Arabia Saudí se postula intermediario entre los dos países para reestablecer conversaciones bilaterales y adherirse a la Declaración de Al-Ula

Bahréin y Qatar, el eslabón más débil en la reconciliación del Golfo

photo_camera PHOTO/BAHRAIN NEWS AGENCY via REUTERS - El ministro de Asuntos Exteriores de Qatar, Sheikh Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, y el ministro de Asuntos Exteriores de Bahrein, Abdullatif bin Rashid Al Zayani, mantienen una reunión en la sede de la Secretaría General del CCG en Riad, Arabia Saudí, 7 de febrero de 2023

Son dos años desde que los países del Golfo ponían fin a la crisis más importante en sus relaciones. En 2017 Bahréin, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Egipto impusieron un bloqueo aéreo, terrestre y marítimo a Qatar por las afirmaciones de apoyo al terrorismo en una acusación que Doha descartó como infundadas. Cinco años después, los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) ponían fin este bloqueo con la firma de la Declaración de Al-Ula. Pero mientras Doha recuperaba paulatinamente su relación con los vecinos, no lo hacía así con Bahréin, cuyas embajadas siguen todavía cerradas. Los dos países están en un periodo de estancamiento en sus relaciones, pero por poco tiempo. Tanto Bahréin como Qatar quieren retomar su amistad.

Quizás el primer paso lo diera la llamada entre el príncipe heredero de Báhrein, el príncipe Hamad Al Khalifa, y el emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani. Ambos reconocieron las relaciones que unen a los dos países y pueblos y expresaron “la importancia de trabajar para resolver todas las cuestiones y problemas pendientes de una manera que logre las aspiraciones comunes de los ciudadanos de los dos países, preservando la cohesión del CCG, la seguridad y la estabilidad de la región”.

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La llamada pronto tuvo repercusiones. El propio rey de Bahréin, Hamad bin Isa Al Khalifa, expresaba en una reunión del Consejo de Ministros la importancia de resolver los asuntos pendientes con Qatar. Tomando nota de ello, el ministro de transportes, Mohamed Al Kaabi, dijo que esperara que se reanudasen los vuelos directos entre Qatar y Bahréin, algo que no se había planteado desde el bloqueo. “Nos esforzaremos al máximo para activar esos acuerdos”, afirmó Al Kaabi.

Y sin duda estas palabras se han llevado al pie de la letra. Unos días más tarde se reunían en Riad los ministros de Relaciones Exteriores de Qatar y Bahréin, Abdullatif bin Rashid Al-Zayani y Mohamed bin Abdularhman Al-Thani, respectivamente, para establecer oficialmente los procesos para las conversaciones bilaterales. En la cita de la capital saudí ambos diplomáticos establecieron “los mecanismos y procedimientos necesarios para iniciar discusiones a nivel de comités bilaterales”.

Unas discusiones que se enmarcarían en la Declaración de Al Ula por las que poner fin a la disputa con Qatar y reunir, según el CCG, a los estados del Golfo para hacer frente a los desafíos de la región, alcanzar la seguridad y la prosperidad. Unos objetivos que comienzan incluso por el lugar escogido por los ministros: la sede de la Secretaría General del CCG, donde el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, protagoniza la intermediación.

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Para los analistas, retomar las relaciones entre Doha y Manama podría obedecer principalmente a motivos económicos. “Los funcionarios en Manama parecen estar dándose cuenta de que los esfuerzos árabes para aislar a Qatar y presionar al país rico en gas no es pragmático”, comenta en una Doha News Giorgio Cafiero, fundador de Gulf State Analytics.

Sin embargo, hay ciertas peticiones que son condicionantes para retomar las relaciones. Manama demanda que los medios de comunicación qataríes dejen de presionar sobre Bahréin, especialmente en cuanto al caso de espionaje a disidentes. La otra cuestión son las fronteras.  

Las fronteras marítimas entre ambos países fueron escenario de repetidos incidentes en diciembre de 2020 y enero de 2021, especialmente tras la interceptación de barcos bahreiníes por parte de la Guardia Costera de Qatar, algo interpretado por Doha como “un ataque sistemático contra las vidas y los medios de subsistencia de los marineros de Bahréin”. El punto álgido se alcanzó cuando aviones de combate de Manama volaron en aguas territoriales qataríes. Pese a las negaciones de Bahréin, el asunto llegó al Consejo de Seguridad de la ONU. 

Unas cuestiones que serán cruciales para la normalización de las relaciones bajo la Declaración de Al-Ula y que podrían suponer, ya por fin, la unidad de los países árabes del Golfo. 

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