El catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Interiores de la Universidad de Granada pasó por los micrófonos de ‘De cara al mundo’

Diego Javier Liñán: “La política europea de vecindad está en riesgo, la Unión Europea debe implicarse más”

Diego Javier Liñán

En la última entrega del programa ‘De cara al mundo’ en Onda Madrid, Diego Javier Liñán Nogueras, catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Interiores de la Universidad de Granada, habló sobre la política de vecindad del sur de la Unión Europea destacando que las instancias comunitarias deberían implicarse más

¿Impulsar y mejorar la política de vecindad sur de la Unión Europea es clave para la estabilidad de todos?

Absolutamente, toda la política europea de vecindad es clave para la estabilidad y para el progreso de la Unión Europea. Si Europa no tiene paz en sus fronteras, si no está asegurada una cierta cohesión e incluso cierta integración de los países vecinos, es evidente que hay una amenaza potente contra la estabilidad.

En la jornada celebrada en la Fundación Tres Culturas, en la que usted intervino, se abordaron muchos aspectos, ¿qué sector piensa que es más relevante en estas políticas de vecindad sur?

Hay que buscar el modo de proteger la política europea de vecindad, que está en una situación de riesgo. La política europea de vecindad para la Unión Europea es un elemento clave, en mi opinión se está cuidando bien. Para el sur ahora tenemos una iniciativa importante, la nueva agenda para el Mediterráneo, que si tiene algo malo es el exceso de ambición, ya que puede llegar a ser perjudicial. Personalmente, a mí me parece muy interesante y desde luego, los nuevos instrumentos financieros de vecindad, cooperación al desarrollo y cooperación 2021 me parecen interesantes, pero hay una amenaza que es necesaria afrontar y hay que hacerlo pronto. 

La vecindad debe actuar en otros ámbitos...

Desde hace por lo menos diez años, en términos de vecindad, arrastramos problemas que no hemos sabido afrontar. No podemos seguir considerando la vecindad solamente en términos de cooperación, debemos incluirlo dentro del ámbito de la acción exterior, porque están planteándose muchos problemas propios de la frontera, no del ámbito de cooperación. de integración o de partenariado con los países, sino verdaderos problemas de seguridad que tenemos que afrontar. No ya las tradicionales cuestiones del terrorismo, sino que están apareciendo problemas de gestión de los flujos migratorios en los que la Unión Europea debe implicarse más. 

¿Es necesaria una nueva estrategia de vecindad?

Están apareciendo problemas porque existen unas estrategias concurrentes, incluso inamistosas, como es el caso de Rusia, que están generando problemas en el entorno de la Unión Europea. Por eso propongo que haya un planteamiento de una nueva estrategia global, y que esa nueva estrategia haga avanzar a aquella que tenemos de 2017. Incluyendo la política europea de vecindad con más decisión y no teniendo ningún miedo a que la Unión Europea se implique en la gestión de flujos migratorios, en problemas de seguridad e incluso de defensa de fronteras. Hoy el presidente de la República Francesa está pidiendo que la Unión Europea entre y acuda en ayuda de Francia para la gestión de los flujos migratorios con el Reino Unido. Es decir, estamos frente a unos problemas que están requiriendo una respuesta global y que asuma que la Unión Europea tiene también que implicarse en el tema de la gestión de la seguridad.

Diego Javier Liñán

¿Usted sería partidario de esa defensa europea con mayor autonomía? Esto implicaría más inversión, más compromiso, actuar en caso de conflicto como ocurre en la actualidad con las intervenciones en Afganistán o en Irak. 

Ese es el problema esencial que tiene la Unión Europea, se debe dar un paso y convertirse en un actor relevante en términos de estrategia mundial. Si no entra en ese juego no será un actor creíble y si no es un actor creíble, no va a ser capaz de poner orden ni siquiera en el entorno de sus fronteras y hay fronteras complicadas como las del este y las del sur. Eso no quiere decir que los instrumentos de cooperación son básicos, pero hay que protegerlos con esta política más global. 

Quizá los europeos estamos acostumbrados a echar mano del hermano mayor norteamericano cuando las cosas se ponen muy delicadas. 

Eso es cierto. Pero claro, el hermano mayor norteamericano creo que está trasladando su eje de prioridades estratégicas a un lugar que está más lejos, empieza a interesarle menos está esta zona. Deberíamos tener esa fortaleza que nos daría el tener una política exterior y de seguridad común, incluido una defensa mucho más construida. Tal vez la idea del presidente de la República Francesa de esa autonomía estratégica de la Unión Europea pues sea una nueva vía, eso y elaborar una nueva estrategia global. 

¿En esa estrategia global se requiere inversión en los países de origen de las migraciones, para intentar evitar que esas personas no se jueguen la vida intentando llegar al dorado europeo?

Sin duda, la actividad de cooperación no solo tiene que producirse, es que debe hacerse con eficacia y con decisión. Por ello necesitamos una instrumentación global, potente y creíble de la Unión Europea, para poder garantizar la gestión de este tipo de acciones que se nos vienen encima. Además, esa garantía, que es por el bien de todos, de estos países, pero también por el bien de la Unión Europea ahora mismo descansa en los Estados porque son los que gestionan la frontera y eso hay que irlo cambiando. Hay que ir involucrando a la Unión Europea en esta cuestión, no solo en que sea la que financia este tipo de programas, sino también involucrarla en lo que es la gestión de las propias fronteras de la Unión Europea, es un paso que inevitablemente tenemos que dar. Eso es lo que permitirá que estas políticas, como la inversión en los países que producen migración, la inversión en llevar a cabo una migración regular, la atención al desarrollo de esos países, que haya una digitalización que es un proceso ya inevitable, pues se vaya haciendo común para que pueda naturalmente producirse un espacio de cierta convergencia económica donde la desigualdad no se convierta en un problema de futuro más o menos inmediato. Es decir, necesitamos que la Unión Europea sea una potencia creíble e insisto, involucrada en este tipo de cuestiones.

Diego Javier Liñán

Por otro lado, Nourdine Mouati, experto en Cooperación y director de Desarrollo de Negocio de Audakia Lab, también intervino en ‘De cara al mundo’. Al ser preguntado sobre si Marruecos, España y Andalucía deben liderar el impulso de la cooperación en el Mediterráneo el experto en cooperación respondió que:

Ante la situación que se está viviendo tanto en la cuenca mediterránea sur como a nivel europeo, Europa debe mirar más que nunca hacia el sur y esa política de vecindad del sur debe ser liderara por España y por Marruecos. La situación actual que viven los 10 países que conforman la Asociación Euro Mediterránea del Sur. Desde Marruecos hasta Siria, bastantes países viven situaciones de inestabilidad política, de enfrentamientos y confrontación como es el caso de Siria y del Líbano que actualmente viven una crisis institucional importante, Argelia, con las manifestaciones populares, lo que ocurre en Túnez, o el conflicto libio, que esperemos tenga solución tras las próximas elecciones. El único país, hoy en día que ofrece seguridad y estabilidad en la ribera sur del Mediterráneo es Marruecos, que además es un socio preferente de la Unión Europea. Esa asociación entre Marruecos y España sería la más adecuada y la que lideraría ese proceso de vecindad del sur en la política europea de vecindad y la alianza Euro Mediterránea que surgió en 2008 y que no ha tenido el crecimiento y desarrollo esperado. Andalucía por sus excelentes relaciones que mantiene con Marruecos también debería tener un papel relevante.

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