Gales, Golf, Madrid. El producto alterado es un jugador de clase mundial por el que el Real Madrid pagó 100 millones de euros y que ahora es el mejor pagado de la plantilla

El (des)orden de Bale

AP/PAUL WHITE - El jugador del Real Madrid Gareth Bale compite por el balón con el vallisoletano Pedro Porro durante el partido de la Liga española entre el Real Madrid y el Valladolid en el Santiago Bernabéu

Gales, Golf, Madrid. El orden de los factores sí que altera el producto. Y el producto alterado es un jugador de clase mundial por el que el Real Madrid pagó 100 millones de euros y que ahora es el mejor pagado de la plantilla. 

#DonGareth

Gareth Bale es de esos deportistas a los que se les da bien varios deportes. Tiene ese don que le proporciona llegar a la élite del fútbol y, si quiere, a la élite del golf. 
Ya en su día se vio cómo su llegada al Real Madrid no encajaba del todo. Un inglés, muy inglés. Influenciable por su excéntrico representante y sin una cabeza demasiado asentada que es capaz de decir públicamente que no sabe quién es el Primer Ministro inglés, ni que le interesa. Las formas no son lo suyo. 

#Burla

Lo de la bandera es un desprecio más al Real Madrid. Da igual la perspectiva. Algunos dicen que es una burla a la prensa y otros que se ríe del club que le paga el sueldo. En todo caso la foto sobra. Si en su mofa a las críticas que recibe de la prensa hay un solo aficionado blanco que se da por aludido, que busque otra manera. Y si quiere mandar un mensaje al Real Madrid, otro más, que lo deje para el despacho de Florentino Pérez. A esa ventanilla hay que ir cuando un jugador no está conforme con algo. Y suele ser ventanilla rápida. 

#Titularísimo 

Lo decía Pellegrini de Raúl. Titular, siempre. Con Bale pasa lo mismo. Es un activo tan importante para el Real Madrid que provoca que Zidane tenga que desdecirse de sus palabras del pasado verano cuando pedía su marcha lo antes posible para acabar poniéndolo mucho o poco, pero sumando minutos. 

Lo demostró el pasado sábado ante la Real Sociedad. Pocos minutos, pero suficientes para dar una asistencia y animar el juego blanco por la banda. Atrás quedaron sus aplausos al Bernabéu después de cada partido emulando a Beckham. Ahora es la grada, la original, la que le pita hasta cuando calienta. El idilio acabó el divorcio. 

#Pitos

El Bernabéu pitó a Di Stéfano, a Raúl, a Cristiano, a Casillas…, también es un teatro donde el aficionado va a que le arranquen aplausos a base de buenas jugadas y goles. Incluso es el estadio donde cualquier remontada, por muy épica que sea, es posible. 

Pitar es su forma de decir al jugador que están molestos con su rendimiento, con su actitud, con sus palabras… no pueden ir a los entrenamientos, ni a los hoteles, ni mucho menos a sus domicilios. El estadio Santiago Bernabéu es su lugar de encuentro y allí dirimen sus diferencias. Con luz y taquígrafos. A la vista del planeta fútbol. Sin nada que ocultar. Es parte de su grandeza aunque algunos se afanen en tapar lo malo. 

#Futuro

China o los campos de golf. No sería descabellado pensar que Bale diga adiós al fútbol y se pase al golf. Pero el dinero tira mucho y su carrera como golfista debería ser meteórica para igualar los ingresos. 

La otra salida es China, que ya lo fue. Pero China no paga cláusulas. Roma no pagaba traidores y el Real Madrid, tampoco. Incluso el nuevo Tottenham de Mourinho puede ser un buen acomodo para Bale. La que fue su casa y le descubrió como jugador. 

Todo es posible, pero en verano. Quedan 6 meses de competición. Mucha Liga y mucha Champions para que el Real Madrid ayude a Bale a poner orden, ese orden tan necesario. 

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