Carmen Romero: “El terrorismo proveniente del Sahel es una prioridad para la OTAN”

En la última entrega de “De Cara al Mundo”, en Onda Madrid, programa presentado y dirigido por Javier Fernández Arribas, director de Atalayar, contamos con la participación de Carmen Romero, vicesecretaria general adjunta para la Diplomacia Pública de la OTAN, quien analizó las principales conclusiones sacadas de la Cumbre de la OTAN de Madrid y el nuevo Concepto Estratégico de la Alianza Atlántica. 

La OTAN en este momento está demostrando su utilidad y su necesidad de existir...

Absolutamente, porque es fundamental hacer todo lo posible para proteger a los más de mil millones de personas que viven en los países miembros de la Alianza. Además, en un contexto en el que vemos que se ha terminado la paz en Europa, con la agresión por parte de Rusia a Ucrania, y es más importante que nunca defender el derecho de Ucrania a su autodefensa. Un derecho consagrado en la carta de Naciones Unidas y no podemos permitir que el presidente Putin se salga con la suya, ello supondría que cualquier otro país puede utilizar la fuerza para acabar con una democracia y la integridad territorial de otro país. Por tanto, aquí se trata de defender el orden internacional de valores y, sobre todo, lo que está haciendo la OTAN es incrementar su disuasión para prevenir un conflicto no para provocarlo, decirle no solamente a Rusia, sino a cualquier posible adversario que no se plantee meterse con ningún país miembro de la Alianza porque van a ser treinta los que van a estar detrás. 

¿Deberíamos intentar que Putin se sentara en una mesa a negociar en lugar de agredir militarmente a Ucrania? Ahora mismo la OTAN está dando los visos suficientes para que se respete un modelo de sociedad que nos ha costado muchísimo tiempo construir...

Efectivamente, aquí se trata de defender nuestro estilo de vida, nuestros valores y nuestra libertad y democracia. Vemos cómo de un día para otro los ucranianos han perdido su libertad de decisión sobre dónde vivir, se están enfrentando a un conflicto que es totalmente injustificado, se trata de defender nuestro estilo de vida. Es obvio que todos estamos pagando un precio muy elevado, hay una mayor inflación, nos adentramos en un invierno que va a ser muy duro, pero debemos pensar en cómo está pagando esto Ucrania. Los 40 millones de ucranianos están perdiendo a sus familias, tienen que dejar su país y refugiarse en otro Estado, por tanto, aquí se trata de hacer todo lo posible por seguir ayudando a Ucrania. Obviamente las guerras siempre acaban en una mesa de negociación, y seguramente que en este caso también sea así, pero la situación en el terreno dicta mucho las posiciones de fuerza de las dos partes que van a negociar. Es decir, lo que sería lógico es que Rusia, que es quien ha empezado esta guerra, parase y pusiera fin a este conflicto; en cambio, si Ucrania deja de combatir perderá parte de su territorio y eso es algo inadmisible. En estos momentos hay que seguir apoyando a Ucrania, la OTAN no puede facilitar armamento a Ucrania, eso lo están haciendo los países miembros de la UE, pero lo que sí está haciendo la OTAN es algo muy importante como la asistencia no letal a Ucrania, otro tipo de asistencia de vital importancia para que Ucrania pueda resistir. Hay que tener en cuenta que el precio que estamos pagando por asistir a Ucrania es alto, pero no apoyar a los ucranianos sería un precio más elevado porque sería tener una situación muchísimo más peligrosa, sería no tener un sistema de seguridad internacional basado en normas que tanto nos ha costado construir, ya que daríamos la señal de que si un líder quiere imponer la fuerza sobre otro podrá hacerlo y nadie le parará los pies. Por tanto, lo que hay en juego es muchísimo y aquí tenemos que seguir apoyando a Ucrania. 

En la cumbre de Madrid quedó claro que el enemigo es Rusia porque Putin ha querido que así sea, ¿qué ha cambiado después de esa cumbre celebrada en la capital de España?

La cumbre de Madrid ha sido un gran éxito por la sustancia de las decisiones que se han tomado. La OTAN es una organización político-militar, por tanto, las decisiones políticas son de gran envergadura. Lo que ha cambiado respecto a Rusia es fundamental, y estamos en una posición muy triste, la OTAN ha dedicado décadas de trabajo a tener una buena relación con Rusia, a tener un diálogo profundo con Rusia y también cooperación práctica. Además, hemos estado muchísimos años teniendo una agenda constructiva sabiendo que políticamente teníamos muchas diferencias, pero conseguíamos hacer muchas cosas juntos. La primera agresión de Rusia contra Ucrania no ha sido en este mes de febrero, fue en 2014 cuando Rusia se anexionó Crimea, ya entonces empezamos a tener una peor relación con Rusia porque no podíamos aceptar la adhesión de Crimea dado que no es territorio de Rusia. En ese momento, digamos que empezamos a ser más débiles en cuanto al diálogo, el diálogo fue más complicado, dejamos de tener una cooperación práctica y ya con la invasión a gran escala lanzada en febrero y nuestra cumbre de Madrid dejamos de decir que Rusia es un socio. Durante muchos años, Rusia ha sido socio de la OTAN teniendo la relación de partenariado más avanzada que la OTAN haya tenido con otro socio; desgraciadamente, ha sido Vladimir Putin quien ha terminado con esta relación de partenariado. Ahora, como se dice en el nuevo Concepto Estratégico de la OTAN, la gran estrategia política de la Alianza para la próxima década, nuestro mayor desafío de seguridad son Rusia y el terrorismo, no solamente Rusia es nuestro enemigo. Tenemos que seguir trabajando con Rusia para evitar que haya malos cálculos, que se pueda producir una escalada y digamos que pueda producir un incidente militar, tenemos que trabajar hacia una relación de predictibilidad con Rusia y vamos a seguir manteniendo canales de comunicación para evitar todo eso, pero estamos en una situación muy complicada en la que Rusia ha pasado de ser un socio de la OTAN para ser un enemigo.

Ahora estamos hablando de Ucrania, pero el Ártico es una zona de especial sensibilidad, muy delicada por las riquezas que atesora y, además, la navegabilidad por el deshielo que se está produciendo. El Ártico es la clave de muchas de las cosas que están pasando ahora mismo. 

Efectivamente, por eso el secretario general acaba de regresar de un viaje a Canadá, donde ha estado en el Ártico con el primer ministro canadiense y con las ministras de Asuntos Exteriores y Defensa de Canadá; ha podido ver con sus propios ojos el papel fundamental que desempeña Canadá en el Ártico. Es interesante ver la situación de los 8 países árticos, una vez que entren Suecia y Finlandia en la OTAN, dado que 23 de los 30 países miembros de la OTAN ya han ratificado los protocolos de adhesión, digamos que 7 de los 8 serán miembros de la OTAN y el cambio climático está haciendo que el Ártico se convierta en un área de mayor competencia dado que con el deshielo va a haber una mayor actividad y aquí es importante mantener los ojos abiertos y tener una agenda de desescalada porque vemos que Rusia está utilizando el Ártico para ensayar armamento nuevo, construyendo infraestructura militar y está trabajando estrechamente con China. Esta alianza estratégica entre Rusia y China la vemos para tener una mayor cooperación en el Ártico, por tanto, este es un área que va a ganar mayor relevancia y que cada vez será más importante para la seguridad euroatlántica. 

Sobre China, en el nuevo Concepto Estratégico también se la menciona, no como a Rusia, pero hay que estar muy atentos a los movimientos de China por lo que representa. 

Efectivamente, lo que se dice en el Concepto Estratégico de la OTAN, que por primera vez habla de China, es que el crecimiento de China nos aporta oportunidades y desafíos, obviamente China no es un adversario, hay que entender mejor qué es lo que está haciendo y que tiene una repercusión para nuestra seguridad. Vemos que China se está haciendo con infraestructura en los países miembros de la Alianza que es fundamental para nuestra seguridad, tenemos que pensar en alternativas e incrementar nuestra resiliencia para ser más independientes de China a nivel de infraestructura, esta es una de las lecciones que vemos de Ucrania, el hecho de la dependencia de Rusia con el gas y con una serie de materias primas y, por tanto, ahora tenemos que buscar alternativas; pues lo mismo, pero con ciertas diferencias en el caso de China. Debemos ser más independientes de China desde un punto de vista de seguridad porque nos podemos encontrar con una situación en la que China puede controlar infraestructuras clave para nuestra seguridad y en un momento dado no nos permita hacer lo que tenemos que hacer para preservar la seguridad de los mil millones de personas que viven en los países miembros de la Alianza. 

Respecto al flanco sur, la OTAN se ocupa de la situación en el Sahel, las tropas francesas han salido de Mali y en estos momentos nuestro patio de atrás tiene una situación que va a requerir mucha atención no solamente por parte de la OTAN, sino también de la Unión Europea. El peligro de desestabilización por parte de los terroristas y de unidades rusas con gran actividad en la región amenazan nuestra estabilidad y seguridad. 

Totalmente de acuerdo, organizaciones como la OTAN y como la UE no se pueden permitir el lujo de ocuparse de amenazas que vienen solamente por el este, sino también del sur. Este es un tema prioritario y un asunto clave que fue tomado muy seriamente en la cumbre de Madrid donde hubo una sesión con los jefes de Estado y de Gobierno centrada solamente en los desafíos procedentes del sur. Aquí se trata de hacer todo lo posible para reforzar las democracias de los países del flanco sur, para ayudarles a la creación de capacidad, ayudarles para que tengan fuerzas de seguridad fuertes y puedan tomar las riendas de su seguridad y también se trata de hacer todo lo posible para trabajar conjuntamente y hacer todo lo posible para que sean más resilientes y tener en la agenda política de la Alianza el sur como una prioridad. Terrorismo es junto a Rusia las principales amenazas refrendadas en el nuevo Concepto Estratégico y el terrorismo proviene del sur. Me gustaría señalarle a los lectores que esta es una prioridad para la Alianza Atlántica y sus países miembros, centrarnos más en las amenazas que provienen del sur y, sobre todo, ayudar a los países del norte de África y de Oriente Medio a tener fuerzas y sistemas de seguridad estables. Vemos que hay mucha inseguridad y si ellos son más estables nosotros vamos a gozar de mayor seguridad. 

España en estos momentos claves está respondiendo. 

España está respondiendo muy bien como un país muy responsable. Somos de los primeros países que a raíz de la invasión por parte de Rusia de Ucrania ofreció sus fuerzas para reforzar el flanco este, algo muy importante porque la OTAN es una organización que trabaja para preservar la paz. Por tanto, lo que hizo España es participar en esta operación de reforzamiento de esta disuasión para prevenir y evitar que el conflicto en Ucrania se pueda extender al territorio aliado porque esa es la prioridad número uno de la Alianza, proteger nuestro propio territorio y hacer todo lo posible por evitar una guerra. España ha estado ahí desde el principio para mantener la paz en el territorio de la Alianza Atlántica respondiendo en todo momento, contribuyendo a lo que hay que contribuir y, en este caso, yo estoy muy orgullosa de ser española. 

Es clave que los europeos mantengamos la unidad más allá de los intereses comerciales, energéticos, económicos, etc. Porque la unidad de los europeos en el seno de la OTAN es vital para la fortaleza de sus planteamientos.

Es cierto, y ese va a ser de los mayores retos a los que nos enfrentemos en invierno, donde vamos a tener elecciones, donde va a haber intereses domésticos muy importantes. Lo que nos ha permitido responder a esta crisis creada por Rusia ha sido la unidad, la unidad de todos los países europeos, la unidad de los países de la OTAN, que también integra Norteamérica y digamos que esa es la fuerza de la Alianza Atlántica, que además de Europa tenemos a Norteamérica, mantener nuestra unidad y pensar que el coste que estamos pagando es muy alto, pero el coste que está pagando Ucrania es todavía mayor porque lo está pagando con la pérdida de vidas humanas. Al mismo tiempo, no podemos permitir que un líder de un país determinado imponga a la fuerza el acabar con la libertad, con los valores y con la democracia de otro país simplemente porque quiera utilizar la fuerza. Aquí hay mucho en juego y tenemos que pensar con esta visión, se trata del mantenimiento de la paz, del respeto de los valores y tenemos que seguir unidos.