El Ministerio del Interior turco ha abierto una investigación contra medio millar de funcionarios de la Municipalidad de Estambul por presuntos vínculos con organizaciones terroristas

El alcalde de Estambul, Ekrem İmamoğlu, cuestiona las maniobras judiciales del Gobierno de Erdoğan

photo_camera AFP/OZAN KOSE - El alcalde de Estambul, Ekrem İmamoğlu

El Ministerio del Interior turco ha puesto en marcha esta semana una investigación judicial contra más de quinientos funcionarios ligados a la Municipalidad de Estambul por mantener presuntamente vínculos con organizaciones terroristas. Así lo confirmó el ministro Süleyman Soylu, quien negó que las acusaciones tuvieran motivaciones políticas y aseguró que estas responden a cuestiones de seguridad. Un pretexto utilizado con anterioridad que ha facilitado al Gobierno de Recep Tayyip Erdoğan el cribado de las instituciones.

La información en poder del Ministerio sugiere que de las 557 personas investigadas al menos 455 estarían vinculados al proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), unas 80 serían miembros del Partido Revolucionario de Liberación Popular-Frente (DHKP-C), 20 formarían parte del Partido Comunista Marxista-Leninista (MLKP), al menos dos integrarían el Partido Comunista Maoísta (MKP) y las personas restantes pertenecerían al Movimiento de Gülen (FETÖ), principal acusado de organizar el golpe de Estado fallido de 2016.

La versión del partido gobernante, el islamista AKP, apunta en dirección al alcalde de Estambul, Ekrem İmamoğlu, uno de los líderes políticos mejor valorados del opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP, por sus siglas en turco). El socialdemócrata, visto como un potencial rival de Erdoğan para las elecciones presidenciales de 2023, es señalado por la contratación de los funcionarios investigados. Unas acusaciones contra las que se ha defendido desde Ankara, en una conferencia de prensa en la sede del CHP, rodeado de otros 11 alcaldes de la formación kemalista.

Suleyman Soylu

“Estoy con mis 86.000 compañeros que sirven a Estambul, no dejaré que nos opriman”, aseguró İmamoğlu. La Municipalidad de Estambul cargó contra el Gobierno central por “regirse por las redes sociales” y le acusó de la presencia de amenazas para la seguridad: “Si personas con presuntos vínculos con el terrorismo deambulan y encuentran trabajo en las instituciones públicas no es problema de la Municipalidad de Estambul, sino del Ministerio del Interior, quien es el principal responsable de la seguridad”.

İmamoğlu irrumpió en el panorama político nacional tras vencer en las elecciones municipales de 2019 al islamista Binali Yıldırım, su rival por la alcaldía de Estambul. El que fuera primer ministro, presidente del Parlamento y cofundador junto al propio Erdoğan del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) acabó siendo derrotado por un candidato prácticamente desconocido, que en los últimos meses viene ganando enteros de cara a la opinión pública en un momento en que el liderazgo de Erdoğan está más cuestionado que nunca.

“Si detecta a personas vinculadas a organizaciones terroristas, infórmenos y podremos hacer lo que sea necesario. Los ministerios más importantes del Estado deben compartir la información y los documentos relacionados con la Municipalidad de Estambul, en lugar de fomentar las polémicas políticas”, subrayó İmamoğlu, quien declaró además que la alcaldía protegería los derechos de sus empleados ante los tribunales, combatiendo contra aquellos que han “cometido crímenes”.

Erdogan Imamoglu

De forma paralela, la Fiscalía turca investiga las contrataciones de personal relacionado con el PKK en la Municipalidad de Estambul. La tesis de la Justicia sostiene que estas contrataciones se habrían realizado a través de una ONG llamada DIAYDER, próxima a la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK). Un grupo que sirve como paraguas de las diversas ramas kurdas. En el marco de esta pesquisa, las autoridades han detenido a 23 sospechosos acusados de transferir parte de sus salarios y bonos municipales para alimentación a las familias de los miembros del PKK.

Horas bajas

La maniobra de Erdoğan en Estambul pasaría por afianzar su poder en el contexto más desfavorable para el líder islamista desde que llegase a la presidencia en 2014. La inflación descontrolada y la caída exponencial de la lira turca con respecto del dólar estadounidense han sumido a Turquía en una profunda crisis económica. Un escenario en que las decisiones del presidente han resultado determinantes en lo relacionado con bajar a toda costa los tipos de interés.

Según la última encuesta publicada por MetroPOLL, una encuestadora próxima al AKP, de celebrarse hoy las elecciones presidenciales, Erdoğan obtendría el 36,6% de los votos y el alcalde İmamoğlu amasaría el 48,7%. Siendo el alcalde de Ankara, Mansur Yavaş, la figura política líder en intención de voto con un 55,5%. Hoy por hoy, los gobernantes de las dos grandes ciudades de Turquía, pertenecientes al partido opositor CHP, arrasarían en las urnas al actual presidente, desbordado por la crisis interna.

Erdogan

Estos números explicarían el procedimiento contra medio millar de trabajadores de la Municipalidad de Estambul. Una región que, junto a Ankara, el partido del Gobierno perdió durante las elecciones municipales de 2019. Las urnas llevaron a Yavaş a controlar la capital, mientras que İmamoğlu se hace fuerte desde Estambul, la ciudad más poblada del país y que produce en torno al 30% del PIB nacional. Unos enclaves determinantes desde los que ganan enteros para dirigir el país a medio plazo.

Para el presidente Erdoğan, la pérdida de poder en Estambul no sólo tuvo implicaciones políticas, sino también simbólicas, pues es su ciudad natal. Allí comenzó además su carrera política, ejerciendo como alcalde entre los años 1994 y 1998, y desde allí daría el salto definitivo al panorama nacional. Una estela que quieren seguir perfiles como el de İmamoğlu, principal señalado por el último procedimiento judicial contra la oposición impulsado desde el Ejecutivo.

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