El país de Oriente Medio acumula ya 18 muertes por la COVID-19 en medio de la cruenta guerra civil que padece

El Ejecutivo legítimo de Yemen pide ayuda a la comunidad internacional para frenar la propagación del coronavirus

PHOTO/AFP - Un voluntario yemení desinfecta el interior de una furgoneta pública en la capital Saná, en medio de la preocupación por la propagación del coronavirus

El Gobierno de Yemen reconocido internacionalmente instó a la comunidad internacional a ayudar en la lucha contra la difusión del coronavirus y otras enfermedades en el territorio nacional; en un momento en el que el número de muertos por la pandemia aumentó en el país a 18. El Comité Supremo de Emergencia Nacional, con sede en Adén, explicó esta jornada de sábado que el número total de casos confirmados en las áreas controladas por el Ejecutivo asciende a 122, incluidos los 18 fallecimientos; después de que se detectasen 37 nuevos casos en la ciudad portuaria de Adén, en Hadramut y en Lahj durante los últimos dos días. 

El ministro de Información de Yemen, Muamar al-Eryani, demandó a la comunidad internacional intervenir de manera urgente ante la situación de la nación, asolada por la actual guerra civil provocada por los rebeldes hutíes y afectada por el trance de las personas aquejadas por la enfermedad COVID-19; todo ello frente a la indiferencia de las opositoras milicias chiíes hutíes. 

Estos grupos armados, que promovieron el golpe de Estado de 2015, están “tratando de pescar en aguas turbulentas y explotar financieramente a las organizaciones donantes”, indicó el representante ministerial, según recoge el medio Prensa Latina. 

El miembro gubernamental yemení denunció que los hutíes mantienen la “opinión pública en la oscuridad”, mientras los civiles contagiados por el coronavirus colapsan en las calles de Saná, feudo controlado por los insurgentes. 

Un combatiente hutí sostiene un arma durante una reunión destinada a movilizar más combatientes para el movimiento, en Saná, Yemen

También advirtió sobre el desastre que puede suponer la enfermedad COVID-19 en la salud ante la desnutrición y el bajo nivel de atención en los servicios médicos, en un momento crítico en el que el principal foco bélico en Yemen confronta a los rebeldes hutíes, apoyados por Irán y que controlan el norte del país incluida la capital Saná, y a las fuerzas progubernamentales, que reciben el soporte militar de la coalición árabe liderada por Arabia Saudí, gran enemigo regional de los iraníes y estandarte máximo de la rama suní del islam, contrapuesta a la chií representada por el régimen de los ayatolás. 

El titular de Información yemení dijo que las milicias insurgentes no se aplican adecuadamente en la implementación de las medidas de prevención para ofrecer atención médica a los infectados. 

De otro lado, desde Arabia Saudí, donde se encuentra instalado el Gobierno legítimo en el exilio de Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, el ministro de Salud yemení, Nasser Baoum, alertó sobre la situación peligrosa de la COVID-19 y llamó a la cooperación de todos. Según el Comité Nacional creado para enfrentar la pandemia, los casos confirmados por el nuevo coronavirus suman docenas en varias provincias, confirmando los referidos números de 18 decesos y 122 afectados. 

Yemen sufre la mayor crisis humanitaria del mundo, como la calificó la Organización de Naciones Unidas (ONU), y atraviesa por un escenario en el que la alianza internacional dirigida por Arabia Saudí, que sustenta al Gobierno internacionalmente reconocido en su batalla contra los hutíes, prorrogó un alto el fuego unilateral que tenía como objetivo detener la propagación del coronavirus, que está dejando a nivel mundial centenares de miles de muertos y millones de personas afectadas. De momento, el país de la península arábiga cuenta con 18 decesos y 122 afectados, desde que se confirmase oficialmente el primer caso de contagio en la segunda semana de abril, el de un trabajador portuario de Al-Sheher, localidad sureña enclavada en la provincia de Hadramut, controlada por el Ejecutivo oficialista. 

A pesar del cese de hostilidades decretado, rechazado por los hutíes, los combates prosiguen en un país en el que existe un gran temor de que haya un brote todavía más serio de la COVID-19; ya que la nación no cuenta lógicamente con las infraestructuras sanitarias necesarias para hacer frente a los rigores de esta pandemia, en medio de una cruenta guerra civil que ha dejado ya decenas de miles de muertos en los últimos cinco años provocados por los choques entre las fuerzas progubernamentales y los rebeldes hutíes. 

El portavoz de la coalición militar liderada por Arabia Saudí, el coronel Turki al-Maliki
Ciertos progresos

El enviado especial de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, expresó este jueves ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que las partes en el conflicto de Yemen han hecho progresos significativos hacia un acuerdo estable de alto el fuego.

Griffiths realizó un nuevo intento de alcanzar una tregua en Yemen después de que el secretario general de la ONU, António Guterres, pidiera el 23 de marzo un alto el fuego en los conflictos mundiales para que el mundo pudiera centrarse en la lucha contra la pandemia del coronavirus.

El representante de la ONU presentó proyectos de propuestas sobre un alto el fuego a nivel nacional, medidas humanitarias y económicas y una reanudación urgente del proceso político para el Gobierno yemení y los hutíes, que llevan más de cinco años en una terrible lucha. “Hemos observado un progreso significativo en estas negociaciones, especialmente en lo que respecta al alto el fuego a nivel nacional”, dijo Griffiths a los 15 miembros del Consejo de Seguridad. “Sin embargo, el cese del fuego es parte de un paquete más amplio de medidas que deben ser acordadas en su totalidad. Todavía hay desacuerdos sobre algunas medidas humanitarias y económicas de ese paquete”, reseñó el diplomático en declaraciones recogidas por el medio Monitor de Oriente. 

El enviado especial de Naciones Unidas a Yemen, Martin Griffiths

Griffiths declaró que estas medidas humanitarias y económicas también son necesarias para combatir el coronavirus, el cual “se está propagando a un ritmo desconocido con bajos niveles de pruebas”. El enviado de la ONU declaró además que “el pueblo yemení tiene razón al sentirse frustrado por el lento ritmo de estos diálogos. Todos esperamos que estas negociaciones sean pronto exitosas”.

A pesar de los llamamientos efectuados, cabe reseñar que trece elementos hutíes fueron eliminados el sábado por la noche, durante nuevas violaciones por parte de la milicia golpista del alto el fuego y tras el intento de llevar a cabo ataques fallidos en las Gobernaciones de Taiz y Al-Bayda.

Una fuente militar dijo al medio Al-Ain News que la milicia chií realizó un intento de infiltración en las posiciones del Ejército, junto con un intenso bombardeo de artillería. Las Fuerzas Armadas lograron frustrar el intento rebelde y pudieron asegurar una serie de ubicaciones estratégicas al oeste de Taiz y en Al-Bayda.

Las pérdidas entre los revolucionarios, a pesar del compromiso del Ejército yemení con el alto el fuego anunciado por la coalición árabe liderada por Arabia Saudí el 9 de abril pasado y extendido hasta el 23 de mayo, han llegado en medio de los citados llamamientos internacionales para atajar el coronavirus. 

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