Arabia Saudí vuelve a ser objetivo de otro ataque hutí por segunda vez en seis días
Arabia Saudí continúa siendo el blanco de los ataques hutíes. Las instalaciones de la empresa petrolera de Aramco han sido , en la ciudad de Jeddah, han sido atacadas por los hutíes, provocando un incendio en dos de los tanques de almacenamiento, según informó la agencia de noticias France24. Por suerte, la situación se resolvió sin ninguna víctima. La ofensiva de los rebeldes se extendió a las ciudades sauditas de Yazan, Zahran al-Yanub y Samtah.
En un primer momento ni el Gobierno saudita ni la estatal Aramco reconocieron el incendio causado por los rebeldes. Sin embargo, el líder de los hutíes, Yahya Sarea, realizó un comunicado televisado reconociendo la autoría del ataque. Este informó que habían causado daños en las instalaciones petroleras con misiles y drones. Sarea también dijo que habían logrado alcanzar varios objetivos en la capital saudí, Riad.
Más tarde, la coalición militar que interviene en Yemen por Riad informó, a través del canal de televisión Al-Ijbariy, sobre el ataque a la empresa petrolera. También hicieron hincapié en que habían conseguido controlar el incendio rápidamente.
Según la agencia francesa, los ataques de los hutíes contra las “instalaciones energéticas del Reino” se han incrementado en los últimos meses, siendo este uno de los “mayores exportadores” de petróleo del mundo.
Estos ataques causan graves retrasos en el envío de petróleo al resto de países. Ante esta situación, el Gobierno saudita informó que "no será responsable de ninguna escasez del suministro de petróleo en los mercados mundiales", y exigió a la comunidad internacional “tomar medidas”.
Durante este comunicado, el Gobierno también culpó a Irán de continuar armando a los grupos rebeldes. Además, subrayó que estas agresiones afectarán a la capacidad de producción de petróleo del reino, “y su capacidad de cumplir con sus obligaciones con los mercados globales". Tras esto, Teherán negó las acusaciones.
La portavoz adjunta del Departamento de Estado de Estados Unidos condenó los ataques rápidamente, y durante una reunión informativa los calificó como “inaceptables”. También dijo que las agresiones habían “afectado las infraestructuras sauditas, así como a las escuelas, mezquitas y lugares de trabajo", y que habían “puesto en peligro a los civiles, incluidos los ciudadanos estadounidenses".
El Dr. Anwar Gargash, asesor diplomático del presidente de los Emiratos Árabes Unidos, explicó en su cuenta de Twitter que "los ataques terroristas hutíes en Arabia Saudita son una continuación del enfoque que se niega a poner fin a la guerra y busca socavar las iniciativas de alto el fuego y diálogo”. Además, agregó que “el ataque continuo a civiles en Yemen y sus alrededores es un acto terrorista que revela el verdadero rostro de los hutíes a la región y a la comunidad internacional”.
Gargash afirmó el apoyo de los EAU al “Reino de Arabia Saudí”, e hizo hincapié en que ambos países continuarían juntos para "abordar los desafíos para garantizar nuestra seguridad y estabilidad comunes".
El blanco de los ataques huti del viernes era la sede de los entrenamientos libres del Gran Premio de Arabia Saudí de Fórmula Uno. Tras la ofensiva a Jeddah, las personas que se encontraban en la pista de F1 pudieron ver una gran nube de humo a lo lejos. A pesar de esto, la empresa encargada de promover la carrera, Saudí Motors Corp., afirmó que “el calendario de carreras del fin de semana continuará según lo planeado”.
Nabeel Khoury, un exdiplomático estadounidense, declaró en Al Jazeera que el momento de los ataques era significativo. Según este, “cada vez que alcanzan objetivos en Arabia Saudita o los Emiratos Árabes Unidos, es un golpe contra el turismo en estos países: se pueden organizar carreras de autos y juegos internacionales como si nada sucediera mientras estamos sitiados y atacados diariamente desde allí”, informó al canal de televisión.
