Casi siete años después de la ruptura de relaciones con China, Arabia Saudí formará parte de la Organización de Shanghái

Arabia Saudí se une al mercado de Asia Central como “socio de diálogo”

photo_camera PHOTO/BANDAR ALGALOUD/Cortesía de la Corte Real de Arabia Saudí - El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman

Los últimos bandazos de la política exterior de Estados Unidos en la región de Oriente Medio están provocando que el mundo árabe y Asia Central se unan más de lo que ya lo estaban. Las relaciones entre Washington y Riad no gozan de buena salud y China, consciente de ello, ha tendido la mano al reino saudí para fortalecer la unión de los países del Golfo con la región de Asia Central. De todos los miembros que conforman la Organización de Cooperación de Shanghái, -Rusia, China, India, Pakistán, Kazajistán y otras repúblicas exsoviéticas- Riad en una muestra de interés y apoyo a la causa común de la Cooperación de Shanghái, procederá a mejorar las relaciones con Irán, su máximo rival en la región que a su vez es el segundo gigante económico de esta. 

Según informan fuentes a Reuters, los ministros de Exteriores de Teherán y Riad se reunirán antes de la finalización del mes sagrado del Ramadán para poder restablecer las relaciones con el fin de consolidar una de las asociaciones más importantes a nivel económico en la industria de los hidrocarburos. Según la Agencia de Prensa Saudí (SPA), el anuncio de la entrada del reino árabe como “socio de diálogo” en la Organización de Shanghái lo realizó el Consejo de Ministros, presidido por el príncipe heredero Mohamed bin Salman bin Abdulaziz, días después de producirse una llamada telefónica con el presidente chino Xi Jinping. Esta decisión, tomada en un momento donde las relaciones saudíes con Norteamérica están en paralizadas, supone un duro golpe de la economía asiática a las ansias estadounidenses de influenciar en las decisiones del Golfo. 

xi-jinping-china-estados-unidos

La Organización, que se originó a principios del siglo XXI, en el año 2001, nació con el fin de ser una agrupación de índole económica, política y de seguridad para los miembros de Asia Central “frente a las instituciones occidentales” en una evidente declaración de intenciones a las pretensiones expansionistas de la OTAN, que a la postre trataría de influenciar en los Gobiernos de muchos de los países miembros de la Asociación. La Organización se fundó con el fin de conseguir una serie de objetivos que se centran en fomentar políticas de confianza mutua y buena vecindad entre los Estados miembros, combatir el terrorismo, reforzar la seguridad, combatir el crimen y el narcotráfico, y enfrentar los movimientos separatistas y el extremismo religioso o étnico. 

Según las informaciones que maneja la agencia Reuters, la entrada de Arabia Saudí como socio de diálogo sería el primer paso para una posterior adhesión como miembro pleno a largo plazo. Además, añaden que las primeras conversaciones en relación con la unión de Riad como nuevo miembro se produjeron en una visita oficial de Xi Jinping el pasado año. En paralelo, ya en septiembre de 2022 durante la reunión anual de la Cooperación de Shanghái, en plena crisis por la intención de reducir la producción de barriles de crudo por parte de los países que forman la OPEP+, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en su discurso, “dio la bienvenida a la adhesión” a Egipto, Qatar y Arabia Saudí. 

xi-jinping-vladimir-putin-china-rusia

No es casual que estas informaciones se publiquen en un contexto económico y político en el que las economías de ambos países -China y Arabia Saudí- poseen intereses comunes al corto y largo plazo. Para Pekín, la estabilidad política y social de sus países aliados y miembros comunes de la Organización es una de las bases de la política exterior china. Si bien la economía de Arabia Suadí posee uno de los mayores crecimientos del mundo, la preocupación del gigante asiático está más enfocada en sus relaciones con Irán, a quien China considera un socio clave en la región del Golfo. 

Entre los atractivos de Arabia Saudí está el petróleo. Ahora bien, al igual que en Irán, el petróleo saudí es uno de los motores de la economía del Reino. China, que es sabedora de ello, antes de iniciar conversaciones con Arabia Saudí, buscó complacer, a finales de 2022, al país del Golfo con un movimiento económico con la empresa estatal y gigante petrolero, Saudi Aramco cuyo costo podría alcanzar cifras récord de 12.200 millones de dólares, según informa el grupo chino, Panjin Xinxin. 

aramco-arabia saudi-petroleo

Tal y como informaba la agencia saudí SPA, las relaciones de Irán y Arabia Saudí no son las mejores, pero la intervención del presidente Xi Jinping ha creado “puentes de entendimiento” entre ambos países, que han generado optimismo en el seno de la Organización, en los Gobiernos de los países miembros, y lo más importante, en Arabia Saudí e Irán. Como consecuencia ambos países se han replanteado la reapertura de las Embajadas, como muestra de la mejoría de las relaciones. Del mismo modo, desde la prensa china se informaba del acuerdo enfatizando en dos puntos clave: la búsqueda de la paz en la región, que incluye planes para acabar con el terrorismo; y unirse al desarrollo de la región, tratando esa adhesión como un apoyo de China a las agendas de los países del Golfo como el de la Visión 2030 de Arabia Saudí. 

El crecimiento de las economías orientales y del Golfo en lo que va de siglo es uno de los logros más admirables y extraordinarios que ha presenciado la humanidad. Hace 45 años, el continente asiático y la región del Golfo era una zona inhóspita, careciente de oportunidades para crecer en un mundo totalmente occidentalizado. 

En la actualidad, los países de Asia y Oriente Medio que forman parte de la Cooperación de Shanghái constituyen cerca de la mitad de la población mundial y atesoran un poder económico que supera los 20 billones de dólares. Además, poseen gran parte de la producción mundial de petróleo con más casi tres cuartas partes de las reservas mundiales, y mercados de referencia mundial como el de Dubái, Pekín, Shanghái y Nueva Delhi. 

Coordinador de América: José Antonio Sierra. 

Más en Política