Solución al sufrimiento de los saharauis Rehenes de un contencioso hegemónico en el Magreb

Autonomía para el Sáhara

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Soy un canario, que hablo en mi nombre, y en el de mi asociación ACAMA. He sido miembro fundador del partido socialista popular y secretario general del PSOE en Las Palmas de Gran Canaria y como tal me niego a aceptar que lo que ayer aquí se dijo represente la opinión generalizada en Canarias, como un pensamiento único, cuando lo cierto es que el PSOE ha sido el partido más votado y está en el Gobierno de Canarias.

Quisiera destacar que el 22 y 23 de septiembre se celebró en Las Palmas de Gran Canaria, una conferencia sobre el futuro del Sáhara Occidental con la participación de diversas sensibilidades del pueblo saharaui, jefes tribales, asociaciones de la sociedad civil como la de derechos humanos, jóvenes, mujeres y el movimiento saharaui por la paz que concluyo con la presentación del Manifiesto de Canarias que pretende dar esperanza a los rehenes en los campamentos de Tinduf y llevar la paz y la seguridad al territorio en disputa.

Un nuevo actor, el Movimiento Saharaui por la Paz, procedente de las propias filas del Polisario, ha aparecido en escena rompiendo el monopolio unipartidista totalitario y con un sentido de lo fundamental poner por delante los intereses de la sufrida población de los campamentos a los intereses del país anfitrión del Polisario, más interesado en mantener el conflicto que resolverlo.

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Sr Presidente,

La dimensión humanitaria del contencioso regional del Sáhara marroquí pone de manifiesto la responsabilidad irrenunciable del país de acogida de los campamentos de Tinduf. Como han puesto de manifiesto sus últimas actuaciones políticas contra Marruecos y mi país, el país anfitrión de los campamentos de Tinduf no es un espectador sino el actor principal en este drama humanitario. De hecho, esta población secuestrada, está sufriendo las peores violaciones de los derechos humanos, en el marco de una situación inédita y excepcional según el derecho internacional humanitario.

El país anfitrión ha delegado la autoridad sobre parte de su territorio a una milicia armada que no tiene ninguna legitimidad según el derecho internacional, desafiando sus obligaciones en virtud de la convención sobre el estatuto de los refugiados de 1951. En el informe OLAF de la Comisión Europea de 2007 se dice “Ni el país anfitrión ni el Polisario han aceptado que un recuento de la población de los campos sea efectuado por las organizaciones internacionales, a pesar de las demandas formales hechas por parte del alto comisario para los refugiados de la ONU en 1977, 2003 y 2005 y hasta la fecha de hoy no se ha cumplimentado dicho requerimiento.

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Esta malversación, posibilitada por la negativa del país anfitrión a autorizar el censo de población de los campamentos de Tindouf, ha permitido el enriquecimiento personal de muchos dirigentes del Polisario y el mantenimiento de un confortable nivel de vida para ellos y sus familias fuera del territorio, mientras que la gran mayoría de la población soporta una vida dura, sin libertad y sin esperanza.

El comité de derechos humanos de la ONU ha expresado con razón su preocupación por la devolución de facto de la autoridad del país anfitrión de los campamentos de Tinduf al Polisario, violando así su obligación de garantizar los derechos reconocidos a los refugiados en el pacto internacional de derechos civiles y políticos. Esta preocupación está reflejada en el informe S/2018/889 del secretario general de la ONU.

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En esa situación de anarquía, las poblaciones de los campamentos se ven privadas de toda posibilidad de recurso judicial ante las múltiples violaciones de las que son víctimas. El propio líder polisario, Brahim Ghali, es culpable de numerosos crímenes contra la humanidad. Este caso es solo un botón de muestra de los numerosísimos secuestros, torturas, asesinatos y encarcelamientos que vienen sucediéndose desde 1974, sin que las organizaciones propolisarias lo hayan denunciado o reconocido públicamente.

Sr. Presidente,

La única manera de poner fin al sufrimiento de la población de los campos de Tinduf es mediante una solución política basada en la Iniciativa de Autonomía. Esta solución promete perspectivas reales de paz, estabilidad y prosperidad en toda la región sahelosahariana y más allá.

Mi país, ha tomado la decisión histórica de apoyar la autonomía como la solución más realista, seria y creíble a este viejo contencioso y enmendar así la equivocación, de partida, de resolver la cuestión del Sáhara como un asunto de descolonización cuando era una cuestión de reincorporación a la nación marroquí mutilada por el colonialismo.

Intervención de Rafael Esparza en la Cuarta Comisión: Política Especial y de Descolonización de la ONU

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