Bruselas inicia una carrera para innovar más y mejor en tecnologías de defensa
Los titulares de las carteras de Defensa de las naciones pertenecientes a la Unión Europea acaban de aprobar la creación de un Centro de Innovación de la Defensa para acelerar, probar, evaluar y validar tecnologías emergentes de vanguardia que sean de utilidad en los ámbitos militar y de doble uso.
La decisión de establecer una estructura centrada en promover la innovación y las tecnologías disruptivas en materia de defensa la tomaron los ministros el 17 de mayo, durante su última reunión en Bruselas, a la que también asistió la española Margarita Robles.
El Centro ha sido bautizado con el acrónimo HEDI ‒del inglés Hub for EU Defence Innovation‒, y va a formar parte de la Agencia Europea de Defensa, la EDA, organización creada en 2004 a la que pertenecen todos los países miembros de la UE ‒con la sola excepción de Dinamarca‒ y cuya finalidad es apoyar y financiar el desarrollo de capacidades militares.
La implantación de la HEDI es la novena de las 12 prioridades que recomienda poner en marcha la Brújula Estratégica, documento aprobado el 21 de marzo pasado por los jefes de Estado o de Gobierno de la Unión. La presidenta de la Comisión, la alemana Úrsula von der Leyen, y el vicepresidente y alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, el español Josep Borrell, son dos de sus impulsores.
Bruselas quiere que el papel de su Agencia de Armamento sea mayor en el plano de la innovación y que las empresas e instituciones de investigación se embarquen en novedosos proyectos que resulten en productos, procesos o servicios disruptivos de interés castrense. La HEDI es la reacción de Bruselas a la activación por la OTAN en 2021 del Acelerador de Innovación de Defensa para el Atlántico Norte o DIANA, un fondo para promover la cooperación transatlántica en tecnologías críticas y estrechar la colaboración con industrias e instituciones de investigación.
La UE no quiere ser menos que la OTAN y ha dado vida a un instrumento que le permita ser a la vez “catalizador y amplificador” de nuevas tecnologías, por lo que la HEDI operará en los límites del estado del arte. En principio, sus trabajos van a estar enfocados hacia seis prioridades ya definidas por la EDA en 2020: sistema soldado, carros de combate, buques patrulleros, sistemas contra vehículos aéreos no tripulados, aplicaciones de la defensa en el espacio ultraterrestre y movilidad militar.
Para dar a conocer la HEDI, la EDA tiene previsto celebrar el 31 de mayo el que ha denominado Día Europeo de la Innovación en Defensa, en el que investigadores y organizaciones dedicadas a fomentar la innovación se reunirán en diferentes talleres y foros para dar testimonio de la colaboración emprendida entre los diversos actores de la innovación europea que trabajan en los campos de la defensa.
Pero la EDA no es una recién llegada al escenario de la innovación. Desde 2018 apoya este tipo de iniciativas. Prueba de ello es que hace pocas semanas ha publicado la quinta convocatoria del Premio a la Innovación en Defensa. En su edición de 2023 financiará con 30.000 euros los dos mejores proyectos que sirvan para mejorar el seguimiento e identificación de desechos y objetos posicionados en órbita y de ese modo predecir colisiones, evitarlas e impedir la perdida de satélites.
Tampoco el interés por la innovación surge de repente a causa de la guerra de Ucrania. Florence Parly, ministra de Defensa de Francia hasta el 20 de mayo pasado, fecha en que fue relevada por Sébastien Lecornu ‒nuevo titular de la cartera militar del presidente Emmanuel Macron‒, creó en septiembre de 2018 la Agencia de Innovación para la Defensa (AID) y ha sido la impulsora de la HEDI.
En el plano organizativo, la AID está incluida en el organigrama de la Dirección General de Armamento (DGA), y tiene la misión de dotar a las Fuerzas Armadas galas con un sistema efectivo que cubra todas las áreas de la innovación y abra el camino a nuevas vías tecnológicas.
El director de la AID es Emmanuel Chiva, de 52 años, un reconocido emprendedor biomatemático dedicado desde hace más de 25 años a la simulación aplicada al escenario militar, desarrollar métodos disruptivos de enmascaramiento y a la inteligencia artificial. Las dependencias centrales de la Agencia se encuentran en la faraónica sede central del Ministerio de Defensa francés en Balard, en la zona sur de París, que fue inaugurado en noviembre de 2015 por François Hollande, entonces presidente de la República.
En España, la principal institución oficial que promueve la innovación es el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), entidad pública empresarial dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, que también es la encargada de canalizar las ayudas nacionales e internacionales a los proyectos de I+D+i. En 2020 comprometió un total de 833,59 millones de euros para apoyar de forma directa 1.406 proyectos de I+D+i.
En el ámbito del Ministerio de Defensa, el organismo responsable es la subdirección general de Planificación, Tecnología e Innovación, que dirige el general de División del Ejército de Tierra José Luis Murga. Entre sus funciones están las de programar y controlar la ejecución de las políticas de armamento, material e investigación que sean de interés para la defensa nacional, en coordinación con organismos españoles y extranjeros.
Su instrumento principal en la esfera de la innovación es el programa de Cooperación en Investigación Científica y Desarrollo en Tecnologías Estratégicas, más conocido como COINCIDENTE. Su finalidad es acoger las tecnologías de carácter civil desarrolladas bajo el Plan Nacional de I+D e incorporar soluciones tecnológicas avanzadas de utilidad para la defensa.
El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) puede ser considerado como la principal organización de I+D+i de la Defensa. Organismo público de investigación, cuenta con tres campus tecnológicos especializados en sistemas aeroespaciales, terrestres y navales. El 20 de mayo tomó posesión el nuevo director general del INTA, el teniente general del Aire Julio Ayuso ‒hasta entonces subdirector general de Coordinación y Planes‒, quien releva al teniente general José Maria Salom, que ha estado al frente del Instituto desde principios de 2018.
En fechas muy recientes, el profesor de Economía Aplicada, Antonio Fonfría, buen conocedor del sector de la defensa, ha abogado por “salirse de la caja mental” y constituir una organización equivalente a la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA), la institución del departamento de Defensa de Estados Unidos responsable de innovar y hacer realidad tecnologías emergentes para uso militar.
España tiene amenazas “privativas, que requieren soluciones propias ‒explica Fonfría‒, más allá de las que Europa nos pueda aportar o en las que podamos participar”. Propugna cambiar el actual sistema de innovación “tremendamente fragmentado, uno por cada Comunidad Autónoma” y definir una “Estrategia de Innovación Nacional de la Defensa a muy largo plazo y con financiación suficiente”.
