Moscú y Pekín han vetado una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para extender el envío de ayuda humanitaria a Siria

El conflicto humanitario que asfixia al pueblo sirio

photo_camera PHOTO/ONU/LOEY FELIPE - Fotografía de archivo de una reunión del Consejo de Seguridad sobre la situación en Siria, 28 de febrero de 2020

El trigésimo Segundo presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt defendía la idea de que “la prueba de nuestro progreso no es si nos unimos a la abundancia de quienes tienen más. Es si damos lo suficiente a aquellos que tienen poco”. Más de 80 años después la crisis derivada de la pandemia del coronavirus ha limitado la acción de determinadas ONG y agencias internacionales y ha obligado a la comunidad internacional a redefinir el concepto de solidaridad. En este contexto, Rusia y China han ejercido su derecho a veto para impedir que el Consejo de Seguridad de la ONU extienda la ayuda humanitaria transfronteriza para la población siria, vigente desde 2014, mientras que el resto de los miembros han votado a favor de la resolución redactada por Bélgica y Alemania.

El artículo 27 de la Carta de Naciones Unidas establece que cada miembro del Consejo de Seguridad tendrá un voto y que las decisiones de este organismo sobre cuestiones de procedimiento “serán tomadas por el voto afirmativo de nueve miembros”. El pasado mes de enero, esta institución renovó tras varias horas de negociación el sistema para entregar ayuda humanitaria a la población civil siria a través de las fronteras del país y cuya vigencia expira el próximo viernes. Sin embargo, en aquella votación el Consejo eliminó los puntos de cruce de Irak y Jordania, aunque mantuvo los cruces turcos. 

Casas dañadas en el barrio de al-Zahraa de Alepo tras años de conflicto, el 6 de julio de 2020

Dadas las circunstancias y la situación de inestabilidad provocada por la guerra y la crisis del coronavirus, el mes pasado, Alemania y Bélgica propusieron reabrir el cruce de Irak; una propuesta que fue excluida del proyecto de resolución que se sometió a votación este martes. En el caso de no aprobarse un nuevo texto, el próximo viernes expiraría la actual autorización por lo que estas operaciones humanitarias – de las que dependen cientos de personas en la región – se verían obligadas a paralizar su actividad. 

Ante esta situación, Rusia, principal potencia aliada del régimen sirio de Bachar al Asad, propone utilizar un único cruce a través de la frontera entre Turquía y Siria para extender esta ayuda durante al menos seis meses. En las últimas semanas, el Consejo de Seguridad ha estado operando virtualmente, por lo que cada uno de los miembros tiene un máximo de 24 horas para votar. 

La fotografía combinada muestra a niños desplazados sirios en el campamento de Atmeh, cerca de la frontera con Turquía, Siria 19 de junio de 2020

Por su parte, el embajador de China ante la ONU, Zhang Jun, ha culpado a las sanciones unilaterales contra Siria, impuestas por los Estados Unidos y la Unión Europea, de agravar la situación humanitaria del país. Durante su intervención también ha mostrado su rechazo a las acusaciones por parte de Estados Unidos, alegando que “está demostrando una vez más el enfoque hipócrita adoptado, al mismo tiempo que continúan imponiendo sanciones unilaterales”, según las declaraciones recogidas por el digital Washington Times. 

En respuesta al veto ruso y chino, Sherine Tadros, jefa de la oficina de la ONU de Amnistía Internacional, ha afirmado que “es imposible exagerar la importancia de garantizar que los puntos de cruce permanezcan abiertos. Para millones de sirios, es la diferencia entre tener comida o pasar hambre. Para los hospitales, se trata de tener suficientes suministros para salvar vidas. Es por eso por lo que el abuso de Rusia y China del poder de veto es despreciable y peligroso”. 

Los trabajadores utilizan una excavadora para limpiar los escombros mientras los residentes reconstruyen sus casas dañadas en el barrio de al-Zahraa de Alepo después de años de conflicto, el 6 de julio de 2020

“Lo que también es lamentable es el hecho de que el punto de cruce de Al-Yarubiya en el noreste de Siria parece haber sido sacrificado en el camino en busca de un compromiso con Rusia y China. Los miembros del Consejo de Seguridad deben mantenerse firmes. Hay más de un millón de civiles sirios en esas áreas que dependen de ese punto de cruce para la entrega de ayuda. Con el aumento de los casos de la COVID-19 en Siria, esta ayuda es más vital que nunca. ¿Actuará el Consejo de Seguridad para ayudarlos o serán abandonados?”, ha añadido. 

Los líderes de algunas de las ONG más importantes a nivel internacional han redactado una carta conjunta al Consejo de Seguridad en la que instan a este organismo a que renueve la resolución por un periodo de 12 meses y que vuelva a autorizar el acceso de Naciones Unidas al noreste de Siria, “para garantizar que las poblaciones vulnerables puedan recibir la ayuda que necesitan”. “Pocas decisiones son tan graves como ésta, en particular en medio de la peor pandemia que el mundo ha visto en más de cien años”, han aseverado. 

Esta foto de archivo del 19 de abril de 2020 muestra un gran campamento de refugiados en el lado sirio de la frontera con Turquía, cerca de la ciudad de Atma, en la provincia de Idlib, Siria

En esta misma misiva han indicado que “el mecanismo transfronterizo es un salvavidas fundamental que proporciona alimentos, refugio, higiene y servicios médicos esenciales. Sin él, las personas pasarán hambre y se les negará el acceso a los servicios de atención médica, incluidos los necesarios para hacer frente a la pandemia de la COVID-19. En pocas palabras, se perderán vidas”. Además, han alertado de que el rápido deterioro de la economía, en particular en el noroeste de Siria, provoca que determinadas poblaciones dependan únicamente de la ayuda internacional para sobrevivir. 

“En el noreste de Siria, la decisión adoptada por el Consejo en enero de restringir el acceso de las Naciones Unidas mediante la eliminación del punto de cruce de Al Yarubiyah ha tenido consecuencias fatales […] Se trata de un cóctel potencialmente mortal de una población muy vulnerable y densamente poblada, que se enfrenta a una pandemia mundial y no dispone de ninguno de los instrumentos necesarios para detener o responder a un brote masivo del virus”, han denunciado a través de esta carta, en la que también han hecho un llamamiento a la solidaridad para no condenar al olvido a los más vulnerables. “No es momento de reducir el acceso humanitario”, han concluido. 
 

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