Prácticamente desde su independencia la RDC es escenario de la actuación de una vasta poliarquía armada

El fenómeno yihadista en el corazón de África: evolución de las Allied Democratic Forces

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Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace

Desde su independencia, la República Democrática del Congo ha sufrido episodios violentos protagonizados por actores armados estatales y no estatales, entre estos últimos figuran las Allied Democratic Forces (ADF), este grupo, que opera sobre todo en el Congo, tiene su origen en la vecina Uganda, a lo largo de su historia ha mantenido un importante componente religioso que fue adquiriendo más importancia con el paso del tiempo. En 2016 se unió a Dáesh y desde entonces forma, en unión a la filial yihadista de Mozambique, la «Provincia de África central» del «califato».

Contexto


«¿No decía Frantz Fanon que África tenía la forma de un revolver cuyo gatillo se
encuentra en Zaire?»1

Joseph Désiré Mobutu


Zaire fue el nombre que Mobutu dio a la República Democrática del Congo (en adelante RDC) y que se mantuvo entre 1971 y 19972. Con una extensión de 2.345.000 km² es, después de Argelia, el segundo país más grande del continente africano. Posee una línea costera de apenas 37 km que lo conectan con el océano Atlántico y tiene frontera con nueve países: Angola, Burundi, República Centroafricana, República del Congo (Congo-Brazzaville), Ruanda, Sudán del Sur, Tanzania, Uganda y Zambia. Su población es de unos 105.000.000 de habitantes repartidos en más de 200 etnias siendo mayoritarios los bantúes cuyos tres grupos tribales más numerosos son mongo, luba y kongo. La fe católica es la que cuenta con más seguidores (un 29,9 % del total) y los musulmanes, que suponen únicamente el 1,3 % de la población, se localizan fundamentalmente en el noreste3.

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Prácticamente desde su independencia la RDC es escenario de la actuación de una vasta poliarquía armada4. Por ello, en 1999 la ONU desplegó en el país la MONUC (Misión de las Naciones Unidas en la RDC)5 que contó con militares españoles6 y en 2010 la MONUSCO (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la RDC) con el objetivo de proteger a los civiles y consolidar la paz en el país7.

soldados

La MONUSCO, con un presupuesto anual de 1.100 millones de dólares USA (unos 964 millones de euros), es la más costosa de la historia8, pese a ello, no ha logrado alterar el macabro panorama descrito por Kayamba Tshitshi Ndouba: «… la RDC reúne todos los ingredientes de un Estado casi fallido […]. Los conflictos civiles y la violencia anárquica permanecen enquistados. Las milicias y algunos poderes fácticos rivalizan en el uso de la fuerza con el Estado»9. Uno de estos grupos armados con potencial desestabilizador es el que adaptó la denominación de Allied Democratic Forces (ADF), el cual surgió en la vecina Uganda.

Orígenes de las ADF


Uganda fue escenario de una cruenta guerra civil que duró cinco años y que desembocó en la toma del poder por parte de Yoweri Museveni en 1986. Museveni no reprimió la religión si bien se mostraba receloso de esta por el empleo que de la misma hicieron sus antecesores, Milton Obote e Idi Amin. Este último aprovechó la fe islámica, que llegó al país en la década de 1840, para tratar de emplearla como base política —y para acercarse a países árabes como Libia—. Pese a que los musulmanes eran en torno al 14 % de la población, los situó en puestos de gran responsabilidad en los servicios de seguridad. La caída del régimen de Amin trajo consigo una cadena de ataques contra las comunidades musulmanas10.

En ese contexto aparece en Uganda, a finales de 1970, el Tablighi Jammaat, un movimiento misionero surgido en la India en los años 20 del pasado siglo. El Tablighi Jammaat de Uganda, contrariamente al rol pietista que le caracterizaba en otras latitudes tuvo un marcado componente político. Se opuso abiertamente al Consejo Supremo Musulmán de Uganda (UMSC, por sus siglas en inglés), organización auspiciada por Idi Amin con el objetivo de extender su control a la comunidad musulmana del país. Siguiendo esta práctica, Yoweri Museveni también usó al UMSC en sus propios intereses11.

Los clérigos ugandeses seguidores del Tablighi Jammaat, eran partidarios de aplicar una versión más estricta de la doctrina islámica y se oponían a la interpretación que de esta hacían los estudiosos de la tradición islámica del país. Los esfuerzos de Museveni por controlar a la comunidad islámica fueron infructuosos y en 1991 derivaron en violentos enfrentamientos y en la detención de más de 400 integrantes del Tablighi Jammaat12.

Entre estos detenidos se encontraba Jamil Mukulu. Este individuo fue bautizado al nacer con el nombre de David Staven e inicialmente destacaba por su postura radicalmente 

crítica contra el islam, religión que finalmente acabó abrazando, alineándose posteriormente con los postulados del Tablighi Jammaat. A su salida de prisión en 1993 creó la Fundación Salaf que trajo como derivada el alumbramiento de una rama militar que adoptaría el nombre de Luchadores por la Libertad de los Musulmanes de Uganda (UMFF, por sus siglas en inglés) 13.

A medida que los seguidores de Jamil Mukulu iban abandonando la prisión se trasladaban a un campo de entrenamiento ubicado en un valle en el área de Buseruka, al oeste de Uganda. Estas instalaciones, usadas como base por los UMFF para perpetrar ataques, robos y saqueos, fueron objetivo de una operación militar por parte de tropas ugandesas. A consecuencia de ello, se detuvo a un gran número de militantes, aunque cientos de ellos lograron huir refugiándose en el área de Beni y en otras regiones orientales de la vecina RDC. El entonces presidente del país, Mobutu Sese Seko, aconsejó a estos grupos opuestos al gobierno ugandés que se organizasen para que pudiese prestarles ayuda, postura similar a la del líder islamista sudanés Hassan al Turabi, y la del propio presidente de Sudán, Hassan Omar al-Bashir14.

Tras la intervención militar en Buseruka, los hombres de Mukulu también eran conocidos entre sus círculos afines como SaJiCo (Salaf Jihad Council/ Consejo Salafista Yihadista). Se da la circunstancia, según apunta Abdulhakim Abdalla Nsobya, que este grupo podría haber sido de los primeros, sino el primero, de las organizaciones salafistas-yihadistas en emplear precisamente ese término para referirse a sí mismos, pese a que, en sus propias palabras, la «mayoría de los movimientos yihadistas se abstienen de usar este término»15. Posteriormente pasaron a llamarse Allied Democratic Forces (ADF).

Aparición del National Movement for the Liberation of Uganda (NALU)


El Ejército Nacional para la Liberación de Uganda (NALU en inglés) al igual que las ADF, tiene su origen geográfico en Uganda, concretamente en la región fronteriza de las montañas Rwenzori. En esta zona, surgió a principios de la década de 1950 un movimiento que decidió adoptar la lucha armada contra la administración colonial británica y que se llamó Movimiento de Resistencia Rwenzururu. El grupo estaba integrado por miembros de las etnias bakonjo y baamba que se sentían marginados por la administración colonial. En 1962, ya en una Uganda independiente, el Movimiento de Resistencia Rwenzururu adoptó la estructura de una organización guerrillera y las comunidades baamba y bakonjo declararon el Reino de Rwenzururu. Este territorio incluía en sus fronteras a las tribus de bakonzo de Uganda y banande de la RDC los cuales, antes de caer bajo el poder colonial, formaban parte del mismo grupo étnico16.

El Movimiento de Resistencia Rwenzururu, que tenía su centro de mando en la vecina RDC, alcanzó un acuerdo con el presidente ugandés Milton Obote y abandonó la lucha armada. Pese a ello, elementos descontentos del grupo asentados en la RDC y liderados por Richard Kinyamusithuy y Amon Bazira formaron el Movimiento Nacional para la Liberación de Uganda (NALU en inglés) cuyo liderazgo recayó en Bazira. NALU tenía como objetivo la creación de un Estado independiente para la etnia bakonjo17. Tras la muerte de Bazira en 199218 NALU entró en contacto con las ADF.

Ambos grupos no mantenía vínculos previos, ni operativos ni ideológicos. Tanto es así que las ADF tenían como divisa el islam, mientras que de los integrantes de NALU, mayoritariamente provenientes de la comunidad ugandesa de konjo, solo un pequeño grupo profesaba la religión musulmana19.
 

En septiembre de 1995, en una reunión en la provincia congoleña de Kivu Norte en la que participaron Yusuf Kabanda por parte de las ADF y el comandante Ali Ngaimoko del NALU ambos grupos sellaron un pacto de unificación, la alianza contó con las «bendiciones» de la RDC y de Sudán, este último le facilitó un variado abanico de apoyos como inteligencia, servicios de coordinación, armamento, material y hasta campos de entrenamiento en Juba (actual capital de Sudán del Sur). De esta unión surgió una nueva organización: ADF-NALU20.

ADF-NALU: entente cordiale y posterior ruptura


La primera acción armada de la recién creada organización fue en noviembre de 1996 materializándose en un ataque contra las ciudades fronterizas de Mpondwe y Bwera, en el distrito ugandés de Kasese. Estos ataques continuaron entre los meses de junio y septiembre de 1997 contra objetivos situados en la zona occidental de Uganda. ADF- NALU realizó en esa época uno de sus primeros secuestros a gran escala llevándose por la fuerza a 19 estudiantes de una escuela católica. Entre 1999 y 2000 ADF-NALU cometió atentados en Kampala si bien, la acción de las fuerzas armadas de Uganda les obligó a buscar refugio en sus bases en la RDC21.

El viento levantado por las alas del cisne negro que sobrevoló EE. UU. el 11 de septiembre de 2001 afectó a todo el orbe. A consecuencia de ello, en diciembre de ese mismo año el Departamento de Estado de EE. UU. En aplicación de la sección 411 de la Patriot Act incluyó a ADF-NALU en la Terrorist Exclusion List lo que trajo aparejada asistencia por parte de la Administración estadounidense a sus homólogos de Uganda22. La acción gubernamental contra el grupo dio sus frutos ya que se estima que pasó de contar con unos 4.000 integrantes en el año 1996 a solo unos cientos en el año 200323.

Ese mismo año ADF-NALU abandonó Uganda y se refugió en sus campamentos en territorio de la RDC en los que impuso su particular y restrictiva visión de la sharía. En ese periodo establecieron vínculos por medio de enlaces matrimoniales con la población autóctona a la cual también reclutaba24.

En diciembre de 2005, las fuerzas armadas de la RDC apoyadas por efectivos de la ONU lanzaron la operación North Night Final que arrasó varias bases de ADF-NALU y acabó con la vida de 90 de sus combatientes, aunque su cúpula consiguió salir indemne. Fue la primera acción militar del Gobierno de Kinshasa contra una organización en cuya génesis tuvo un papel determinante. En marzo de 2007, la amnistía concedida a siete miembros de ADF-NALU provocó que 200 de sus integrantes se acogieran al Programa de desarme, desmovilización, repatriación, reasentamiento y reintegración de la Misión de la ONU. En diciembre de 2007 se entregaron otros siete individuos que decían ser los últimos líderes del NALU. La coalición ADF-NALU quedó bajo el liderazgo único de Jamil Mukulu, hasta entonces responsable militar de la organización y retomó su denominación original de ADF. Fue a partir de esa ruptura cuando la práctica y la conversión al islam fueron obligatorias para todos los combatientes del grupo25.

Las Fuerzas Armadas de la RDC con apoyo de la MONUSCO, lanzaron una Operación Sokola («limpio» en idioma lingala) contra las ADF. Se dio la circunstancia que esta operación se puso en marcha con retraso precisamente a causa de las propias ADF. Su inicio estaba previsto para diciembre de 2013 pero en esa fecha, en un ataque atribuido a las ADF, resultó muerto el coronel Mamadou Moustafa Ndala a quien se le había encomendado el mando del operativo26.

La intervención militar también buscaba neutralizar —o al menos debilitar— los recursos financieros del grupo como los mototaxis, la explotación de recursos forestales y la extracción de oro. Jamil Mukulu, buscó refugio en Tanzania donde finalmente fue detenido en 201527.

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La adhesión al «califato»


Tras la caída de Jamil Mukulu, el liderazgo de las ADF pasó al que hasta el momento era el máximo jurisconsulto islámico del grupo: Seka Musa Baluku. La formación religiosa de Baluku tuvo mucho que ver en el desarrollo posterior de la organización ya que buscó reforzar la legitimidad de su liderazgo adoptando las tesis del yihadismo transnacional característicos de Al Qaeda y del Dáesh. En ese periodo adaptativo-mimético se incorporó a las ADF, a principios de 2016, Meddie Nkalubo. Este joven ugandés recibió el encargo de Baluku de poner en marcha un incipiente aparato de propaganda a través de las redes sociales virtuales y elaboró grabaciones similares a las distribuidas por Dáesh28.

En octubre de 2017 circuló por los canales de simpatizantes de Dáesh un vídeo de un individuo tanzano de ascendencia árabe que llamaba a desplazarse a «Dar al islam del Estado islámico en África Central», siendo esta la primera mención pública de «Estado islámico» en la zona. En agosto de 2018, en un discurso pronunciado por el entonces califa, Abu Bakr al-Baghdadi, cuando enumeraba las wilayat (provincias) del «Estado islámico» mencionó «África central» en una frase que finalizaba con la referencia a «Asia del Este [sudeste asiático], el Cáucaso y las otras wilayat»29.

Durante ese periodo el grupo, que hasta esa fecha no se mostraba muy prolijo en sus comunicados, dio un giro de 180 grados y empezó a difundir propaganda, imitando los contenidos de Dáesh, a través de la productora Ashabul Kahf Media (Medios de los habitantes de las cavernas)30. En abril de 2019, el propio Dáesh reivindicó lo que sería su primer atentado terrorista en la RDC: un ataque cerca de la frontera con Uganda en el que fueron asesinados ocho soldados congoleños. La propaganda yihadista se refirió a la RDC como «Provincia del Califato de África Central»31.

Esta «provincia» del «califato» tiene la particularidad de que está repartida entre la RDC y Mozambique y liderada por dos organizaciones con estructuras y orígenes diferenciados. La sección mozambiqueña de Dáesh está representada en el grupo Ansar al-Sunna, que habría jurado lealtad al califa en abril de 2017 y que opera fundamentalmente en la provincia de Cabo Delgado32. Al año siguiente, en 2018, las fuerzas de seguridad de Kenia detuvieron a Waleed Ahmed Zein por sus vínculos con Dáesh. Este individuo habría transferido en el periodo 2017-18 un total de 150.000 dólares a la «provincia» de África central33.

En junio de 2019, Dáesh volvió a reivindicar un doble atentado contra una iglesia católica en Beni, en el que únicamente falleció el presunto autor del mismo. Algunas fuentes consideran este ataque como la primera acción suicida en la RDC. En ese periodo se difundió una grabación en la que Seka Musa Baluku anunciaba su juramento de adhesión a Dáesh34.

El grupo pasó a denominarse Madina at Tauheed Wau Mujahedeen (La ciudad del monoteísmo y los monoteístas) y sus acciones siguieron siendo reivindicadas por la maltrecha, pero aún efectiva, propaganda de Dáesh. Una de las más destacadas tuvo lugar el 20 de octubre de 2020 cuando el grupo liberó a unos 1.300 internos de la prisión de Kangbayi, 236 de ellos militantes propios. Dáesh situó esta acción en una campaña anunciada dos días antes por el entonces califa Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi denominada «derribar los muros», orientada al asalto de centros penitenciarios para liberar a los yihadistas custodiados en ellos. Según un informe de la ONU de diciembre de 2020, la cúpula de Dáesh tenía un «control y conocimiento limitado» de estos atentados ya que en ocasiones eran incorrectas las fechas y/o las ubicaciones de las acciones cuya autoría reclamaban. También se apuntaba la posibilidad de que una facción de las ADF se distanciase de los postulados de Dáesh y cuestionase el liderazgo de Seka Musa Baluku. Entre octubre de 2020 y mayo de 2021, la propagada de Dáesh reivindicó más de 110 «operaciones» en la RDC35.

En octubre de 2021, el terrorismo suicida fue el método elegido para la comisión del primer atentado reivindicado por Dáesh en la capital de Uganda, Kampala, siendo su objetivo una comisaría de policía y en el que únicamente murió el terrorista. Ese mismo mes, las autoridades de Ruanda frustraron en la capital, Kigali, un atentado con bomba detrás del que estarían las ADF. En noviembre de 2021, un triple atentado sacudió Kampala y en él fallecieron los tres yihadistas, fueron asesinadas tres personas y otras 33 resultaron heridas. Algunas fuentes sitúan detrás de estas acciones a Meddie Nkalubo quien, además de a labores propagandísticas se dedicaría también a la de fabricación de artefactos explosivos36.
 

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En abril de 2022 se difundió un vídeo en el que aparecía el propio Baluku renovando la promesa de lealtad al nuevo líder de Dáesh, Abu al-Hassan al-Hashimi al-Quraishi, cuyo nombramiento como califa se hizo público el 10 de marzo de 2022. El grupo yihadista también confirmaba la eliminación de su predecesor en una operación de EE. UU. en Siria en febrero de 202237.

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En la grabación, gran parte en swahili y subtitulada en árabe, Baluku, que presentado bajo la kunya (apodo) de Abu Abdul Rahman al Muhajir, recoge un nasheed (canciones sin instrumentos cantadas a capella) interpretado en idioma swahili. Este constituye un hecho novedoso ya que si bien Al Shabaab distribuyó este tipo de contenidos similares es la primera vez que son empleados por Dáesh. El breve discurso de Seka Musa Baluku, contenía frases llamadas a ser una verdadera declaración de intenciones: «Si Dios quiere, gobernaremos la totalidad de esta tierra bajo la sharía […] perseveraremos en nuestro camino hasta el final de los tiempos, si Dios quiere […] Perseveraremos en nuestra yihad, incluso si morimos en esta lucha».

Conclusiones


El grupo armado no estatal que inicialmente operó bajo las siglas de ADF ha demostrado a lo largo de su historia, que ya se cuenta en décadas, una notable capacidad de supervivencia basada sobre todo en la permanente adaptación. La acción gubernamental combinando el empleo de la fuerza con medidas de desarme y desmovilización, o directamente de amnistía, como el caso del NALU, puso en aprietos a las ADF, si bien la degeneración social-político-securitaria que sufre la RDC ha influido en que el grupo siga manteniendo capacidad operativa. Este orden de cosas acerca 

peligrosamente al país a la situación de «Estado fallido» toda vez que es incapaz, pese a contar con apoyo de la ONU, de aplicar sus propias leyes en el territorio en el que operan las ADF en particular y el resto de los grupos armados en general.

La relación entre ambas entidades, Dáesh y su filial, podría definirse como «mutuamente beneficiosa» ya que las ADF logran un plus de notoriedad y Dáesh puede seguir manteniendo la ficción de sus veleidades de implantación global. Factores geográficos, entre otros, al menos a priori, no parecen facilitar que haya una dependencia estrictamente orgánica y jerárquica entre la central yihadista y su «provincia». Otro tanto ocurre con la posibilidad de un desplazamiento bidireccional de combatientes entre el centro de África y la región sirio-iraquí en la que sigue actuando Dáesh. Todo ello sin embargo no es óbice, al menos en el plano teórico, de que se produzcan transferencias de fondos y lo que es más importante —y peligroso— de conocimientos tácticos como la elaboración de artefactos explosivos.

Este punto puede serle de mayor utilidad que la aportación de militantes toda vez que las ADF pueden reclutarlos —de buen grado o por la fuerza— en sus zonas de actuación. En esas áreas el grupo terrorista tiene la posibilidad de implementar, parafraseando a N. Klein, lo que podría definirse, nótese la tautología, como «yihadismo de desastre», proyectado a través de una tríada de fuerzas. Esto es, el empleo de la fuerza destructora, contra elementos gubernamentales o rivales; de la fuerza extractora, sobre los recursos que contengan las zonas controladas y finalmente la fuerza redentora, implantado el «orden» basado en la tergiversada doctrina que manejan.


Pervivencia, adaptación y capacidad operacional en dos —si no tres— países son elementos susceptibles de ser indiciarios de un panorama nada halagüeño, en el corto e incluso en el medio plazo, en el área de actuación de un grupo que se ha consolidado como en un nuevo apéndice de Dáesh en un continente ya duramente golpeado, entre otras, por su violencia terrorista.

Luis Antonio González Francisco*
Cabo 1º GC
 

Bibliografía

1 NATIONS UNIES: Assemblee Générale, 2140-e Séance plénière. «Allocution de Son Excellence le général Mobutu Sese Seko Président de la République du Zaïre». Nueva York, 4 de octubre de 1973. Disponible en: https://undocs.org/pdf?symbol=fr/A/PV.2140 [consulta: 2/5/22].

2 ENCYCLOPEDIA BRITANNICA. «Mobutu Sese Seko». Disponible en: https://www.britannica.com/biography/Mobutu-Sese-Seko [consulta: 2/5/22].

3 CIA (Central Intelligence Agency): The World Factbook. «Congo, Democratic Republic of the». Disponible en: https://www.cia.gov/the-world-factbook/countries/congo-democratic-republic-of-the/ [consulta: 2/5/22].

4 HUMAN RIGHTS WATCH. «DR Congo: Chronology». 21 agosto de 2009. Disponible en: https://www.hrw.org/news/2009/08/21/dr-congo-chronology [consulta: 2/5/22].

5 UNITED NATIONS. «MONUC: United Nations Organization Mission in the Democratic Republic of the Congo». Disponible en: https://peacekeeping.un.org/mission/past/monuc/ [consulta: 2/5/22].

6 MINISTERIO DE DEFENSA. «Los legionarios españoles concluyen su misión en RD Congo, cuatro meses después de las elecciones presidenciales». 30 de noviembre de 2006. Disponible en: https://www.defensa.gob.es/gabinete/notasPrensa/2006/11/notaPrensa_11233.html [consulta: 2/5/22].

7 NACIONES UNIDAS, MANTENIMIENTO DE LA PAZ. «MONUSCO ficha informativa». Disponible en: https://peacekeeping.un.org/es/mission/monusco [consulta: 2/5/22].

8 NAGEL, Robert U., FIN, Kate y MAENZA, Julia. «United Nations Organization Stabilization Mission in the Democratic Republic of the Congo (MONUSCO)». Georgetown Institute for Women, Peace and Security, 21 de mayo de 2021. Disponible en: https://giwps.georgetown.edu/wp-content/uploads/2021/05/MONUSCO-Case-Study.pdf [consulta: 2/5/22].

9 NDOUBA, Kayamba Tshitshi. «República Democrática del Congo: claves de la espiral de violencia y crisis de sucesión constitucional del jefe del Estado». Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), 27 de octubre de 2017. Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2017/DIEEEO1082017_RDC_Violencia_Crisis_Kayamba_Tshitshi.pdf [consulta: 2/5/22].

10 BARNETT, James. «The “Central African” Jihad: Islamism and Nation-Building in Mozambique and Uganda». Hudson Institute, 29 de octubre de 2020. Disponible en: https://www.hudson.org/research/16471-the-central-african- jihad-islamism-and-nation-building-in-mozambique-and-uganda [consulta: 2/5/22].
 
11 BARNETT, James.

12 TITECA, Kristof y FAHEY, Daniel. «The many faces of a rebel group: the Allied Democratic Forces in the Democratic Republic of Congo». Septiembre de 2016. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/307553179_The_many_faces_of_a_rebel_group_the_Allied_Democratic_Forces_ in_the_Democratic_Republic_of_Congo [consulta: 2/5/22].

13 WEST, Sunguta. «Has Islamic State Really Entered the Congo and is an IS Province There a Gamble?», Terrorism Monitor, Volume: 17, Issue: 11. The Jamestown Foundation, 31 de marzo de 2019. Disponible en: https://jamestown.org/program/has-islamic-state-really-entered-the-congo-and-is-an-is-province-there-a-gamble/ [consulta: 2/5/22].

14 Op. cit.

15 NSOBYA, Abdulhakim Abdalla. «Allied Democratic Forces (ADF) in Uganda: a jihadi-salafi movement or local political movement in disguise?». Octubre de 2017. Disponible en: https://open.uct.ac.za/bitstream/handle/11427/29839/thesis_hum_2018_nsobya_abdulhakim_abdalla.pdf;jsessionid= CDA7277EB9E97367DF09EA9EC82B9C50?sequence=1 [consulta: 2/5/22].

16 TITECA, Kristof. «Rebels without borders in the Rwenzori borderland? A biography of the Allied Democratic Forces», Journal of Eastern African Studies, Volume 6, Issue 1: Uganda from the margins. 2012. Disponible en: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/17531055.2012.664708 [consulta: 2/5/22].

17 TITEKA, Kristof.

18 Op. cit.

19 VV. AA. «The Islamic State in Congo», Program On Extremism. The George Washington University, marzo de 2021. Disponible en: https://extremism.gwu.edu/sites/g/files/zaxdzs2191/f/The%20Islamic%20State%20in%20Congo%20English.pdf [consulta: 2/5/22].

20 INTERNATIONAL CRISIS GROUP. «Eastern Congo: The ADF-NALU’s Lost Rebellion», Africa Briefing, n.° 93. 19 de diciembre de 2012. Disponible en: https://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/b093-eastern-congo-the- adf-nalus-lost-rebellion-english.pdf [consulta: 2/5/22].

21 VV. AA. «The Islamic State in Congo».

22 U. S. DEPARTMENT OF STATE. Terrorist Exclusion List. Disponible en: https://www.state.gov/terrorist-exclusion- list/ [consulta: 2/5/22].

23 VV. AA. «The Islamic State in Congo».

24 Op. cit.

25 INTERNATIONAL CRISIS GROUP. «Eastern Congo: The ADF-NALU’s Lost Rebellion», Africa Briefing, n.° 93.

26 MCGREGOR, Andrew. «Congolese Forces Take the Offensive Against Uganda's ADF-NALU Militants». Jamestown Foundation, 20 de marzo de 2014. Disponible en: https://www.refworld.org/docid/5333fc864.html [consulta: 2/5/22].

27 THE NEW HUMANITARIAN. «Ugandan rebel leader’s arrest a shot in the arm for justice». 30 de abril de 2015 Disponible en: https://www.thenewhumanitarian.org/fr/node/255261 [consulta: 2/5/22].

28 O’FARRELL, Ryan. «Neither Local, Nor Transnational, But Both: The Islamic State in Congo». New Lines Institute For Strategy And Policy, 14 de diciembre de 2021. Disponible en: https://newlinesinstitute.org/isis/neither-local-nor- transnational-but-both-the-islamic-state-in-congo/ [consulta: 2/5/22]

29 Op. cit.

30 INGRAM, Haroro J. y VIDINO, Lorenzo. «The Islamic State Is in Congo. What Now?», Lawfare. 16 de mayo de 2021. Disponible en: https://www.lawfareblog.com/islamic-state-congo-what-now [consulta: 2/5/22].

31 GOLDSTEIN, Jose. «ISIS Claims First Attack in the Democratic Republic of Congo», The New York Times. 19 de
abril de 2019. Disponible en: https://www.nytimes.com/2019/04/19/world/africa/isis-congo-attack.html [consulta: 2/5/22].

32 U. S. DEP. OF STATE. «State Department Terrorist Designations of ISIS Affiliates and Leaders in the Democratic Republic of the Congo and Mozambique». 10 de marzo de 2021. Disponible en: https://www.state.gov/state- department-terrorist-designations-of-isis-affiliates-and-leaders-in-the-democratic-republic-of-the-congo-and- mozambique/ [consulta: 2/5/22].

33 U. S. DEPARTMENT OF THE TREASURY. «Treasury Sanctions East African Facilitator of Intricate ISIS Financial Network». 7 de septiembre de 2018. Disponible en: https://home.treasury.gov/news/press-releases/sm476 [consulta: 2/5/22].

34 REUTERS. «Factbox: Who are Islamic State's affiliates in Central Africa?». 16 de noviembre de 2021. Disponible en: https://www.reuters.com/world/africa/who-are-islamic-states-affiliates-central-africa-2021-11-16/ [consulta: 2/5/22].

35 INGRAM, Haroro J. y VIDINO, Lorenzo.

36 REUTERS. «Factbox: Who are Islamic State's affiliates in Central Africa?». 16 de noviembre de 2021. Disponible en: https://www.reuters.com/world/africa/who-are-islamic-states-affiliates-central-africa-2021-11-16/ [consulta: 2/5/22].

37 DEUTSCHE WELLE (DW). «Estado Islámico nombra a Abu al Hasan al Qurashi como nuevo jefe». 10 de marzo de 2022. Disponible en: https://www.dw.com/es/estado-isl%C3%A1mico-nombra-a-abu-al-hasan-al-qurashi-como- nuevo-jefe/a-61087969 [consulta: 2/5/22].

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