El cambio de paradigma en Ucrania: la cumbre entre Xi Jinping y Putin

En la última entrega de “De cara al mundo”, en Onda Madrid, contamos con la participación de José María Peredo, catedrático de Comunicación y Relaciones Internacionales de la Universidad Europea y autor del libro “Esto no va de Trump”, quien analizó el primer aniversario de la invasión rusa de Ucrania y el anuncio de la visita de Xi Jinping a Moscú en la nueva posición de China en el orden mundial.

¿Cuál es tu valoración de la visita sorpresa de Joe Biden a Kiev? Es una demostración del apoyo firme y decidido de Estados Unidos a Ucrania. 

Sí, pero además muy simbólico. Ese desplazamiento yo creo que tiene un efecto muy importante en cuanto a la opinión pública internacional, en primer lugar, y también en cuanto a la moral del Gobierno y de la propia sociedad ucraniana. Creo que ha habido una respuesta muy clara, muy firme y muy unida que Biden ha liderado en el seno de la OTAN, que se ha reproducido en la Unión Europea y que demuestra que Estados Unidos está a la cabeza en haber mantenido ese apoyo a Ucrania para que pueda defenderse de la invasión rusa.  

Yo creo que el efecto simbólico es importante, la acción política es importante. Vamos a ver cuál es la evolución en estas próximas semanas que es un momento extremadamente relevante en el conflicto. 

¿Se paran los pies a Putin? También cada día China aparece en el escenario. Hemos podido ver al ministro chino de Asuntos Exteriores no sólo en Múnich sino también en Moscú preparando una visita de Xi Jinping a la capital rusa. 

Claro yo creo que es otra de las cuestiones clave. Hasta ahora China ha mantenido una posición de distancia en cuanto a las sanciones, de no sumarse a las cuestiones internacionales y tampoco a la condena de la invasión, pero sí ha apoyado un proceso de negociación, por supuesto, y el fin de la violencia. 

Naturalmente hay que valorar también que el no compromiso de China con una condena más firme, de alguna manera, también ha facilitado la propia estrategia y política rusa. Se va a producir una variación en ese sentido en la cumbre que van a mantener los dos dirigentes. 

El efecto que está teniendo la guerra es un efecto global tanto en términos económicos como en términos políticos, y algún paso hacia delante de China en el intento de que se reduzca la agresividad cambiaría el escenario, a pesar de ese cambio estratégico que parece que Rusia está asumiendo, preparando una de grandes dimensiones. Indudablemente una acción diplomática china en ese sentido, no ya de mediación sino de sencillamente establecer un marco para que se produzca esa negociación, sería importante. Eso sería lo deseable, pero hasta este momento eso no se ha conseguido. 

Stoltenberg, el secretario general de la OTAN, habló el otro día en Múnich de “seguridad global”. Dijo que no se trataba sólo de la seguridad europea porque había riesgo de otra guerra en Asia, ¿cree que China daría ese paso? 

Yo diría que no, pero indudablemente el riesgo existe. En este momento, hay unas reclamaciones por parte de China, en concreto sobre Taiwán, pero en líneas generales sobre la no asunción de los parámetros del orden internacional. Eso la convierte en una potencia, en una potencia revisionista y, por consiguiente, ese riesgo existe, pero ese en este momento no se ha convertido en una amenaza. 

Ahora, indudablemente hay que entender que la guerra de Ucrania sí que tiene un efecto global, no es solamente un efecto económico, sino también un efecto político y estratégico. Si no se consigue cualquier avance, se abre el camino a que declaraciones de otras potencias puedan asumir ese paso hacia adelante con una política agresiva, militar o de esta naturaleza. Por consiguiente, yo creo que es muy importante el momento diplomático, desde la unidad por supuesto que ha mantenido Europa y la OTAN, de intentar también encontrar un grupo de potencias que fueran capaces de construir ese ámbito de negociación que todos confiamos pero que desde luego en este momento todavía no se ve.