Mientras la comunidad internacional celebra este gran logro, Ucrania resalta que no confía en Rusia y denuncia un ataque contra el puerto de Odesa tan solo un día después de firmar el pacto

El acuerdo sobre la exportación de grano ucraniano, un rayo de esperanza para la seguridad alimentaria mundial

photo_camera AP/Khalil Hamra - El ministro de Defensa de Rusia, Serguei Shoigu, estrecha la mano de su homólogo turco, Hulusi Akar, en presencia del secretario general de la ONU, António Guterres, y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan

“Un faro de esperanza y alivio”. Así ha definido el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, el acuerdo alcanzando ayer en Estambul entre Rusia y Ucrania que allana el camino para la exportación de grano ucraniano. Ambos países firmaron -por separado- acuerdos con Turquía y la ONU para desbloquear los envíos de cereales desde los puertos ucranianos, donde se calcula que hay más de 20 millones de toneladas de grano.

El tratado, que llega después de varias semanas de difíciles negociaciones entre Moscú y Kiev con Ankara y la ONU como mediadores, tiene una duración de 120 días, unos 4 meses. Para hacer un seguimiento y asegurar que ambas partes respetan lo pactado, se establecerá un centro de coordinación y monitoreo en Estambul formado por miembros de la ONU, funcionarios turcos, rusos y ucranianos. Una vez alcanzados los días estimulados, el pacto podría renovarse si ambas partes están de acuerdo.

afp

Tanto Rusia como Ucrania se comprometen a respetar los corredores seguros establecidos en el mar Negro por donde navegarán los buques con la mercancía. Kiev espera que el grano comience a salir por tres puertos: Odesa, Pivdenny y Chornomorsk. Posteriormente, los barcos ucranianos guiarán a los cargueros a través de las aguas minadas. A cambio, Rusia se compromete a no atacar los puertos mientras los barcos llegan o salen con cereales.

Uno de los requisitos que presentó Moscú fue la inspección de los buques, ya que teme que puedan albergar armas para Ucrania. Estos registros se realizarán a la salida y a la llegada de las embarcaciones en dos puertos comerciales de Estambul: Haydarpasa, a la entrada del estrecho del Bósforo, y en Ambarli, en el mar de Mármara.

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Además de este acuerdo, la ONU y Rusia han firmado un memorando que garantiza que las sanciones occidentales contra Moscú no afectarán, directa o indirectamente, a los cereales y fertilizantes. Ciertos países, como Senegal, habían abordado anteriormente este punto, pidiendo que se levantasen las sanciones que atañen a estos productos.

“Las sanciones contra Rusia empeoraron la situación con el suministro de cereales y fertilizantes a los países africanos. No tenemos acceso a ellos. Esto tiene consecuencias desde el punto de vista de la seguridad alimentaria del continente”, subrayó Macky Sall, presidente de Senegal y de la Unión Africana, después de una reunión con el presidente ruso, Vladimir Putin a principios de junio.

En juego la seguridad alimentaria global

Este acuerdo supone un balón de oxígeno para la seguridad alimentaria global, que se veía abocada a una grave crisis a consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania, los principales proveedores de grano del mundo y de los que dependen el 30% de las exportaciones de trigo de más 30 países, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

De acuerdo con Anna Nagorny -citada por AP-, profesora de gestión de crisis en la Universidad de Massachusetts Amherst y miembro de la junta directiva de la Escuela de Economía de Kiev, 400 millones de personas en el mundo dependen de los suministros de alimentos de Ucrania.

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Debido a esta crítica situación, la comunidad internacional ha recibido con alegría este acuerdo que puede paliar los efectos de la crisis alimentaria. “Este es un paso fundamental en los esfuerzos para superar la inseguridad alimentaria mundial causada por la agresión de Rusia contra Ucrania”, escribió en Twitter el jefe de la diplomacia de la Unión Europa, Josep Borrell.

“Un acuerdo que permite que el grano salga de los puertos del mar Negro salva vidas de personas de todo el mundo que luchan por alimentar a sus familias”, declaró el director general de la Cruz Roja, Robert Mardini. A través de un comunicado, Mardini señala que, en los últimos seis meses, los precios de los alimentos aumentaron un 187% en Sudán, un 86% en Siria y un 60% en Yemen. Y es que, dentro de esta crisis alimentaria, los países con problemas humanitarios son los que mas preocupación generan.

Por este motivo, naciones africanas como Sudáfrica o Costa de Marfil han elogiado el acuerdo alcanzado en Estambul. “El suministro de granos será útil para África, por lo que estoy particularmente complacido”, indicó el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa en una rueda de prensa conjunta en Pretoria con su homólogo marfileño, Alassane Ouattara. “Desde el comienzo del conflicto mantenemos la opinión de que debe resolverse mediante la negociación”, añadió. Ramaphosa también destacó que este acuerdo podría sentar las bases para poner fin a la guerra. “Deberíamos ver este acuerdo como algo que podría indicar el final del conflicto”, explicó.

En este punto coincide también Guterres, quien describió el acuerdo como “un pacto sin precedentes entre dos partes involucradas en un conflicto sangriento”. “Habéis superado obstáculos y dejado de lado las diferencias para allanar el camino a una iniciativa que servirá a los intereses comunes de todos”, señaló el secretario general de la ONU dirigiéndose a las delegaciones rusa y ucraniana, que se sentaron en mesas separadas durante la ceremonia. 

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien se ha perfilado como un mediador entre Kiev y Moscú desde que comenzó la invasión rusa, se ha expresado de una forma similar. El líder turco se refirió al acuerdo como “un nuevo punto de inflexión que reavivaría las esperanzas de paz”, según informa AP.

Ucrania no confía en Rusia: misiles de crucero atacan Odesa

No obstante, el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, admitió a AP que “no abriría una botella de champán por este acuerdo”. “Cruzaré los dedos para que esto funcione, para que los barcos lleven granos a los mercados mundiales, los precios bajen y la gente tenga comida para alimentarse”, indicó. “Pero soy muy cauteloso porque no confío en Rusia”, agregó Kuleba.

De hecho, un día después de firmar el acuerdo, el Ejército ucraniano ha denunciado un ataque ruso con misiles de crucero contra un puerto comercial de Odesa. Dos misiles impactaron en el puerto, mientras que otros dos fueron derribados por las fuerzas de defensa aérea, informó el Comando Operativo Sur de Ucrania en Telegram, según recoge Reuters.

El presidente, Volodimir Zelensky, aseguró a través de un vídeo que “puede haber algunas provocaciones por parte de Rusia”, aunque el líder ucraniano subraya que “confía en la ONU”. El asesor presidencial ucraniano, Mikhailo Podolyak, ya ha advertido que cualquier provocación rusa “enfrentará a una respuesta militar inmediata”.

Reino Unido, al igual que Ucrania, mira con recelo a Rusia después de la firma del acuerdo. “Estaremos atentos para asegurarnos de que las acciones de Rusia coincidan con sus palabras”, aseguró la ministra de Exteriores, Liz Truss. Estados Unidos, por su parte, ha instado a Rusia que actúe con rapidez para evitar una mayor inseguridad alimentaria a nivel internacional. Asimismo, ha advertido que vigilarán a Moscú para que cumpla lo estipulado.

A pesar de las acusaciones y la desconfianza, Rusia trata de presentarse como un socio fiable que respetará lo pactado. El ministro de Defensa y líder de la delegación rusa en Estambul, Serguei Shoigu, declaró a la prensa tras la firma del acuerdo que Rusia “asume las obligaciones” y que “no se aprovechará del hecho de que los puertos se limpien y se abran”.

El ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, también se ha pronunciado tras la firma del tratado. El jefe de la diplomacia rusa ha cargado una vez más contra Occidente por sus “acusaciones absolutamente infundadas” a las que tachó de “inaceptables e inhumanas”. De acuerdo con Lavrov, Estados Unidos y sus aliados usan la seguridad alimentaria para “aventuras geopolíticas”. “Es gratificante que Washington y Bruselas hayan dejado de bloquear la realización de los acuerdos”, añadió Lavrov.

Aunque la comunidad internacional haya recibido con alegría este esperanzador acuerdo, es necesario seguir muy de cerca a las partes y sus acciones, sobre todo a Rusia, acusada previamente de no respetar los corredores humanitarios durante las primeras semanas de la invasión. Este importante tratado llega el mismo día en el que Ucrania cumple 150 jornadas en guerra, un conflicto que, a pesar de los esfuerzos diplomáticos internacionales, se enquista cada vez más. 

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