La reanudación de las conversaciones sobre el acuerdo nuclear es un hecho. El principal negociador iraní, Ali Bagheri Kali, y Rob Malley, el enviado especial de Estados Unidos para Irán, se encuentran en Doha para retomar las negociaciones, paralizadas desde marzo.
Las delegaciones de ambos países mantendrán conversaciones indirectas con la mediación de Qatar con el objetivo de salvar el acuerdo nuclear. Sobre la mesa de negociaciones están algunas cuestiones que obstaculizan el acuerdo, como las sanciones contra el régimen iraní o el estatus de la Guardia Revolucionaria, considerada grupo terrorista por Washington.
Statement: Qatar welcomes hosting indirect talks between the United States and Iran in Doha to revive the nuclear deal#MOFAQatar pic.twitter.com/N1nYVBCJ5V
— Ministry of Foreign Affairs - Qatar (@MofaQatar_EN) June 28, 2022
Este importante paso se anunció este fin de semana durante el viaje a Irán del Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, quien acordó con el ministro iraní de Exteriores, Hossein Amir-Abdollahain, reanudar las conversaciones en los próximos días. “Tenemos que llegar a un acuerdo ya”, subrayó el diplomático español.
Esta decisión supone un gran avance para las conversaciones de Viena y para los países involucrados. No obstante, Israel no ve con buenos ojos este “acercamiento” con Teherán. Según revela POLITICO, el ministro israelí de Exteriores, Yair Lapid, acusó a Borrell de ignorar las recientes amenazas de Irán contra ciudadanos israelíes en Turquía.
Josep Borrell à #Téhéran essaie de convaincre les Iraniens de retourner au #JCPOA. 🇪🇺🇮🇷 pic.twitter.com/SoG4tgpwaN
— Farid Vahid (@FaridVahiid) June 25, 2022
Según informó un diplomático al medio de comunicación, “Borrell envió un mensaje a Yair Lapid antes del viaje a Teherán en el que describió su intento de llevar a Irán de vuelta a las negociaciones del acuerdo nuclear y eliminar los últimos obstáculos”. Como respuesta, Lapid reprochó a Borrell que su posición era “muy decepcionante”, recordando la decisión de Irán de apagar 27 cámaras de varias instalaciones nucleares y la condena por parte de la OIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica). “Este es un error estratégico que envía un mensaje equivocado a Irán”, destacó el ministro israelí.

Sin embargo, un funcionario de la UE recalcó que Borrell planteó cuestiones relacionadas con la seguridad de Israel durante su visita a Teherán. Para el jefe de la diplomacia europea, un acuerdo nuclear sería beneficioso para la estabilidad global y regional, incluido Israel.
Asimismo, durante su viaje, admitió que este acuerdo con Irán “sería bueno desde el punto de vista de la estabilización de la crisis energética”, según recoge POLITICO. “Cuanto más suministro de petróleo, mejor para los precios de la energía”, añadió, aludiendo al potencial energético de Irán.

Por su parte, Israel se ha opuesto a cualquier tipo de acuerdo con Irán desde que comenzaron las negociaciones, ya que considera que Teherán no es un socio confiable y no cumplirá con los compromisos.
No obstante, a la luz de la reanudación de las conversaciones en Doha, varios medios de comunicación nacionales han señalado divisiones internas ante la vuelta a las negociaciones. Tal y como informa el periódico Yediot Aharonot, existen discrepancias entre varios generales israelíes sobre si un acuerdo con Irán beneficiaría al país.

Por ejemplo, de acuerdo con el diario israelí, el jefe de la Dirección de Inteligencia Militar, el general de división Aharon Haliva, estaría a favor de volver a un acuerdo con Teherán, a diferencia del jefe del Estado Mayor, el teniente Aviv Kochavi.
Yediot Aharonot explica que los partidarios de un acuerdo creen que un mal acuerdo es mejor que ninguno, ya que permite a Israel prepararse para una amplia respuesta militar contra Irán.
En este bando se encuentra también el ministro de Defensa, Benny Gantz, quien ha asegurado a la prensa que Israel trabajará con las potencias mundiales “para dejar clara su posición e influir en la elaboración del acuerdo”. En este sentido, Gantz ha subrayado que Jerusalén no se opone a un acuerdo nuclear en sí mismo, sino que se opone “a un mal trato”.

A pesar de ello, el titular de Defensa ha aclarado en su cuenta de Twitter que la amenaza iraní continúa siendo “el problema estratégico más importante y urgente actualmente para la seguridad de Israel”.
Kochavi, encabezando la parte israelí que se opone a un acuerdo, considera que este es peligroso y ha ordenado a las FDI que preparen nuevos planes operativos para atacar a Irán y detener su programa nuclear si es necesario, según Yediot Aharonot.

La postura del director del Mossad, David Barnea, se sitúa próxima a la de Kochavi. Tal y como indica el periódico en lengua hebrea, el jefe de la agencia de inteligencia israelí cree que el acuerdo que se está negociando es catastrófico, no solo para Israel, sino para el mundo entero.
Los críticos con el acuerdo temen que, con el levantamiento de las sanciones económicas, el régimen iraní pueda acelerar su programa nuclear y armamentístico, destinando más fondos a ciertos grupos de la región para que lleven a cabo ataques contra Israel.