Las nuevas reglas permitirán a los migrantes trabajar legalmente y acceder a los servicios de salud y educación

Colombia regularizará la situación de casi un millón de migrantes venezolanos

photo_camera PHOTO/AFP - Los venezolanos hacen cola mientras son trasladados del paso internacional Simón Bolívar al Puente Internacional de Tienditas en Cúcuta, Colombia, en la frontera con Venezuela

El Gobierno de Colombia ha anunciado la regularización de un millón de migrantes venezolanos indocumentados mediante un estatuto temporal de protección que tendrá una vigencia de diez años. En total, casi seis millones de venezolanos han salido del país huyendo de la crisis.

"Hacemos pública la decisión de nuestro país de crear un estatuto de protección temporal en Colombia que nos permita hacer un proceso de regularización de los migrantes", dijo el presidente colombiano, Iván Duque, acompañado por el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, tras una reunión mantenida en Bogotá.

Otros países de la región, como Perú y Argentina han implementado mecanismos de regularización similares, aunque sin la magnitud del de Colombia, que es el país con más migrantes venezolanos. Hace unos años, en pleno conflicto entre las FARC y el Estado colombiano, un millón de personas fueron recibidas en Venezuela. Ahora la situación es al revés y el presidente colombiano lo ve como una forma de devolver el favor a los “hermanos venezolanos”.

Lo cierto es que la cuestión venezolana ha sido un eje central del discurso de Duque desde antes de llegar a la Presidencia cuando agitaba el fantasma del “castrochavismo” contra su principal rival en las urnas, el candidato de izquierda Gustavo Petro. Una vez llegó a la Presidencia, marcó como uno de sus principales objetivos en política exterior acabar con el Gobierno de Maduro, estableciendo un cerco diplomático, cortando la relación bilateral y reconociendo a Guaidó como presidente encargado tras su autoproclamación en 2019.

La regularización llega en vísperas del inicio de la campaña de vacunación a partir del 20 de febrero. Algo que contrasta con las polémicas palabras de Duque que hace poco tiempo aseguró que “quienes no tengan en este momento la acreditación de ser ciudadanos colombianos, y que no tengan regularizada su situación migratoria, por supuesto que no (recibirán la vacuna)”. 

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En cualquier caso, ahora el presidente colombiano pide que otros países de la región sigan su ejemplo, y que la comunidad internacional contribuya con recursos para atender a la población migrante. “Colombia reafirma su amor y su respaldo a todo el pueblo venezolano”, declaró.

“Celebramos el anuncio del estatus de protección temporal para los más de 1,7 millones de migrantes venezolanos en Colombia. Estados Unidos está en Colombia en el apoyo a refugiados y migrantes mientras trabajamos para reconstruir y expandir nuestros programas humanitarios en todo el mundo”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en su cuenta de Twitter, dando la bienvenida a la medida adoptada por el Gobierno colombiano. Por su parte, la Embajada de Estados Unidos en Colombia anunció en la misma red social que habían contribuido con 500 millones de dólares en asistencia humanitaria.

La caída del precio del petróleo, del que la economía venezolana depende en gran medida, derivó en una gran crisis económica que ha generado escasez de alimentos y medicinas, hiperinflación e inseguridad. La constante polarización política y las sanciones impuestas por Estados Unidos, especialmente durante la Administración Trump, no han hecho sino deteriorar aún más la situación del país latinoamericano. Si bien Biden relajó recientemente las sanciones en lo relativo a las operaciones ordinarias en puertos y aeropuertos.

El mecanismo jurídico busca establecer un registro único de la población migrante venezolana, otorgar el beneficio temporal de regularización y eventualmente facilitarle el tránsito al régimen migratorio ordinario. A la medida podrán acogerse todos los migrantes venezolanos regulares y los que se encuentren en situación irregular hasta el 31 de enero de 2021, así como los que entren a Colombia a través de un puesto de control migratorio durante los dos primeros años de vigencia del Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos.

“Este importante acto de solidaridad permitirá que aproximadamente un tercio de los cinco millones de refugiados y migrantes venezolanos en la región puedan acceder formalmente a servicios y contribuir a la economía colombiana”, subrayó en una declaración del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.

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La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) también saludó en su cuenta de Twitter “las medidas de protección para personas venezolanas” y especialmente “el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos”.

Para el representante de ACNUR, Filippo Grandi, “es un gesto humanitario emblemático para la región, incluso para el mundo entero”. Opinión que contrasta con la del diputado y vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, que declaró que “detrás de ese anuncio lo que está es la plata, el negocio” y ha asegurado que “no va a beneficiar a absolutamente a nadie”. 

La COVID-19 precariza aún más su situación

Nueve de cada diez migrantes venezolanos en Colombia trabajan en el sector informal. Además, las medidas adoptadas por las autoridades colombianas para contener el coronavirus les ha dificultado sustancialmente la búsqueda de trabajos para subsistir. Actualmente la frontera entre ambos países permanece cerrada, pero el flujo migratorio no se ha detenido. 

Otro de los problemas a los que hacen frente los migrantes venezolanos es la creciente xenofobia en el país de acogida. Incluso entre algunos políticos de primer nivel, como la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, que generó controversia al vincular la delincuencia con los migrantes venezolanos. 

La mayoría de los colombianos prefiere que la frontera permanezca cerrada, hasta un 72% según un estudio realizado por Invimar, en contraposición al 25% que se muestra partidario a abrirla. La encuesta fue realizada en enero en algunas de las principales ciudades del país (Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga). 

Una crisis política y económica sin solución a la vista

El pasado 6 de diciembre se renovó la Asamblea Nacional en unas elecciones no reconocidas por la Unión Europea ni Estados Unidos y en las que no participó el sector opositor encabezado por Juan Guaidó. 

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Con una participación del 30,5%, según datos del CNE, la alianza liderada por el PSUV se hizo con el 67,6% de los votos y procedieron a nombrar presidente de la AN a Jesús Rodríguez.

Guaidó y sus aliados, por su parte, reclamaron la llamada continuidad administrativa de la anterior AN. De esta manera, Guaidó podría seguir reivindicándose como presidente encargado en tanto que, si reconociera la legitimidad de la nueva Asamblea, él no sería presidente del órgano legislativo ya que ni si quiera sería diputado. 

La compleja situación en la que se encuentra el líder opositor ha quedado patente entre sus propias filas y entre sus aliados internacionales. Por un lado, Biden y el secretario de Estado Blinken anunciaron que seguirían reconociendo a Guaidó como presidente encargado. 

Por otro lado, la Unión Europea decidió a comienzos de enero dejar de reconocerle. Si bien reconoce las elecciones legislativas de 2015 como la última expresión libre de los venezolanos en un proceso electoral, el bloque comunitario rehusó apoyar la extensión del mandato de Guaidó. Opinión no compartida por la mayoría del Parlamento Europeo que a finales de enero emplazó a los líderes de la UE a seguir reconociendo la Presidencia interina del venezolano. 

Próximamente tendrán lugar las elecciones regionales y locales, lo que supondrá un nuevo reto para el joven dirigente venezolano ya que algunos sectores de la oposición, como Acción Democrática y el sector de Capriles de Primero Justicia, están presionando para cambiar de estrategia y acudir a los comicios. Precisamente Capriles ha sido uno de los más críticos con el liderazgo de Guaidó en los últimos meses. 

La crisis política y económica continúa dificultando la vida de los ciudadanos del país caribeño y no hay visos de recuperación en el futuro cercano, por lo que previsiblemente continuará el flujo migratorio de venezolanos que salen al exterior. 

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