La miserable actitud del club en la salida de Setién es la última jugada sucia de Bartomeu

El Barça toca fondo, del Dream team a la pesadilla

Atalayar_ Barça

Todo puede ir a peor en el Barcelona. El airado Eder Sarabia puede acabar de segundo de Koeman. ¿Se imaginan el esperpento? El huracán Bartomeu no va a dejar piedra sobre piedra en el Camp Nou. Atrás queda la marcha de Neymar o el circo montado en el fichaje de Braithwaite. Dos ejemplos de una gestión ruinosa que se completa con una actitud inconcebible en el despido de un entrenador por parte de una institución con 121 años de historia. 

#DineroDinero

Todo lo que rodea al despido de Quique Setién y su equipo de trabajo es humillante para el Barça y para los trabajadores finiquitados. Una situación improbable en los círculos laborales normales y que no suele suceder en el deporte de élite. El dinero maquilla cualquier coyuntura incómoda. Y dinero siempre hay para mantener intacto el señorío de los clubes y el futuro laboral de los deportistas. 

#Trileros

Es cierto que la pandemia también ha alterado la vida laboral. España sufre unas consecuencias desastrosas y los ciudadanos se encuentran desprotegidos con oficinas de empleo cerradas. Salvando las distancias, Setién ha sido víctima de una situación burocrática propia de trileros. Los famosos plazos que marcan los contratos han perdido validez por el paréntesis social entre marzo y junio y los abogados del Barça han explotado esa vía para ahorrarle dinero al club. 

#Burofax

Messi y las llamas de su burofax fueron sofocadas atendiendo a un apartado de su contrato donde fijaba una fecha límite para abandonar el club. Fecha en la que el jugador estaba disputando partidos con su equipo tras el reinicio liguero. Pero Bartomeu se agarró a la cláusula y el argentino no quiso litigar, aunque un juez le hubiera dado la razón.  

#Trampas

Con Setién el Barça ha seguido un guion más tramposo si cabe. Despidió mediáticamente a su entrenador el 17 de agosto, pero no se lo ha comunicado oficialmente hasta el 16 de septiembre. El único fin de esto es defender que Setién solo tiene que percibir su nómina hasta el último día trabajado de la anterior temporada, precisamente el día del 2-8. Y el fango llega más arriba cuando el ex entrenador del Barça hace público que la intención de Bartomeu es reubicar dentro del staff a sus tres colaboradores para no tener que pagarles el despido. Maniobra que trata de presionar a los ayudantes para que sean ellos los que salgan de la entidad y evitar pagarles. Por cierto, que este movimiento haría que tampoco pudiesen cobrar la prestación por desempleo.

#Setién2023

La Justicia dictará sentencia en los próximos meses, pero los directivos del Barça pasarán a la historia por una gestión pésima desde el despido de Valverde a la llegada de Koeman. El contrato a Setién fue firmado por tres temporadas, aunque se podía finiquitar en 2021 con la llegada de la nueva presidencia. Un entrenador que aterrizaba a mitad de temporada, que llegaba del paro y al que no se rifaba Europa. Le ponían sobre la mesa un suculento contrato que podría llegar a nueve millones de euros según el sueldo mensual bruto filtrado por L’Equipe de 500.000 euros. 

#ClubPequeño

El atrevimiento del Barça en atar a un entrenador con un compromiso tan largo empeora cuando se conocen los motivos del despido y de la negativa a pagarle otra temporada. Dice el club que Setién no colmó sus expectativas y que no entrenó al equipo los meses del confinamiento. Argumentos pobres, de club pequeño y que dejan ver el grave problema económico que arrastra la entidad catalana. Indefendible ante un juez, aunque quieran llamarlo “baja productividad” y menos justificado lo de los meses de encierro por una situación sanitaria grave. El mundo del fútbol se mueve por otros códigos. El Barça tiene derecho al pataleo dentro de los despachos. De cara a la galería tiene que llegar a un acuerdo con Setién, pagar y pensar en el futuro. 

#MenosQueUnClub

El futuro del Barça es muy incierto. Se tendrá que enfrentar a Setién en los tribunales, comienza la carrera por la presidencia del club, Messi quiere irse y si Koeman decide ponerse el guante de hierro el vestuario será un polvorín. ¿Quieren más? La moción de censura contra Bartomeu ha salido adelante. Por si no era suficiente el caos institucional ahora espera un tedioso camino para preguntarle al socio si quiere echar a un presidente que no se quiere ahora ir pero que ya ha dicho que se va en marzo. Más que un club. Menos que un club.
 

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato