Quesada Vargas/CapitalMadrid.com
Pie de foto: La petrolera 'española' ha activado los mecanismos para debutar este otoño en el mercado español. Los mercados pasan por un momento complicado y los inversores son muy exigentes con las valoraciones
La mayor oferta pública de venta (OPV) de la historia tendrá que esperar... o sencillamente nunca se producirá. La comunidad financiera ha recibido como un auténtico bombazo la posibilidad de que Arabia Saudí haya descartado definitivamente el aterrizaje del gigante Aramco en los mercados. Los dos billones de dólares a los que se había valorado la operación en su rango más alto están ahora en el aire y dejan sin referencias a algunos de las operaciones que vienen detrás. Sobre todo, la de la 'española' Cepsa.
Una operación valorada en hasta 15.000 millones de euros que podría ser activada a la vuelta del verano. Aunque no aguanta la comparación en términos de valoración con la de Aramco, el frenazo de la madre de todas las salidas a bolsa no es una buena noticia. Sobre todo, porque hay firmes sospechas de que detrás del parón se esconde la decepción de Arabia Saudí por las expectativas de los inversores.
Dicho de otra forma, todo parece indicar que los fondos no estaban dispuestos a plegarse a las exigencias del vendedor, que pretendía meterse en el bolsillo unos 100.000 millones de dólares con la venta de un 5% del capital. Sin embargo, en las últimas semanas se habían filtrado valoraciones un 25% por debajo de las originales hasta cifras igualmente extraordinarias de 1,5 billones de dólares, pero insuficientes para el mayor productor de petróleo del mundo.
Desde Arabia Saudí se asegura que el grupo centra ahora sus esfuerzos en la compra de una participación en la compañía petroquímica Sabic. Pero lo analistas más conspicuos van más allá y creen que detrás del retraso de la OPV está la decepción por no poder vender la compañía a una valoración más atractiva. Y eso pasa por el precio del petróleo, que está muy lejos de los más de 100 dólares a los que cotizaba a mediados del año 2014.
Este año, tras superar los 80 dólares, ha corregido hasta alrededor de los 75. Un nivel poco sexy a los ojos de los dueños de Aramco, que desde que en 2016 anunció la salida a bolsa no han cejado en su empeño de mantener altos los precios del petróleo. No es casualidad que Arabia Saudí liderara el acuerdo todavía vigente para recortar la producción de los países de la OPEP. Pero la subida del oro negro no ha alcanzado el nivel suficiente para cumplir sus expectativas.
El problema ahora es hasta qué punto seguirá implicado Arabia Saudi en su cruzada por unos precios altos y el impacto que en éstos pueda tener su decisión. Oficialmente, el país asegura que la colocación de acciones en bolsa no está totalmente descartada, pero no pone sobre la mesa nuevos plazos para la OPV. De la misma forma, las negociaciones para una venta privada de una participación de Cepsa tampoco están paradas, por lo que todo es posible en lo que queda de año.
La venta de un 30% en bolsa parece la opción más probable, pero la historia reciente está llena de salidas al parqué que son abortadas a última hora en favor de una operación privada. En juego está la mayor salida a Bolsa desde la colocación del 49% de Aena en 2011 por más de 4.000 millones de euros. Y también la segunda del año desde la de Metrovacesa en febrero. Sin embargo, los expertos creen que ahora la coyuntura no tiene nada que ver.
"Los mercados están ahora mucho menos claros que cuando empezó el año y Aramco ya está fuera del camino hacia la bolsa al menos a corto y medio plazo. Cepsa tiene que abrir camino con las salidas a Bolsa en un momento en el que los inversores están muy escépticos con las valoraciones. Las expectativas del vendedor son altas, pero creo que si opta por la bolsa tendrá que rebajar sus expectativas hasta niveles de alrededor de 10.000 millones de euros de valoración", señalan fuentes bursátiles.