interesante. Por nuestra experiencia, tienes que tener una propuesta que sea win-win: deben tener necesidad de ti y lo que tú aportes es tu ventaja competitiva sobre otras opciones.

Cuando eso es así, la autoridad es la primera interesada en facilitarte el camino porque cuanto antes esté en servicio lo que propones, mejor para ellos.  

Nosotros no hemos tenido problemas mayores de tipo administrativo. Muchas veces hablamos sobre el riesgo país de determinados países. Yo siempre digo que después de 24 años en Marruecos el riesgo país no existe.

No ha sido fácil, sobre todo porque te lleva un tiempo entender cómo se hacen las cosas en Marruecos, pero no hemos encontrado obstáculos insalvables por lo menos no diferentes a los que se pueden encontrar en España, en Suiza o en Portugal. 

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¿Cómo se han ganado ustedes a la gente? 

Poniéndonos en sus zapatos. Creo que es un personal muy agradecido y trabajador, en cuanto le das incentivos se deja la vida, siente mucho la camiseta y se siente muy identificado con la empresa.

En cuanto al cliente es también un cliente muy agradecido que cuando ve que estás haciendo esfuerzos lo agradece y lo hace con fidelidad. Hoy tenemos 300 mil clientes y crecen cada año. Eso será por algo. 

En cuanto al otro cliente, que son las autoridades, estás haciendo una propuesta de valor que le resuelve problemas reales donde hay un acuerdo win-win, donde ganamos todos: gana el personal, el cliente, las autoridades y ganamos nosotros como empresa.

Creo que esto es una propuesta ganadora que constituye nuestra ventaja competitiva, que es defendible en el largo plazo y que ha asegurado el éxito en estos 24 años.  

En cuanto a movilidad y seguridad, ¿cuál ha sido la aportación de ALSA? 

En cuanto se refiere a seguridad, nosotros hemos hecho un gran esfuerzo interno: formación, procesos, medios tecnológicos, pero llegamos a un momento en el que vimos que podíamos cambiar la empresa como quisiéramos, pero el entorno no acabábamos de cambiarlo.  

La mentalización de la gente y la toma de conciencia en cuanto a la importancia de la seguridad, que al final son vidas humanas, no calaba porque no actuábamos sobre ello. En un determinado momento empezamos a establecer un plan de acción que estuviera enfocado a cambiar esa mentalidad.

Empezamos a hacer acciones en colegios y creamos en Marrakech una escuela de seguridad vial en la que formamos al año a 30 mil alumnos de escuelas públicas. Cogimos una edad, 12 años, y cada año todos los colegios públicos de Marrakech pasan por esa escuela, donde hay unos karts eléctricos y un circuito al estilo lo que hacía la DGT hace muchos años en España.  

Con eso conseguimos formar no sólo a 30.000 niños, porque en 10 años has formado a 300.000 mil, pero en el proceso has formado también a sus padres y todo el mundo empieza a tomar conciencia de la seguridad. En 10 años al final formas 1.200.000 personas, que es la población de Marrakech.

Es un reto a largo plazo y con un efecto indirecto, pero tiene gran valor para la seguridad vial. 

El concepto que está aplicando ALSA es más amplio y social. ¿Es una inversión? 

Eso es, yo creo que, para una empresa extranjera, operar en un servicio público tan expuesto a la opinión pública como es el transporte público, además de tener una calidad de servicio muy superior a la media existente, tienes que tener una implicación en el tejido socioeconómico del país, entender la cultura, comprender las necesidades y alinearte con la visión estratégica del país.

En ese sentido, seguir aportando soluciones que permiten perseguir su estrategia de desarrollo. 

¿Afectan las crisis políticas a la actividad empresarial privada? 

En estos 24 o 25 años hemos vivido todas las crisis políticas: los atentados de Casablanca, Perejil, un Gobierno de un signo, un Gobierno de otro, y la verdad que jamás nos han utilizado por ningún lado como rehén de nada. Siempre cuando teníamos derecho a una determinada reclamación nos lo han concedido, y también lo contrario, nos han denegado cosas que no tenían derecho.

Yo creo que en Marruecos saben muy bien separar lo que son las relaciones económicas con las políticas, y una empresa privada no tiene que ver muchas veces con las diferencias entre Gobiernos de dos países. 

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