Hakan Fidan, director de la Organización Nacional de Inteligencia turca, se ha reunido con las autoridades libias pocos días después de la visita del jefe de la CIA estadounidense, William Burns, al territorio norteafricano

Ankara envía al jefe de la inteligencia turca a reforzar su papel en Libia

AFP/ADEM ALTAN - El ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu (C), el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar (D), y el jefe de la Organización de Inteligencia turca, Hakan Fidan (I), asisten a la rueda de prensa conjunta del presidente turco y el primer ministro libio en el Complejo Presidencial de Ankara, el 4 de junio de 2020

La situación política libia –marcada por un profundo estancamiento que arrastra desde el aborto electoral de diciembre de 2021, cuando, según los planes de la ONU, habían de darse los primeros pasos para una transición política hacia la democracia– parece estar atrayendo las miradas internacionales durante estas primeras semanas de 2023. Y es que la posición del país norteafricano como uno de los mayores productores de petróleo de todo el continente, en medio de la creciente crisis energética derivada de la guerra en Ucrania, comienza a ser un factor decisivo para que la comunidad internacional se decida a intervenir en la compleja coyuntura libia. 

En los últimos días, el territorio norteafricano ha recibido a dos jefes de inteligencia extranjeros (entre ellos al director de la CIA, William Burns), y ha visto como gran parte de sus más altos dirigentes volaba hasta la capital egipcia de El Cairo en un intento de promover el diálogo entre todas las partes involucradas, y de impulsar una solución negociada que termine con el impasse político que asola al país.

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En defensa de los intereses turcos en suelo libio

El jefe de la Organización Nacional de Inteligencia de Turquía, el sargento retirado Hakan Fidan, llegaba este martes a Trípoli (capital libia) para reunirse con el primer ministro saliente del Gobierno de Unidad Nacional, Abdul Hamid Dbeibé, con Khaled Al-Mashri, presidente del Consejo Supremo del Estado libio (organismo legislativo diseñado por la ONU para poner fin a la rivalidad entre la cámara más cercana al mariscal Haftar, la Cámara de Representantes de Libia en Tobruk; y el órgano central que lo precedía, el Congreso General Nacional), y con Mohamed al-Menfi, presidente del Consejo Presidencial libio (órgano colegiado conformado en 2015 y reconocido por la comunidad internacional para desempeñar las funciones de jefe de Estado). 

Pese a que las informaciones oficiales apuntan a que el encuentro pretendía profundizar en la hoja de ruta del nuevo año, en la celebración de unas elecciones y en la posibilidad de firmar nuevos acuerdos, varios analistas citados por el medio Al Arab sostienen que esta visita pone de manifiesto los temores de Ankara de ver reducida su influencia en suelo libio. En los últimos meses, las buenas relaciones entre ambas potencias y el papel protagonista de Turquía sobre la política y economía del país norteafricano han terminado por cristalizar en diversos Memorandos de Entendimiento (MoU, por sus siglas en inglés) de índole militar y energética. 

Así, tras una reunión inicial con el jefe de Gobierno Dbeibé, la ministra de Asuntos Exteriores, Najla Mangoush, el ministro de Estado para Asuntos del Gabinete, Adel Jumaa, y el ministro de Comunicaciones y Asuntos Políticos, Walid al-Lafi; el jefe de la inteligencia turca se reunió también con el presidente del Consejo Presidencial Mohamed al-Menfi, donde también estuvieron presentes el director del Servicio de Inteligencia libio y el embajador turco en Trípoli. 

Sin embargo, más allá de las informaciones publicadas por la Oficina de Prensa del Consejo de Presidencia y a través de las redes sociales de varios políticos –afirmando que “se discutieron con Fidan los últimos acontecimientos regionales e internacionales conjuntos”, así como las “maneras de superar los obstáculos que enfrenta [el proceso político] hacia la celebración de elecciones sobre bases constitucionales y legales”–, las interpretaciones de los analistas y expertos se alejan considerablemente de esta versión oficial. El medio especializado The Libya Update recogía así las explicaciones del analista Abd al-Rahim al-Burki, quien afirmaba que “el jefe de la inteligencia turca logró llegar a un acuerdo político para la reconciliación entre [Khaled] Al-Mashri y Dbeibé dos días después de la conclusión de la conferencia de reconciliación organizada por el Consejo Presidencial [liderado por Mohamed al-Menfi]”.

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Así, el analista alegaba estar “a favor de una reconciliación fraterna [entre los dos líderes de organismos diseñados en colaboración con Naciones Unidas; el Gobierno de Unidad Nacional y el Consejo Supremo del Estado], pero no estamos a favor de las maniobras políticas para mantener el poder”, con lo que al-Burki se refería a la expiración del mandato de Dbeibé, que debía haber terminado hace más de un año. 

Secretismo, también, entorno a la visita de William Burns

La visita de William Burns, jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), al igual que la de su homólogo turco, estuvo también rodeada de un gran secretismo que solo dejaba algunos vagos detalles. Según algunos medios libios, las explicaciones de Burns aludieron a “la necesidad de desarrollar la cooperación económica y de seguridad entre los dos países”, en línea con el ministro de Relaciones Exteriores y de Cooperación Internacional del Gobierno de Unidad Nacional, Al-Mangoush, que sostuvo que el encuentro “allanaba el camino hacia las elecciones”. 

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No obstante, otros análisis parecen estar especulando con cuestiones como los intereses energéticos estadounidenses y occidentales –que Burns habría ido a defender en el país–, el papel que los mercenarios del Grupo Wagner llamados por el mariscal Haftar –en el este– estarían jugando en la situación, o con la extradición de Abu Agila Mohammad Mas'ud, el sospechoso de fabricar una bomba que en 1988 destruyó un avión de pasajeros sobre Escocia y terminó con la vida de 190 estadounidenses. 

Ante estos rumores, las declaraciones del portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, no arrojaron ninguna luz. “Washington está comprometido con los líderes libios y sus socios regionales para fijar una fecha para las elecciones en respuesta al deseo de 2,5 millones de libios que ya registraron sus datos para votar durante las elecciones propuestas [en diciembre de 2021]”, agregó. 

Coordinador de América: José Antonio Sierra. 

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